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Granjeros de EU migran a México

Prefieren mudarse por la falta de mano de obra derivada de las estrictas medidas antiinmigrante dan empleo a unas 11,000 personas a las que les pagan mucho menos que si estuvieran en EU.
vie 15 febrero 2008 10:31 AM
En México las reglas ambientales son menos estrictas y costo

Como otros productores estadounidenses de vegetales en California, Larry Cox supervisa a cientos de mexicanos que recolectan cebollines, espárragos y coliflores en la fértil tierra del valle del Río Colorado.

Pero su granja no se ubica en California, donde las redadas contra la inmigración ilegal ocasionan la escasez de mano de obra y las normas más estrictas elevan los costos.

La granja de Cox se ubica en México, justo al sur de la frontera, en donde puede contratar la misma cantidad de trabajadores por la décima parte de lo que pagaría en su país.

Productores estadounidenses cultivan unas 20,234 hectáreas en México y dan empleo a unas 11,000 personas, a pesar de los altos niveles de criminalidad, el recelo contra los extranjeros y los prejuicios que tienen en Estados Unidos sobre la higiene de los alimentos mexicanos.

El endurecimiento de las medidas contra la inmigración ilegal aplicado por el Gobierno del presidente George W. Bush y la mayor seguridad fronteriza está frenando el flujo de trabajadores mexicanos a California, dijo Cox.

"Ha habido un endurecimiento contra la inmigración ilegal pero no nos han dado una vía para contratar trabajadores legales", agregó el granjero de 49 años mientras recorría sus campos en las afueras de la fronteriza de Mexicali.

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Cox rentó un pequeño terreno en México en 1991 y actualmente tiene arrendadas más de 800 hectáreas. Otros productores estadounidenses están incursionando a México por primera vez, produciendo lechugas en la región central del país.

Hace dos años, Cox tuvo que dejar sin cosechar unos 340,000 kilos de tomates en su granja de Brawley, California, porque no consiguió a tiempo los trabajadores suficientes.

El Valle de San Joaquín en California, una rica región agrícola, usualmente emplea a unos 230,000 trabajadores temporales pero las deportaciones han dejado cortos a los granjeros en una tercera parte, dijo Manuel Cunha, miembro de la Liga de Agricultores de Nisei.

Los trabajadores estadounidenses rechazan los agotadores empleos agrícolas, añadió.

Además de tener acceso a mano de obra abundante y barata, en México los productores estadounidenses pueden evitar las costosas leyes ambientales exigidas en estados como California.

"Básicamente nos están sacando del negocio con tanta regulación", dijo Steve Scaroni, quien en el 2006 mudó el 20% de sus operaciones al estado de Guanajuato.

Cox explicó que para quemar sus campos de espárragos en Brawley necesitaba solicitar costosos permisos de calidad de aire, sin embargo en México nadie se extraña cuando les prende fuego para limpiarlos.

"En México dicen: '¿Permisos?' '¿Qué permisos?' Sólo tira un cerillo'", explicó.

La mayoría de los trabajadores de Cox en Mexicali ganan unos 10 dólares diarios en lugar de los 10 dólares por hora que podrían obtener haciendo lo mismo al norte de la frontera, pero muchos dicen que prefieren estar cerca de casa.

"A lo mejor ganas un poquito más allá pero sufres más también", dijo Manuel Sánchez, de 36 años, mientras colocaba bandas de hule alrededor de manojos de cebollín.

Sánchez trabajó ilegalmente en Estados Unidos durante 6 años, pero el elevado costo de la vida y el temor a las autoridades hicieron difícil su estancia.

Robo de vegetales, secuestros

México, que perdió gran parte de su territorio norte en una guerra contra Estados Unidos entre 1846 y 1848, es muy sensible a que los extranjeros compren terrenos, es por eso que los productores estadounidenses sólo los rentan.

"Pasamos momentos difíciles cuando empezamos a producir aquí, la gente no nos quería rentar sus tierras", dijo Cox.

En sus campos le han robado vegetales y maquinaria y otro productor estadounidense de la zona fue secuestrado para pedir rescate, pero mucha de la hostilidad contra los granjeros estadounidenses se ha diluido.

"Ahora esta área depende del flujo de dinero que dejamos y creo que aprecian tener aquí estas grandes granjas estadounidenses", dijo Mike Fox, quien administra las operaciones de Cox en Mexicali.

Los productores en Estados Unidos, algunos de los cuales están preocupados por la competencia desigual, cuestionan los estándares de calidad alimentaria de México.

En el 2003, un mortal brote de hepatitis A en Pensilvania fue adjudicado a un embarque de cebollines mexicanos.

"Nosotros nos excedemos con los estándares alimentarios porque es México y existen prejuicios", dijo Scaroni, quien conoce a más de media docena de productores estadounidenses que se han mudado a Guanajuato en los últimos cinco años.

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