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Mexicano crea coche para discapacitados

Raúl Rojas desarrolló un automóvil autónomo que aumentará la movilidad e independencia; el proyecto de la Universidad Libre de Berlín, podría ofrecer en el mercado sistemas de asisten
dom 02 septiembre 2007 10:22 AM

El investigador mexicano Raúl Rojas y un grupo de estudiantes crearon el automóvil "Espíritu de Berlín", destinado en un futuro para personas con alguna discapacidad, y con el que esperan ganar la competencia de automoción "Urban Challenge".

El automóvil "Espíritu de Berlín" es un vehículo desarrollado con una tecnología que, a mediano plazo, aumentará la movilidad e independencia de personas con algún tipo de discapacidad, dijo el investigador mexicano.

Rojas, director de Inteligencia Artificial de la Universidad Libre de Berlín, llevó a su equipo a las semifinales del "Urban Challenge", competencia líder internacional en automoción autónoma, con su creación "Spirit of Berlín" (Espíritu de Berlín).

El experto señaló que el equipo se encuentra muy satisfecho por haber llegado a las semifinales del campeonato, al que pasaron sólo 36 de los 87 proyectos presentados.

Previamente se seleccionaron 53 estudiando los automóviles a distancia, pero en junio, el equipo de estudiantes alemanes dirigido por Rojas tuvo que desplazarse a Estados Unidos para mostrar el "Espíritu de Berlín" y someterlo a varias pruebas.

El coche se encuentra en Texas, donde la organizadora del evento, la agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA), lo sometió a diversas pruebas durante cuatro horas, que proporcionaron los puntos necesarios para pasar a semifinales.

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"El coche tuvo que dar la vuelta a edificios, evadir el tráfico, detenerse correctamente y actuar de acuerdo a las normas de tráfico en los cruces de caminos –en Estados Unidos el que primero llega al cruce-, cediendo correctamente la prioridad", indicó.

Además, añadió el investigador mexicano, "encontrar caminos alternativos ante calles cerradas".

En octubre próximo se celebrará la semifinal en el circuito de una antigua base militar en Westlake Village, en California, de la que saldrán seleccionados 20 vehículos para la gran final.

"Es muy difícil pasar, pero somos optimistas", expresó Rojas, "especialmente porque no contamos con tantos recursos como otras universidades respaldadas económicamente por compañías de robótica o por la propia DARPA".

Recibieron una subvención 11 de los participantes de un millón de dólares (entre ellos el Instituto Tecnológico de Massachussets, el Carnegie Mellon, Stanford, entre otras) y parten como favoritas.

El proyecto de la Universidad Libre de Berlín fue subvencionado por la Sociedad Alemana de Investigación (DFG), pero su presupuesto global fue sólo de 150 mil euros (204 mil dólares).

"Por eso, nosotros ya estamos más que satisfechos, pues nuestra intención era llegar al menos a semifinales y ya lo hemos logrado", afirmó Rojas.

Pero las pruebas que deberá superar el "Espíritu de Berlín" serán mucho más duras en el circuito de octubre y habrá retos adicionales en Westlake Valley: el principal, que nadie conoce el terreno, explicó Rojas.

El automóvil está dotado con un sistema de navegación GPS con un mapa de las calles pero cuenta, como este tipo de sistemas, con varios metros de imprecisión, señaló.

Por ello, es vital el rol que juega la cámara de vídeo y el láser que permiten determinar la dirección de la calle y detectar los obstáculos, respectivamente, indicó Rojas.

"Las cámaras de vídeo determinan el color del suelo que el coche tiene delante: por ejemplo, si se detecta el color del asfalto, la computadora que maneja el propio coche es capaz de saber la dirección de la calle y hacia dónde dirigir el volante", informó.

"Por otro lado, indicó, el láser situado en la parte delantera detecta los obstáculos hasta una distancia de 100 metros del automóvil, es como una especie de "bastón de ciego" que funciona enviando un pulso de luz para que el objeto más cercano la refleje".

"La computadora mide el tiempo de vuelo de la luz para determinar la distancia de ese objeto y es capaz de ver si es necesario frenar –comienza a hacerlo cuando el obstáculo está a 20 metros- o si puede continuar", dijo el experto mexicano.

La visión del "Espíritu de Berlín", por tanto, se resuelve con una cámara de vídeo y el "palpado" de obstáculos con un láser y finalmente es la computadora la que resuelve los conflictos, añadió.

Rojas comenzó el camino del "Espíritu de Berlín" hace un año junto con su equipo. El investigador ya contaba con numerosa experiencia y software robótica desarrollado durante su participación, en nueve ocasiones, en el concurso RoboCup.

El experto mexicano viajó en agosto de 2006 a Stanford para documentarse sobre los automóviles autónomos y unos meses después compró uno para comenzar la prueba.

"Era barato y de segunda mano, de un minusválido, por lo que ya tenía parte del equipo necesario. Lo compramos por eBay en Internet, ya que teníamos poco presupuesto", recordó.

A partir de entonces comenzó a funcionar el equipo, integrado exclusivamente por estudiantes de las universidades de Berlín y de Houston, un total de 13, dirigidos por Rojas.

El auto que participa en el concurso estadounidense es una especie de "coche fantástico", que no se prevé vaya a verse por las calles en el futuro conduciendo solo, pero las aplicaciones prácticas de la tecnología desarrollada por el equipo de Rojas son muchas y variadas.

Lo primero que se ofrecerá, a corto plazo, según dijo, son sistemas de asistencia al conductor, que ya existen, y avisan, por ejemplo, si el trailer se sale del carril o si va demasiado rápido.

También sistemas de estacionamiento del automóvil o que son capaces de reconocen semáforos.

Afirmó que mantener la distancia de seguridad y la velocidad no es problema para el "cruise control" que se adapta solo a las condiciones de la carretera y a la posición de los otros vehículos.

Rojas es Catedrático en Berlín desde 1997 y anteriormente trabajó en la Universidadd de Halle. Sus proyectos futuros se centran en el trabajo con grandes robots, micro-robots y robots humanoides.

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