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La "Ética Mundial", lo nuevo en negocios

La Fundación del teólogo Hans Küng, llega ahora a México para "revolucionar" a los empresarios inyectar nuevas filosofías, congruentes con la Responsabilidad Social, es una de las metas.
jue 29 marzo 2007 06:00 AM
Gerardo Martínez, dirigirá este “cambio de paradigma” en Méx

Fundación Ética Mundial-México es el capítulo local del movimiento que inició en la década de los 90 el teólogo suizo-alemán Hans Küng a nivel global. El nacimiento de esta iniciativa fue anunciado el 26 de marzo con la visita de Küng, a nuestro país. Ética Mundial postula "un cambio de mentalidad" en los dirigentes políticos y sociales, así como entre los hombres de negocios.

La venta de un agroquímico nocivo puede perjudicar a un ecosistema y su economía; el ‘robo’ de un empleado de la competencia desarticula el futuro de otra empresa, y el despido de trabajadores al margen de la ley provoca trastornos sociales ¿Es que así son las reglas de la globalización, y esto es irremediable?

"Atacar la globalización y al mundo económico no es la vía correcta para construir una ética mundial", afirma Gerardo Martínez Cristerna, presidente de la Fundación Ética Mundial-México. "Convencidos de los valores económicos de la globalización hay que plantear las cosas que se están haciendo en perjuicio de la humanidad. A través del convencimiento, no con pistola en mano", afirma.

Pretender una ética de corte mundial parece utópico pues implicaría consensuar valores básicos en una realidad donde 587 multimillonarios acumulan una fortuna igual a la quinta parte de la economía de EU y a cien veces el PIB de Bolivia (Forbes 2006). No es cuestión de juicios, sino del panorama que dibujan ciertas dimensiones comparadas. ExxonMobile, Toyota o GE son, cada una, economías mayores que Portugal, Israel o Irlanda. El desequilibrio de poderes es mayúsculo.

El concepto de Responsabilidad Social Empresarial (RSE), tal como se viene aplicando desde los 90, parece no estar cumpliendo los objetivos, al menos para los que se creó. Absorbido por la lógica de la mercadotecnia, el RSE es para muchas empresas una inversión necesaria que asumen bajo el concepto de ‘mercadotecnia social’.

Aunque el RSE dispone, cada vez, de más recursos, los resultados no aparecen. "Actualmente hay 3,200 millones de personas en todo el mundo que viven con 2 dólares diarios", dice Martínez Cristerna. En México, 43% de la población vive con ese ingreso según el Banco Mundial. "Es preciso que los capitales se convenzan de que esto no puede seguir así porque van a encontrar la venganza a flor de piel", advierte el director de la Fundación.

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¿Cuán complejo es lo que se viene en el tema de ética empresarial? Tanto como lo que resulta de contrastar datos de la realidad.

La encuesta Monitor de Responsabilidad Social Corporativa, que realiza la empresa Mori, apunta que Coca-Cola Company fue en 2002 la compañía "socialmente más responsable", según consumidores en 25 países.

La contracara es que por cada litro de refresco que fabrica la compañía, utiliza 2.6 litros de agua potable. Un informe del India Resource Center, que mide el impacto ambiental de las empresas, indica que con el agua que Coca-Cola consumió en 2004 se podrían satisfacer las necesidades de toda la gente que no tiene acceso a ella, durante 47 días.

Por eso, lo que la Fundación Ética Mundial, quiere dar una vuelta de tuerca. Propone educar a los dirigentes empresarios, políticos y sociales, sobre lo que Hans Küng definió como ‘mínimo común’. Es decir, valores universales básicos: el hombre es sujeto no objeto, responsabilidad, diálogo, conciencia de interdependencia, tolerancia, respeto por la vida y la naturaleza.

Al explicar los fundamentos de Küng, Martínez destaca algo: "La finalidad no es obligar jurídicamente a los hombres para que se cuiden. Estos principios mínimos para la sobrevivencia del hombre deben apuntar al pensamiento, no al estado de derecho".

Así concebida, la ética mundial no es una nueva ideología, religión o movimiento político. "Es una apelación a una reflexión filosófica que lleve a tomar acción", dice Martínez. Para los empresarios será algo así como el desafío de volver a escuchar a los filósofos clásicos para recuperar el sentido de los valores universales y convertirlos en hechos.

En México, los ingresos del 10% más pobre de la población son 32 veces inferiores a los que consigue el 10% más rico. "México es un lugar maravilloso para aplicar este modo de pensar", considera el fundador de Ética Mundial-México. "Las brechas no se reducen con violencia o con revoluciones", comenta, "se reducen con filosofía, que es la parte interesante de esta propuesta".

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