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El protector de la biósfera mexicana

Ernesto Enkerlin ha logrado declarar "área protegida" a 161 espacios, que abarcan 11.5% del paí de 2001 a la fecha, el director de la Conanp septuplicó el presupuesto destinado a ese organism
jue 01 noviembre 2007 04:27 PM
Ernesto Enkerlin vive desde niño una cruzada personal para p

Su primer recuerdo como conservacionista no es exactamente un recuerdo, es una fotografía del anuario de segundo de primaria. En ella aparece con un sapo gigante en las manos y encima de la imagen dice ‘El protector de los animales’.

Al respecto, Ernesto Enkerlin relata que se peleó con sus compañeros porque ellos querían matar un sapo y él se opuso. Les exigió respetar su vida. Ahora, él es el director de la Comisión Nacional para las Áreas Naturales Protegidas (Conanp), institución dependiente de la Semarnat.

Enérgico y optimista. Un líder nato a quien le gusta trabajar en equipo. Sus colaboradores se deshacen en elogios. Trabajador incansable, entusiasta, desde todos los sectores. Su experiencia en el sector privado, la sociedad civil, la academia y el gobierno le permiten trabajar formando equipos en los que todos participen con el mismo objetivo.

No es menor su misión. Según la Conanp, México es el segundo país del mundo con la mayor diversidad de especies. Sapos, culebras... Enkerlin está en su elemento. Además, la UNESCO apunta que México es el cuarto lugar en áreas protegidas registradas en la Red Mundial del Programa del Hombre y la Biosfera, detrás de Estados Unidos, Rusia y España.

Eso ya es un logro. Cuando se creó la Comisión, México estaba en el noveno lugar de la red, desde entonces se inscribieron 18 nuevas zonas, como Cumbres de Monterrey, Huatulco, La Primavera (en Jalisco) y otras. De 1977 a 2005, el país sólo había inscrito 16 zonas de protección de la biosfera. Actualmente, son 34, de las 510 que se registran en todo el mundo. Con ello, Enkerlin es un campeón de la diversidad.

Regiomontano, hijo de biólogo y acostumbrado desde niño a convivir con animales en su propia casa, la carrera ‘verde’ de Enkerlin comenzó con un plan B. Cuando terminó sus estudios de ingeniería agrónoma en el Tecnológico de Monterrey “nadie en México te contrataba como conservacionista”, explica.

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Decidido a dedicar su vida a la naturaleza, fundó una empresa de producción de manzanas para poder hacer su propio dinero con la finalidad de dedicarlo a la defensa de la naturaleza. Pero el negocio no prosperó. “Tuve que regresar al plan A”, explica. Así que, y él mismo lo reconoce, estudió un ‘doctorado exprés’, en la Universidad de Texas A&M en cuatro años y sin maestría previa, para comenzar una carrera en la academia.

La profesora Adriana Nelly Correa, que trabajó con él 12 años en el Tecnológico de Monterrey, destaca su capacidad para emprender nuevas metas y para involucrar al equipo con su entusiasmo y su visión de largo plazo. Y, por encima de esto, su integridad personal, la preocupación de que la conservación de la naturaleza no se quede sólo en protegerla, sino que también involucre a las comunidades que viven en esas zonas naturales. “Ernesto hace honor al nuevo lema de la Conanp de conservación con, por y para la gente”.

Su liderazgo natural lo llevó a dirigir la Conanp, desde 2001, para la que ha logrado septuplicar su presupuesto, que pasó de 150 millones de pesos a 1,150 millones. De ellos, 250 millones son aportados por la iniciativa privada. Pero lo más importante es que consiguió aumentar considerablemente las zonas protegidas, que ahora son 161 espacios que abarcan 11.5% del territorio nacional.

A Enkerlin, experto en trabajo de campo, no le gusta la oficina. La mayor parte del tiempo lo pasa en las zonas que la institución protege. Muestra de ello es que la sesión de fotos se tuvo que plantear una y otra vez, hasta que se consumó en Monterrey.

El secreto de su éxito profesional tiene que ver con su pasión por la naturaleza, que, más que un trabajo, es un estilo de vida. “Estamos ahí porque nos gusta lo que hacemos y esto es difícil de encontrar en el gobierno”, explica. “La conservación es lo primero para nosotros y el gobierno es donde estamos ejerciendo la conservación”.

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