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Mujeres alemanas emigran por desempleo

Las jóvenes de Alemania Oriental emprendieron un éxodo hacia la parte occidental en busca de em este sector tiene menos de 80 mujeres por cada 100 hombres, según estudios del país.
sáb 20 octubre 2007 06:00 AM
Además de trabajo, buscan mejores estudios y más diversión.

El pueblo de Silke Gawenda, situado en Alemania oriental, tiene sus encantos: fortificaciones de ladrillo y casas de madera, algunas que datan de la Edad Media, calles tranquilas y arboladas.

Quizás demasiado tranquilas para la joven de 18 años, quien cuenta los días que le faltan para completar su educación secundaria y marcharse a una universidad en Alemania Occidental, un sector más próspero, sumándose a un éxodo sin precedente de jóvenes mujeres fuera de lo que fue alguna vez la comunista Alemania Oriental.

''Wittstock es muy aburrida, sólo quiero salir de aquí'', indicó Gawenda, quien quiere marcharse a estudiar diseño gráfico.

''Aquí no tengo futuro. No hay trabajos, no hay vida nocturna ni manera de obtener una buena educación'', agregó.

Más de 60 poblaciones con más de 50,000 habitantes en el sector oriental de Alemania tienen menos de 80 mujeres por cada 100 hombres de acuerdo con un estudio del Instituto para la Población y el Desarrollo de Berlín. Esto contrasta con las cifras para todo el país, con 51.1% de mujeres y 48.9% de varones.

El alcalde de la pequeña población oriental de Freital, cerca de Dresden, incluso ha ofrecido pagar 2,000 euros (unos 2,800 dólares) y ayudarles a conseguir un trabajo y un apartamento a cada mujer de entre 18 y 39 años que se mude a esa localidad.

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Además, la localidad de Strehla sólo tuvo una concursante este año por el papel de Strehla Nixe, o Sirena, que es la embajadora de turismo de la localidad.

En Wittstock, cuya población es de 16,000 habitantes, unas 3,500 personas se han marchado desde la reunificación de las Alemanias al concluir la Guerra Fría en 1990 y el desempleo sigue siendo alto, con una tasa del 20%. Estadísticas gubernamentales revelaron que residen allí 1,745 varones y apenas 1,418 mujeres en el grupo de 18 a 34 años de edad.

Muchos edificios antiguos han sido reparados, pero decenas de ellos se encuentran vacíos y a punto de derrumbarse. Los escaparates de antiguas tiendas de alimentos y de ropa están vacíos, lo que da a las calles un aire de abandono.

En la plaza del mercado los peatones son en su mayoría ancianos, mientras que grupos de hombres jóvenes se reúnen a beber cerveza en una cafetería al aire libre.

Sin embargo, son los jóvenes brillantes los que se van, como Silke y su hermana mayor Inka, quien estudia un doctorado en biología molecular en la Universidad de Hannover, en el occidente.

La razón por la cual las mujeres son las que se marchan en busca de oportunidades en el occidente sigue siendo un tema de intensa discusión.

El sociólogo Steffen Kroehnert, quien produjo un informe sobre el éxodo femenino para el Instituto de Población de Berlín, sugirió que los hogares encabezados por mujeres y la falta de imágenes masculinas como modelos de educación podrían haber generado las motivaciones para esta escapatoria.

''Una de las razones para que se dé este fenómeno es que los hombres jóvenes en Alemania Oriental no tienen grandes ejemplos a seguir ni se les anima a mejorar en busca de una mejor educación. Esto es mucho más claro que en el Occidente, donde la mayoría de las maestras de jardines de infancia y de escuelas son mujeres y en donde cada vez más a menudo las familias son dirigidas por madres solteras'', agregó Kroehnert.

Helga Berger, quien trabaja para la oficina de servicios a la juventud de la localidad, indicó que se había dado cuenta de que los jóvenes de Wittstock son pasivos y difíciles de motivar. ''Los chicos en la zona rural de Alemania Oriental son realmente hijitos de mamá. Si ellos no tienen a un macho alfa que les diga qué tienen que hacer, ellos no hacen nada, y las chicas aquí son mucho más flexibles y con mentes más abiertas'', agregó.

En la desaparecida Alemania Oriental todo el mundo tenía un trabajo, con motivación o sin ella.

En Wittstock, más de 2,000 empleados, 95% de ellos mujeres, perdieron sus trabajos tras el cierre de la fábrica de ropa estatal Obertrikotagen Betrieb a principios de la década de los noventa, y pese a que las mujeres fueron las más afectadas, parecieron adaptarse mejor.

Dirk Scharfenort, de 36 años, pertenece a un grupo de jóvenes que no quieren abandonar su pueblo natal pese a la falta de oportunidades. Estuvo desempleado por varios años antes de que abriera un bar en Wittstock. Su establecimiento, ''Scharfe Ecke'', se han convertido en un centro de reunión para jóvenes desempleados.

''Muchas personas que vienen aquí no tienen trabajo, están decepcionados y son derechistas'', indicó Scharfenort, quien añadió que aunque siente simpatía por esos hombres, sus puntos de vista políticos son más centristas.

El dueño del bar indicó que la mayoría de los jóvenes tienen un fuerte arraigo a Wittstock y por ello ''ellos no quieren irse de nuestro pueblo''.

Más de un millón y medio de personas han abandonado a Alemania oriental desde la caída del muro de Berlín en 1989, y la inmensa mayoría se marchó a Alemania occidental. Sin embargo, aunque en los primeros días los hombres fueron mayoritariamente quienes iniciaron el éxodo, eso cambió rápidamente desde la unificación alemana en 1990, pues desde entonces, del total de personas que se han marchado, dos de cada tres eran mujeres, de acuerdo con Kroehnert.

El gobierno alemán recientemente prometió invertir cuatro millones de euros (5.5 millones de dólares) en un programa de emergencia que abarcaría bibliotecas móviles, mejores servicios públicos de transporte y mejores tratamientos médicos para frenar la migración de los estados orientales.

Sin embargo, algunos críticos señalaron que lo que la región necesita realmente son inversiones a largo plazo para generar nuevos empleos.

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