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Renuncia secretario de Justicia de EU

Alberto Gonzales se vio envuelto en una controversia por la destitución de fiscales federales; se prevé que el funcionario será reemplazado por el procurador general, Paul Clement.
lun 27 agosto 2007 08:05 AM
Según fuentes oficiales, Gonzales renunció desde el viernes

El secretario de Justicia de Estados Unidos, Alberto Gonzales, renunció el lunes a su cargo poniendo fin a una polémica gestión que afectó al gobierno del presidente George W. Bush.

Gonzales, de 51 años, anunció en el Departamento de Justicia que su renuncia entraría en efecto el 17 de septiembre y rechazó responder preguntas de los periodistas.

No entregó razones para su decisión de dejar el cargo tras meses de controversia sobre su desempeño.

"He vivido el sueño americano", dijo Gonzales, un hijo de trabajadores inmigrantes quien comenzó a trabajar para Bush cuando el actual mandatario era gobernador de Texas.

"Incluso mis peores días como fiscal general han sido mejores que los mejores días de mi padre", señaló.

Gonzales se encontraba en medio de un escándalo desatado por el despido fiscales federales el año pasado, que según opositores en el Congreso estadounidense tenían motivaciones políticas y enfrentaba una posible investigación por supuesto perjurio en un testimonio.

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Bush se refirió a la dimisión desde Texas, atacando duramente a los críticos de Gonzales, de los que dijo que lo habían tratado de manera injusta y que arrastraron su nombre "por el fango".

"Es triste vivir en una época en la que una persona honorable y con talento como Alberto Gonzales se vea impedida para hacer un trabajo importante porque su buen nombre fue arrastrado por el fango por razones políticas", manifestó.

El presidente calificó a Gonzales de un hombre de integridad, decencia y principios, y dijo que aceptó su dimisión de mala gana, "tras meses de tratamiento injusto que han creado una distracción dañina en el Departamento de Justicia".

El procurador general estadounidense, Paul Clement, se desempeñará como fiscal general interino, indicó el funcionario, en medio de las especulaciones de que el secretario de Seguridad Interior, Michael Chertoff, podría ser el candidato para el reemplazo permanente.

Gonzales habló el viernes con Bush por teléfono y luego lo visitó el domingo en su rancho en Crawford, donde entregó formalmente su carta de renuncia, dijo un alto funcionario del gobierno.

"Él (Bush) la aceptó con mucha reticencia", indicó el funcionario. Consultado sobre si alguien en la Casa Blanca había sugerido la renuncia de Gonzales, respondió: "Fue su decisión".

La reacción de los demócratas fue inmediata.

El senador Patrick Leahy, presidente del Comité Judicial del Senado, culpó a Gonzales y a Bush por la "severa crisis en la dirección" del Departamento de Justicia.

"Espero que la decisión del fiscal general sea un paso para llegar a la verdad sobre el nivel de la influencia política que la Casa Blanca posee sobre el Departamento de Justicia y hacia la reconstrucción de su directiva", aseveró en un comunicado.

El líder de la mayoría del Senado, Harry Reid, afirmó: "Esta renuncia no es el final de la historia. El Congreso debe llegar hasta el fondo de este caos y seguir los hechos hasta (el lugar desde) donde fueron dirigidos, dentro de la Casa Blanca".

Gonzales es el último miembro del círculo cercano de Bush en abandonar la Casa Blanca, al tiempo que el gobierno se dirige al último año de una gestión de dos periodos.

El alto asesor de Bush, Karl Rove, dejó su puesto la semana pasada, después de la renuncia del ex director de comunicaciones Dan Bartlett, que ocurrió a inicios del 2007.

Gonzales trabajó para Bush cuando éste era gobernador del estado de Texas en la década de 1990. Se desempeñó como abogado de la Casa Blanca durante el primer periodo presidencial de Bush antes de convertirse en el primer fiscal general perteneciente a la comunidad latina en febrero de 1995.

Funcionarios públicos retirados y en servicio han señalado que la integridad del Departamento de Justicia fue perjudicada bajo la gestión de Gonzales, debido a la controversia por el despido de los fiscales, su apoyo al programa de espionaje doméstico de Bush y otros tópicos delicados.

Aseveraron que como resultado la moral de los empleados había sido dañada y que las relaciones de Gonzales con el Congreso de Estados Unidos, controlado por los demócratas, se había deteriorado tras la tormenta de críticas de legisladores, incluyendo a algunos republicanos.

El senador republicano Arlen Specter, dijo a Gonzales a inicios de este año que el Departamento de Justicia era "disfuncional". Pero el entonces fiscal general declaró al Congreso: "He decidido quedarme y solucionar los problemas".

Pese a que reconoció errores en el manejo de los despidos, Gonzales ha negado que éstos tuvieran motivos políticos para influenciar indagaciones federales que implicaban a legisladores demócratas o republicanos.

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