Protestas marcan inicio de gira de Bush

Miles de manifestantes en San Paulo, Brasil, fueron dispersados con gas lacrimógeno que la policía lanzó, mientras protestaban por la visita del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, que busca mejorar las relaciones entre Washington y América Latina.

Datos de la policía informan que más de 6,000 manifestantes contra Bush de todas las edades marcharon por la céntrica y famosa avenida Paulista de Sao Paulo, el corazón financiero y de negocios de Brasil.

Los enfrentamientos, que ocurrieron antes de la llegada del mandatario, comenzaron cuando un pequeño grupo, en su mayoría "punks", lanzó piedras a la policía, que respondió lanzando el gas y balines de goma, según testigos.

Los incidentes estropearon una pacífica manifestación en la que asistentes acusaron a Bush de fomentar la guerra y la contaminación del planeta.

Consignas como "enemigo número uno de la humanidad" y "Fuera Bush!" se leían en carteles que portaban trabajadores, estudiantes y activistas. Además, los manifestantes demandaron el fin de la guerra en Irak y lo que catalogaron como tortura patrocinada por el Estado, el imperialismo estadounidense y el desigual crecimiento económico.

"No hay nada más que decir además de que nosotros queremos ser amigos. Mi viaje es una oportunidad para decirle a la gente (...) que a Estados Unidos le importa mucho la situación de las personas", dijo Bush en una entrevista con RCN TV de Colombia, adonde llegará el domingo.

Después de la visita a Brasil, Bush viajará por Uruguay, Colombia, Guatemala y México.

Bush llegó al aeropuerto internacional de Sao Paulo, en el municipio vecino de Guarulhos, a las 20:04 hora local, y fue transportado junto a su esposa Laura hacia la zona sur de la ciudad, donde se hospedará.

Un fotógrafo de la agencia Reuters, Caetano Barreira, fue herido en la cara por un pedazo de madera arrojado por los manifestantes. Al menos dos policías resultaron heridos, mencionaron algunos testigos.

Brasil, punto inicial de una gira latinoamericana de Bush, es el país que Washington ve como potencial contrapeso a la influencia del mandatario venezolano, Hugo Chávez, y sus planes de extender la revolución socialista en América Latina.