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Cuba admite pérdidas en productividad

El gobierno cubano aceptó que perdió 14,600 horas de trabajo el año pasado por indisciplinas; antes de su enfermedad, Castro dijo que la revolución puede destruirse por actos de corrupción.
vie 23 marzo 2007 04:05 PM

Cuba perdió 14,600 jornadas laborales en 2006 por "indisciplinas", dijo el viernes la televisión estatal, en alusión a uno de los problemas internos que el convaleciente líder Fidel Castro advirtió que podrían destruir la revolución.

Los datos llegan en momentos en que Cuba se dispone a aplicar un nuevo reglamento laboral que extiende los horarios de trabajo y exige mayor disciplina.

"Preocupa y, no a pocos, la aplicación de las resoluciones (...) que pretenden ordenar el trabajo y la disciplina laboral", dijo el noticiero de la televisión estatal cubana.

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"Pero lo que no parece pasar por la mente de muchos alarmados (...) es la necesidad de ordenar los procesos productivos en correspondencia con una etapa determinante en la continuidad de nuestro proceso, donde es impostergable hacer las cosas mejor y no sólo en consignas", añadió.

El nuevo reglamento laboral entraba en vigor en enero, pero fue postergado hasta abril.

El noticiero de la televisión estatal dijo que el déficit de transporte público "parece" ser una de las razones que retrasó la aplicación del reglamento.

El ausentismo y la flexibilidad en los horarios de trabajo proliferaron en Cuba durante los años del llamado "período especial", que sobrevino cuando el colapso en 1991 de la Unión Soviética sumió a la isla en una crisis sin precedentes.

"La permisibilidad de las administraciones con la ausencia casi absoluta del descuento (del salario) nos hace cómplices, porque se contabilizan los gastos y los costos, pero ¿quién cuenta el tiempo perdido?", cuestionó la televisión estatal.

Cifras publicadas en noviembre pasado por la prensa oficial indicaban que un 44,6 por ciento de las empresas estatales de Cuba no cumplían las normas disciplinarias, ya que algunos empleados dormían en horario de trabajo y otros ni siquiera estaban en las oficinas.

Castro advirtió poco antes de ceder el poder en julio pasado por una enfermedad no revelada, que la corrupción, las ineficiencias y las negligencias podrían destruir la revolución que lo llevó al gobierno en 1959.

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