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Entregan premios Príncipe de Asturias

La lucha por el cambio climático y la condena al genocidio dominaron los temas en los discursos Al Gore instó a liderar una revolución de la conciencia sobre los daños del calentamiento globa
vie 26 octubre 2007 04:00 PM
El piloto alemán Michael Schumacher recibió el galardón por

La lucha por el cambio climático, el recuerdo del mayor genocidio de la historia de la humanidad y el deseo de superación de conflictos presentes marcaron el viernes la entrega de la XXVII edición de los premios Príncipe de Asturias.

Al igual que en las anteriores convocatorias, la ciudad de Oviedo se ha volcado en una ceremonia que tiene cada vez un carácter más internacional.

Sin duda, uno de los grandes protagonistas ha sido el ex vicepresidente de Estados Unidos Al Gore, premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional por su lucha contra el cambio climático.

Ante un abarrotado teatro Campoamor, presidido por la tribuna de los príncipes Felipe y Letizia, el recién galardonado con el Nobel de la Paz instó a liderar una revolución de la conciencia y a alcanzar un nivel de consenso ante las verdades que transmiten los científicos respecto a la crisis del calentamiento global.

También pidió enfrentarse con responsabilidad a lo que calificó como una "obligación moral".

"Tenemos la obligación de liderar una revolución de la conciencia en nuestro mundo porque somos un solo pueblo, que vivimos en naciones separadas pero que compartimos un punto común y nos enfrentamos a una amenaza común", dijo Gore en su discurso, en el que agregó que tenemos todo lo que hace falta para salvar la integridad ecológica.

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Sin lugar a dudas, el momento más emotivo de la ceremonia tuvo lugar cuando Avner Shalev, el presidente del directorio de Yad Vashem, Museo del Holocausto de Jerusalén, recibió el premio a la Concordia acompañado de 10 supervivientes del Holocausto que protagonizaron la mayor ovación de la gala.

Tras la entrega de este galardón, todos los asistentes al teatro Campoamor se pusieron de pie para guardar un minuto de silencio como homenaje a los seis millones de judíos asesinados por el nazismo.

"En este premio hallamos la victoria de la tolerancia sobre el racismo, del amor sobre el odio, del bien sobre el mal. No sólo la maldad nazi histórica, específica y única, sino también la maldad que sobrevive y se renueva en nuestros tiempos del antisemitismo, del racismo y la xenofobia en todo el mundo", dijo Shalev.

Y agregó que el mundo ya no puede tolerar ni sufrir un genocidio como el que está sucediendo actualmente en Darfur.

El escritor israelí Amos Oz, premio Príncipe de Asturias de las Letras, impartió un brillante discurso en el que defendió la literatura como "un puente entre los pueblos" y una manera de inmunización contra el fanatismo, y achacó parte de la tragedia árabe-judía a la incapacidad de imaginarse unos a otros, pidiendo además la colaboración de Europa.

Homenaje a la diversidad

Christiane Dahrendorf, esposa del galardonado en el apartado de Ciencias Sociales, Ralf Dahrendorf, recogió el premio en nombre de su marido al que le fue imposible acudir a la ceremonia por estar recuperándose de una operación.

El segundo de los grandes ausentes de la jornada fue el cantante Robert Allen Zimmerman, conocido como Bob Dylan, premio en la categoría de las Artes. No obstante, el príncipe Felipe tuvo palabras de recuerdo hacia él en su discurso, evocando el memorable tema "Blowing in the wind".

Otro de los más esperados, el piloto alemán Michael Schumacher, acudió a recoger el Príncipe de Asturias de los Deportes, mientras que representantes de las revistas Nature y Science hicieron lo propio con los galardones en el apartado de Comunicación y Humanidades.

Los científicos Peter Lawrence y Ginés Morata expresaron sobre el escenario la misma complicidad que en sus hallazgos en el campo de la Biología del Desarrollo, que les han otorgado el premio a la Investigación Técnica y Científica, dotado al igual que los otros con 50,000 euros y una escultura de Joan Miró.

En su discurso final, el Príncipe de Asturias, que tuvo palabras de homenaje para la totalidad de los premiados, aludió a la diversidad de todos ellos que, según afirmó, no les impedía luchar por los derechos fundamentales, el derecho a la vida y a la dignidad de las personas.

"Son capaces de convivir en la diferencia y consideran su propia diversidad como una fuente de enriquecimiento colectivo", dijo el Príncipe, antes de declarar abierta la convocatoria para la edición del 2008 de los galardones.

"En definitiva, son ejemplo vivo de lo que también los españoles nos propusimos hace ahora 30 años para nuestro país y que seguimos construyendo para las futuras generaciones", agregó.

 

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