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Uribe ofrece acuerdo con las FARC

Si las FARC liberan rehenes, despejarán una zona para pactar la paz, dijo el presidente colombi ofrece que su gobierno aceptaría una zona de encuentro para pactofrece que su gar la paz en 90
jue 02 agosto 2007 03:24 PM
Gustavo Moncayo le dijo a Uribe que ''No hay que lanzar prop

El presidente Álvaro Uribe afirmó que si las FARC liberan a los rehenes en su poder despejará de militares una zona para ''pactar la paz en 90 días'', en medio de los gritos hostiles de una multitud que apoyó a Gustavo Moncayo, quien promueve un acuerdo humanitario que le permita volver a ver a su hijo que lleva 10 años de cautiverio.

Uribe dirigió el jueves un discurso ante una audiencia que lo abucheaba en la Plaza de Bolívar, a donde acudió al campamento que instaló ahí Moncayo, el padre de un soldado secuestrado y quien caminó por medio país para exigir que el gobierno negocie un canje con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

''La opción de la zona de despeje no, le dije (a Moncayo) que la zona de despeje no y con toda franqueza no podía conversar tres horas con él para engañarlo'', afirmó.

En cambio, Uribe dijo que: ''si las FARC libera a los secuestrados, con participación de la comunidad internacional, el gobierno acepta una zona de encuentro para pactar la paz en 90 días con las FARC''.

Pero Moncayo insistió en su posición de que es necesario el acuerdo humanitario.

''Debemos unir todos los esfuerzos, tanto del pueblo como del gobierno, los familiares (de secuestrados) y la misma guerrilla y buscar otras alternativas de apoyo, como el apoyo internacional, eso es un trabajo tal vez a largo plazo, pero lo más mediato sería el acuerdo humanitario'', expresó.

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''Tristemente nuestros hijos siguen allá en la selva, por más cosas que se hayan hecho ellos siguen secuestrados, pero nosotros seguimos en ese juego politiquero entre el gobierno y las FARC'', expresó Moncayo desde un micrófono a la par de Uribe.

''No hay que lanzar propuestas por lanzar propuestas, hay que sentarse a la mesa y dialogar. Si lanza propuestas, quien nos garantiza que la guerrilla va a aceptar propuestas, nadie nos garantiza nada'', agregó Moncayo.

El padre del secuestrado también consideró una ''farsa'' la liberación unilateral de centenares de guerrilleros en mayo y que para el gobierno fue ''un gesto humanitario''.

“¿Por qué tenemos que esperar que nuestros hijos nos los entreguen como los diputados del Valle?'', se preguntó Moncayo, en referencia a los 11 legisladores regionales que al parecer fueron ejecutados por las FARC en junio.

''El mismo discurso del presidente, el mismo discurso de las FARC, no va a nada'', expresó Moncayo.

El encuentro pareció convertirse en un duelo entre Moncayo y el presidente, quien volvió a empuñar el micrófono para replicar.

El gobernante llegó a la hora pactada para encontrarse con Moncayo acompañado del vicepresidente Francisco Santos y varios ministros, todos rodeados de un vasto operativo de seguridad, pero tuvieron que esperar 45 minutos al profesor hasta que regresó de una misa.

El profesor recorrió más de 900 kilómetros a pie en un gesto de protesta ante su impotencia de hacer algo para liberar a su hijo Pablo Emilio, en cautiverio por casi una década y llegó en la víspera a Bogotá.

Aunque no en la misma dimensión que lo acogió en la víspera, cuando decenas de miles de colombianos se volcaron a darle la bienvenida, un gentío se aglomeró en la céntrica plaza y empezó a gritar ''abajo Uribe'' y otras arengas antigubernamentales, ante lo que Moncayo abandonó el encuentro y se dirigió a la multitud.

''Aquí no estamos diciendo abajo a nadie, vamos a hacer lo posible para que esto tenga un feliz término. Que viva la libertad y viva la paz... cambiemos la mentalidad y no seamos retrógrados'', manifestó, tras lo que el griterío siguió esos lineamientos y se escuchaba ''sí a la vida y sí al acuerdo humanitario''.

Pero la hostilidad se enardeció cuando Uribe pronunciaba su discurso.

''El que quiere refutar puede venir aquí'', dijo Uribe retando a los que abucheaban para que subieran al podio. Una joven, que dijo que estudiaba en el extranjero ciencias políticas, le preguntó al presidente: “¿Dónde están los logros? el país sigue siendo tan pobre como lo ha sido siempre, sigue muriendo de hambre''.

''Entérense'', fue la respuesta de Uribe antes de comenzar a defender su administración.

Ante gritos que lo tildaban de ''paramilitar'', el presidente expresó: ''espero que cuando me digan paramilitar a mí, no sea con el ánimo de que imperen las FARC en Colombia... ¿ustedes son manifestantes o saboteadores?''

La caminata de 46 días que condujo Moncayo desde su remoto poblado en los Andes suroccidentales, logró un multitudinario a favor de su demanda de que se negocie la liberación de su hijo y cerca de medio centenar de rehenes más de las FARC, que la condicionan a un canje con guerrilleros presos.

Las FARC, fundadas en 1964 y que son la más poderosa guerrilla izquierdista de Colombia, exigen que tal negociación se realice en una zona al suroeste de 800 kilómetros cuadrados libre de militares, una condición que Uribe rechaza ya que en el pasado los rebeldes emplearon una zona desmilitarizada destinada a negociaciones de paz para acopiar armas, ocultar secuestrados y realizar actividades ligadas al narcotráfico.

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