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Pemex debe mojarse los pies

Las reservas de hidrocarburos del país se encuentran a mil metros bajo el nivel del mar; de no hacer exploración submarina, las reservas nacionales se terminarían en 9.3 años.
mié 12 marzo 2008 06:00 AM
El costo del barril nacional está 72.31 dls arriba de lo pre

Como en los clásicos de la ciencia ficción, el que México se mantenga en el selecto grupo de los países petroleros depende de contar con esfuerzos tecnológicos comparables a enviar a un hombre al espacio.

Así, en palabras expresadas por la secretaria de Energía, Georgina Kessel Martínez, debe entenderse que no es un reto cualquiera el hecho de que la mayor parte de las reservas de hidrocarburos del país se encuentran en profundidades de agua mayores a los mil metros.

Pero a una semana de la celebración del 70 Aniversario de la Expropiación de la Industria Petrolera, cabe destacar que Petróleos Mexicanos (Pemex) no cuenta con los recursos financieros ni con las herramientas tecnológicas indispensables para llevar a cabo esa labor.

Alonso Lizaola, secretario de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados, explicó que es importante que se tomen ya las decisiones para impulsar la exploración y producción de crudo en las aguas profundas del Golfo de México.

“Si queremos tener el primer barril de petróleo de aguas profundas en el 2018, pues los trabajos deberían de haber empezado hoy”, advirtió el legislador.

De acuerdo con expertos en geofísica, la perforación de un pozo de este tipo requiere de una inversión aproximada de 100 millones de dólares, y no siempre se tiene éxito luego de la interpretación de los estudios sísmicos.

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De acuerdo con datos de Pemex, bajo el ritmo de producción actual, las reservas conocidas de crudo son suficientes solo para los próximos nueve años.

Esta situación, que se dio a conocer el 18 de marzo anterior, significa que la relación entre las reservas probadas y producción de crudo disminuyó de 9.7 a 9.3 años durante 2006, mientras que para el caso del gas se redujo de 11.3 a 9.7 años.

“Aunque nuestras reservas probadas tienen una vida media de 9.3 años, al incorporar los recursos prospectivos, nuestro país tiene hidrocarburos por el equivalente de más de 60 años a los ritmos de producción actual”, declaró recientemente la titular de la Secretaría de Energía.

Sin embargo, aclaró que la mayor parte de esos hidrocarburos se encuentra en el Golfo de México y, de hecho, el 88 por ciento de ellos se ubica en tirantes de agua de mil metros o más.

“Esa riqueza que nos otorgó la naturaleza, debe ser aprovechada en beneficio de los dueños de los recursos, que somos todos los mexicanos”, destacó Kessel Martínez.

También hace algunos días, Jesús Reyes Heroles, director general de Pemex, manifestó que para modernizar a la paraestatal se requiere de un esfuerzo sustancial en varios frentes, siendo uno de los más prioritarios el de una mejor y más rápida asimilación de conocimientos y nueva tecnología.

“Todo ello para poder emprender proyectos cada vez más complejos, como los relacionados con aguas profundas y ejecución de otros proyectos de gran envergadura”, señaló el funcionario.

“Es un asunto de responsabilidad intergeneracional, con nuestros hijos, con nuestros nietos. Tenemos que comenzar a trabajar en aguas profundas, para que dentro de diez años tengamos recursos para sustituir los yacimientos que ya están declinando”.

 Debate político

La exploración y producción de petróleo en aguas profundas es uno de los temas que se han abordado con mayor insistencia dentro de las discusiones de la reforma energética para Pemex.

Junto con este particular, también se ha desatado una polémica sobre la existencia de reservas petroleras ubicadas a grandes profundidades del Golfo de México, pero compartidas con Estados Unidos, en lo que se conoce como yacimientos transfronterizos.

“No hay una receta secreta para la industria petrolera, lo importante es ver qué le conviene más a México”, dijo Alonso Lizaola, “las alianzas son un modelo que ha tenido éxito en otros países, pero hay que ver si son adecuadas para nosotros”.

Del otro lado de la frontera, empresas como Shell, Chevron y BP iniciaron la exploración en aguas profundas desde hace varios años, en una zona llamada Cinturón Plegado de Perdido.

