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Kennedy pide apoyo de reforma migratoria

El senador de EU pidió al Congreso estar unidos para superar los obstáculos que enfrenta la ref en varios medios hispanos la nueva legislación ha sido considerada como inaceptable.
vie 18 mayo 2007 11:50 AM

Pese a las amplias críticas que ha suscitado el nuevo acuerdo de reforma inmigratoria, el senador Edward Kennedy pidió el viernes al Congreso estar muy unido para superar los serios obstáculos políticos a los que se enfrenta.

La Casa Blanca y senadores influyentes de los dos partidos anunciaron el jueves un acuerdo que daría estatus legal a millones de indocumentados que ya se encuentran en Estados Unidos, a la vez que reforzaría la frontera.

La propuesta, que fue tildada por algunos sectores conservadores como un programa de ''amnistía'' que no castigaría a quienes ya han violado la ley entrando ilegalmente a Estados Unidos, también apoyaría el programa de trabajadores temporales.

El presidente George W. Bush dijo que el proyecto ''ayudaría a reforzar nuestras fronteras, e igual de importante, tratará con respeto a las personas''.

''Este es un proyecto por el cual las personas que viven en nuestro país serán tratadas sin amnistía, pero sin enemistad'', dijo Bush.

El acuerdo no sentó bien en algunos medios hispanos. El diario Hoy lo consideró de ''Inaceptable'', mientras que el Diario La Prensa subrayó que se hizo de ''Mala Gana''.

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En México, el nuevo plan defraudó a millones de mexicanos pobres y potenciales emigrantes que confiaban en la promesa de Bush de que algún día podrían solicitar una visa temporal y vislumbrar el sueño americano.

La propuesta no incluyó la iniciativa original de Bush que ofrecía visas por tres años a los migrantes radicados en sus países.

Preguntado sobre la amnistía en la cadena CBS, Kennedy dijo que ''ese es el eslogan que se va a escuchar durante mucho tiempo''. Señaló que el problema de la frontera es uno que se tuvo que resolver desde hace bastantes años.

El acuerdo fue el fruto de semanas de negociaciones a puertas cerradas entre los demócratas más liberales, los republicanos más conservadores y funcionarios del gabinete de Bush.

El proyecto, sumamente complejo y cargado de consecuencias políticas, aún enfrenta una larga batalla en ambas cámaras, y su aprobación dista de estar asegurada.

Se crearía un programa de trabajadores temporales para traer personal a Estados Unidos y otro especial para los trabajadores agrícolas. Los conocimientos y el nivel educativo tendrían mayor importancia que los vínculos familiares para decidir si el inmigrante puede acceder a la residencia permanente. Se tomarían medidas de verificación de empleo de alta tecnología para determinar si el trabajador se encuentra legalmente en el país.

Los indocumentados podrán declarar de inmediato su condición ilegal para obtener un permiso provisional de residencia que les permitirá vivir y trabajar legalmente en Estados Unidos, aunque no podrán iniciar el proceso de residencia permanente o la solicitud de ciudadanía hasta que la seguridad fronteriza sea mejorada y quede completado el sistema de alta tecnología para la identificación de la situación legal de todos los trabajadores extranjeros.

De esta forma, obtendrían de momento un ''visado del tipo Z'' y, tras el pago de las costas judiciales y una multa de 5,000 dólares, quedarán a la postre en condición de solicitar la residencia permanente, lo que podría demorar entre 8 y 13 años. Los cabezas de familia tendrán que regresar primero a sus países de origen.

Un nuevo programa de trabajadores temporales tendrá que aguardar hasta que sean activados los ''mecanismos'' de inmigración.

Esos trabajadores tendrán que regresar a sus países de origen tras una permanencia en Estados Unidos de dos años, con pocas posibilidades de obtener un estatus de permanencia legal o naturalizarse ciudadanos estadounidenses. Podrán renovar dos veces sus permisos temporales de trabajo pero tendrán que abandonar el país durante un año entre cada renovación.

Los demócratas querían un programa de trabajadores temporales a quienes les sería permitido permanecer y trabajar indefinidamente en Estados Unidos.

Con el nuevo plan, los lazos familiares no serán ya suficientes para obtener un permiso de residencia, salvo el caso de los esposos extranjeros y los hijos menores de ciudadanos estadounidenses.

En anticipación a las críticas, especialmente la de aquellos que consideran que los senadores pecaron de generosos a la hora pasar por alto la entrada y permanencia ilegal de millones de indocumentados, el senador republicano Arlen Specter se apresuró a aclarar que ''no se trata de una amnistía. El proyecto restaurará el imperio de la ley''.

El senador Byron Dorgan dijo que tratará de anular el programa de trabajadores temporales porque afecta a los empleados estadounidenses.

Por otra parte, los candidatos a la presidencia, con tanto en juego, podrían complicar la propuesta. Las fisuras al respecto comenzaron a salir poco después de ser anunciado.

''No sé si la legislación sobre inmigración fructificará'', dijo el líder de la mayoría en el senado, el demócrata Harry Reid, quien manifestó ''serias dudas'' sobre el acuerdo.

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