Laura Tamayo Laris
Convencer en un mundo de hombres, y ni más ni menos que en el sector agropecuario , le ha dejado una lección: en la mesa más hostil puedes cosechar éxitos si siembras la contundencia de las cifras en la información que presentas y haces a un lado las agendas ocultas.
Gracias a eso, Laura Tamayo Laris -una de las 30 promesas en los 30 edición 2010 de la revista Expansión- se ganó un lugar en la mesa directiva del Consejo Nacional Agropecuario, donde nunca había estado una mujer. "Me costó cinco años ser una interlocutora válida".
Esfuerzo titánico si se trabaja para "el diablo favorito", dice Tamayo, quien es la responsable del cabildeo con legisladores de Cargill y cuida la imagen de una empresa que es blanco fácil para las acusaciones, como la de beneficiarse de los apoyos de Acerca (Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria) y los subsidios de Procampo.
La Ley de Vida Silvestre y el Acuerdo para la Protección de Delfines, en la Secretaría del Medio Ambiente, durante la gestión de Julia Carabias, fueron sus pininos en el cabildeo.
Su momento más crítico lo vivió hace tres años cuando se acusó a Cargill de acaparamiento de maíz para manipular el precio.
Laura Tamayo asegura que logró apagar el fuego.