De acuerdo con Pemex y la Secretaría de Energía, ahí podría presentarse el “efecto popote”, es decir, la pérdida de presión del yacimiento en la parte mexicana debido a que está próxima a iniciar la producción del lado estadunidense.

Sin embargo, en respuesta a una solicitud de Excélsior realizada a través del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI), Pemex dio a conocer que la producción nacional de crudo en aguas profundas podría iniciar hasta en 2012.

“En el Golfo de México Profundo se han realizado estudios de subsuelo, y perforado seis pozos con cuatro descubrimientos”, detalló la subsidiaria Pemex Exploración y Producción (PEP).

“La reserva descubierta es superior a 400 millones de barriles de petróleo crudo equivalente y la proyección para inicio de producción en esa zona es a partir de 2012”.

PEP informó que se han propuesto varios escenarios para el desarrollo de esos campos, pero la estimación de costos de cada uno de ellos está en estudio.

Asimismo, los escenarios de desarrollo consideran desde la utilización de una plataforma fija en tirantes menores de 200 metros, combinada con ductos y sistemas submarinos, hasta la conexión directa a una estación de procesamiento en tierra a través de sistemas submarinos y ductos de varios kilómetros de longitud.

“Sobre el Cinturón Plegado de Perdido se han realizado varios estudios de subsuelo y no se han perforado pozos exploratorios”, señaló Pemex Exploración y Producción.

 ¿Cambios de fondo?

En su reporte financiero al cierre de 2007, Pemex informó que el programa de exploración en aguas profundas para el año actual contempla la adquisición de más de 20 mil kilómetros de sísmica bidimensional y más de 8 mil kilómetros cuadrados de sísmica 3D.

Pero mientras tanto, la producción petrolera sigue cayendo desde 2004, año en que inició la declinación del principal yacimiento mexicano, Cantarell, ubicado en la Sonda de Campeche.

El reporte de Pemex del año pasado también confirmó que la producción de petróleo crudo disminuyó 5.3 por ciento con respecto a 2006, promediando 3.082 millones de barriles diarios, como resultado de los efectos del huracán Dean y de los frentes fríos.

Según datos de la Sener, al sumar las reservas totales con los recursos prospectivos, se cuenta con casi 100 mil millones de barriles de petróleo crudo equivalente, lo que permitirá contar con hidrocarburos durante más de 60 años a los ritmos de producción actual.

La Iniciativa Privada, representada a través del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), ha señalado desde hace varios años la necesidad de impulsar cambios de fondo en el sector energético.

En su Agenda de Competitividad 2007, el organismo cúpula recomendó ajustar el marco jurídico a fin de permitir la participación del sector privado, en armonía con las actividades que al respecto realiza Pemex.

“La explotación de yacimientos en aguas profundas requiere de tecnología, recursos financieros y personal especializado, condiciones con las que sólo pocas empresas cuentan”, señaló el CCE.

“Aquellas que poseen estos recursos los compartirán en la medida que se les permita participar directamente en el negocio, ya que esta participación implica importantes inversiones, pero también acceder a los beneficios”.

Alonso Lizaola, secretario de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados, afirmó que la exploración es aguas profundas es actualmente el reto más importante que enfrenta el país.

“Tenemos que explorar el Golfo de México profundo para poder impulsar el desarrollo del país”, recalcó, “y se estima que en aguas profundas tenemos otro Cantarell, pero con diferentes características”.

El legislador reiteró que el tiempo promedio que se lleva desarrollar un campo petrolero ubicado a más de mil metros de profundidad es de diez años, de manera que no se deben postergar más las decisiones para entrar de lleno en el tema.

“Estamos a tiempo para desarrollar tecnología, expertos e investigación”, afirmó Lizaola, “pero tenemos que empezar ya”.

Y sobre la participación del capital privado, el diputado mencionó que si Pemex no pagara impuestos como lo hace hasta ahora y pudiera conservar toda la renta petrolera, esos recursos no serían suficientes para abatir sus retos, como el de aguas profundas, yacimientos transfronterizos y refinación, entre otros.

Por eso es importante que en la discusión de las reformas para Pemex se considere la problemática de fondo que vive el sector petrolero nacional, dijo Lizaola.

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