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Los narcos se convierten en 'polleros'

Traficantes de drogas se apoderaron de la frontera y ahora también transportan indocumentados; esto como parte del reforzamiento de las medidas de seguridad entre México y EU.
vie 04 mayo 2007 04:01 PM
Los contrabandistas se han apoderado de las principales ruta

Una consecuencia inesperada del reforzamiento de la seguridad en la frontera con Estados Unidos es que los narcotraficantes mexicanos se apoderaron de las principales rutas de ingreso de indocumentados y las usan para transportar personas y drogas.

Funcionarios de ambos países confirmaron que en los últimos cuatro meses hubo novedades alarmantes en la dinámica de la frontera.

La presencia de los narcotraficantes en el tráfico de indocumentados es una respuesta al endurecimiento de las medidas de seguridad dispuestas por Estados Unidos, según las autoridades.

Contrabandistas de drogas y de personas convivieron durante años, pero la nueva situación los obligó a competir por las rutas más ventajosas, y los narcotraficantes ganaron esa batalla.

También resulta evidente que los contrabandistas de drogas están ampliando sus actividades e ingresando en otras áreas delictivas.

Los contrabandistas de drogas ''usan a los indocumentados para enviarnos a un lugar u otro y nosotros estamos combatiendo esa estrategia'' con personal y equipos de alta tecnología adicionales, señaló Alonzo Peña, jefe de investigaciones de la oficina del Departamento de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos en Arizona.

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Gustavo Soto, de la Patrulla de Fronteras estadounidense con sede en Tucson, Arizona, dijo que los contrabandistas de drogas están transportando sus cargas por las rutas usadas tradicionalmente por los indocumentados.

La construcción de muros y la movilización de la Guardia Nacional estadounidense impiden el tránsito por las rutas tradicionales de contrabando de drogas. Barreras erigidas en los pasos de vehículos, por otra parte, obligan a los contrabandistas a transportar las cargas a pie, indicó Soto.

''Logramos clausurar muchas rutas para el transporte de drogas añadiendo tecnología y más agentes'', señaló Soto. ''Estamos confiscando grandes cantidades de drogas''.

Las altas sumas que cobran los narcotraficantes a los indocumentados puede ser la razón de la merma que hubo en el tráfico de indocumentados, que las autoridades estadounidenses atribuyen a las nuevas medidas de seguridad, según funcionarios mexicanos y analistas.

La nueva situación se hizo evidente en diciembre, cuando individuos fuertemente armados detuvieron a 12 camionetas que trasladaban a unos 200 indocumentados en una carretera aislada del desierto mexicano, cerca de la frontera. Funcionarios de la zona dicen que sacaron a todo el mundo de los vehículos, los rociaron con gasolina y los incendiaron.

Nadie resultó herido. Pero los restos de los vehículos incendiados son un claro mensaje para quienes desean cruzar ilegalmente la frontera.

Desde entonces, integrantes del poderoso cartel de Sinaloa consolidaron su control de las principales rutas por Arizona, y a menudo usan a los indocumentados para distraer a las fuerzas de seguridad estadounidenses, de acuerdo con funcionarios de Estados Unidos y México.

Cerca de la frontera con Arizona, en el pueblo de Sasabe, donde numerosas personas inician el cruce ilegal de la frontera, individuos armados detienen en una gasolinera a las camionetas repletas de emigrantes, les cobran mil pesos (90 dólares) a cada uno y les dicen por dónde y cuándo deben cruzar, según relataron indocumentados y autoridades locales.

A veces disponen que grandes cantidades de personas crucen de una vez y despejen el camino para el traslado posterior de drogas en el mismo día. También impiden que los emigrantes usen las rutas más exitosas con la esperanza de que las autoridades estadounidenses desatiendan esos sectores.

''Los narcotraficantes no dejan que los emigrantes ingresen (a determinadas zonas) para evitar que la zona se caliente y la Patrulla de Fronteras se ponga en alerta'', expresó un funcionario mexicano de la región que pidió no ser identificado por temor a ser objeto de represalias. ''Quieren controlar la zona para enfriarla y poder transportar sus cargamentos''.

Mientras el cartel de Sinaloa controla la frontera con Arizona, su principal rival, el cartel del Golfo, se dedica al contrabando de personas por la frontera con Texas, según el subprocurador Noé Ramírez.

''Los contrabandistas de drogas se están dedicando al contrabando de personas y armas'', dijo Patricio Patino, alto funcionario del aparato de seguridad mexicano.

El contrabando de personas es tan solo una de las actividades en que incurren los narcotraficantes para diversificar sus negocios.

Ello se debe a que cada vez cuesta más ganar dinero en la frontera mediante el tráfico de drogas, según analistas y funcionarios de seguridad. En los últimos seis meses hubo un aumento del 20% en las confiscaciones de cargamentos de cocaína y uno del 28% en las de marihuana en relación en el mismo período el año pasado.

Y el mes pasado la policía mexicana hizo la incautación de dinero de la droga más grande de la historia al confiscar 207 millones de dólares prolijamente guardados en una mansión de la ciudad de México.

Los carteles cobran para proteger a los comerciantes, igual que las organizaciones mafiosas estadounidenses. En muchas partes de México, los carteles son los que deciden todo, desde quién lustra zapatos en determinada esquina hasta quien es el jefe de la policía.

El presidente Felipe Calderón decidió intensificar su guerra a los carteles en respuesta a olas de violencia que por momentos recuerdan la violencia sectaria de Irak.

Casi todos los días aparecen cabezas decapitadas o cuerpos torturados, muchos de ellos con notas dirigidas a las autoridades.

Tan solo el 16 de abril aparecieron unos 20 cadáveres en todo el país y se cree que todos fueron víctimas de la violencia del narcotráfico.

La región fronteriza se ha tornado particularmente sangrienta y parte de la violencia parece relacionada con el contrabando de personas.

La semana pasada, la policía halló los cadáveres amordazados y acribillados de dos individuos cerca de Sasabe. La esposa de uno de ellos, Enrique Sotelo González, dijo que su marido se había quejado de tener que pagar tarifas a individuos armados por el derecho a transportar personas a través de la frontera, según la policía estatal.

Las autoridades mexicanas dicen que la violencia ha ahuyentado a muchos potenciales emigrantes.

En los diez meses que lleva la Guardia Nacional en la frontera fueron detenidas 271,195 personas en Arizona, lo que representa una baja del 18% en relación con el mismo período del año pasado, de acuerdo con la Policía de Fronteras.

''Ahora los emigrantes se enfrentan a dos controles, la migra (las autoridades del servicio de inmigración) y la delincuencia. Pero la delincuencia es lo que los asusta más'', declaró un funcionario del servicio de inmigración mexicano que pidió no ser identificado.

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