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Carpool, compartamos el auto

El carpool es una práctica reciente en México que motiva compartir auto con compañeros de traba Scotiabank, ING y Banobras buscan alternativas para el traslado de su personal sin usar el carr
sáb 15 marzo 2008 06:00 AM
En un país donde predominan los conductores solitarios, comp

María José Aspe pasaba horas difíciles para llegar a la Universidad Iberoamericana (UIA). No tenía auto, los camiones de la escuela hacían más de dos horas y no conocía a compañeros que vivieran por su rumbo, en Ciudad Satélite.

Un día, al caminar por un pasillo de la escuela, en un pizarrón de avisos leyó: “Se busca tándem”. Tardó más en llamar que en ponerse de acuerdo con una compañera de Comunicación, que la recogería diario a las siete de la mañana, en avenida Lomas Verdes, a dos cuadras de su casa.

Otros dos estudiantes de Diseño se incorporarían después. De esa manera, estos cuatro jóvenes se convirtieron en pioneros del programa carpool de la UIA.

Cada semana cada uno aportaba 35 pesos para gasolina, y con ello, además de llegar más rápido y cómodos, al conductor le ahorraba hacer cola en la entrada al estacionamiento y le autorizaba a usar un cajón próximo a la explanada principal.

Además, por ser carpooler, la universidad le descontaba 20% de los 3,000 pesos de cuota semestral por estacionamiento, el cual pagaban entre los cuatro usuarios.

Aunque duró apenas un año, en 2006, unos 200 alumnos llegaron a participar en este programa, que liberó 15% del espacio de estacionamiento de la UIA. Ahora, grandes empresas como el banco HSBC y la aseguradora ING, copian este modelo y brindan a sus empleados alternativas para llegar al trabajo.

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Para algunas compañías, organizar el transporte ha cobrado importancia. Algunas lo ven como parte de sus políticas de responsabilidad social, al reducir el impacto ambiental que producen los desplazamientos de su personal. “Nace como un tema de innovación para la certificación ambiental de la Torre HSBC lo cual forma parte del compromiso con la sustentabilidad”, refiere el banco, uno de los pioneros en el tema de carpool.

Otras piensan más en pesos y centavos: no hay manera de empatar la demanda de espacio para estacionamiento, con el creciente acceso a la compra de un auto. Y esos metros cuadrados extra cuestan un dineral (20% del costo total de los edificios, según Jorge Gamboa, director de Grupo Danhos). Por ello, empresas como Banobras, Scotiabank y Televisa también buscan alternativas para su personal. Unas operan rutas de transporte propias, otras promueven incluso el uso de la bicicleta.

Compartir es bueno

Eso dicen siempre las mamás, y todavía es común en colegios como el Godwin, en el DF, que ellas recojan a tres o cuatro compañeros de sus hijos y los lleven a la escuela. Y es bueno no sólo para el bolsillo. Sino también por ese tiempo, que puede ser memorable, de compartir el asiento con compañeros, de escuela o de trabajo, dice Horacio Aguilar, un contador que desde hace cuatro meses empezó a hacer carpool con dos compañeras de su trabajo en HSBC.

Aguilar iba un día en taxi hacia su trabajo en Paseo de la Reforma, cuando junto a él pasó, en su auto, Gina Islas, con quien sólo había intercambiado saludos en sus salidas a fumar afuera del edificio. Después sabría que vivían a unas cuadras de distancia uno del otro, y ella se ofreció a llevarlo. Rosa Vázquez, quien trabaja en el área de Crédito, se unió al clan. Islas recoge a ambos a las 7:15 AM en la avenida Félix Cuevas, y juntos se van al trabajo. Normalmente se regresan juntos también, y a veces incluso han ido a cenar.

¿Cómo convencer a la gente de hacer carpool? A quienes aceptan compartir su auto con tres colegas, HSBC les ofrece, como estímulo, un lugar asignado en el estacionamiento de la torre, donde muchos empleados no tienen acceso. La escasez de estacionamiento o pensiones en la zona es un factor que incentiva la participación en el programa, comentó el área de relaciones públicas.

De acuerdo con HSBC, en el programa que comenzó en noviembre de 2006 ya participan 617 empleados del corporativo, ubicado en avenida Paseo de la Reforma. Ellos viajan en 149 vehículos, que ya son estacionados dentro del edificio. Los lugares para la gente que hace carpool representan alrededor de 6% del total.

Según HSBC, la mayoría de los participantes son empleados que dejaron sus coches en casa (y también muchos que usaban el transporte público y se subieron al auto de un colega). ¿Las ‘desventajas’? No salir de tu casa a la hora que quieres; escuchar la estación de radio que le gusta a otro; hablar aun cuando no quieres hacerlo y estar en el tráfico atorado con gente que quizá no te cae tan bien, opina Clara Morales, empleada del corporativo. “La idea es buena, pero puede ser poco práctica”, dice, “yo a veces no quiero socializar y prefiero irme en camión, leyendo en vez de platicar en el carro; además, prefiero dormir 15 minutos más y no andar con prisas”.

Todo depende de la perspectiva. Sin embargo, para empresas como HSBC este programa tiene más pro que contras.

Nuevo en escena

Aunque las rondas para la escuela son comunes en el país, esta versión para el trabajo es apenas conocida en México. En Canadá el carpool es obligatorio para empleados del gobierno, dice Bernardo Baranda, director del Instituto Técnico de Investigación del Transporte (ITIT), en el DF. En Gran Bretaña y Estados Unidos hay incluso carriles exclusivos para aquellos autos con más de dos ocupantes, los cuales suelen tener preferencias. Y en EU, el año pasado se estrenó la comedia de televisión Carpoolers, que cuenta las vidas de cuatro personajes en su trayecto al trabajo. “Los compañeros del carpool ¿pueden ser amigos afuera del auto?”, plantea el más reciente episodio que transmite la cadena ABC.

La creciente popularidad de esa práctica ha dado lugar, en algunos países, a la creación de compañías que organizan carpools, las cuales diseñan rutas para vincular a gente que no se conoce y que pueden compartir auto para sus traslados. Dos de ellas, Carpoolworld.com y shareling.es, operan en todo el mundo. “Si quieres ir a alguna parte, no dispones de transporte y te gustaría que alguien te llevara, puedes introducir tu anuncio y cuando alguien se interese, se pondrá en contacto contigo”, indica la página shareling.es. El interesado anota el lugar de donde parte y hacia donde se dirige habitualmente, para que otros se sumen a él.

En México, sin embargo, es un tema nuevo, HSBC lo aplica de manera incipiente, y la aseguradora ING apenas lo tiene en planes. “México es una ciudad de conductores solitarios, por eso estamos procurando aportar un pequeñísimo, microscópico, granito de arena: que compartan vehículo”, comentó recientemente Alejandro Villanueva, director de Comunicación y Relaciones Institucionales de ING.

“Cuando una cosa es de todos, es de nadie y entonces nadie procura cuidarlo. El medio ambiente está en esa paradoja. Tenemos una firme convicción en la conciencia de la persona, en que el individuo por voluntad propia esté dispuesto a hacer un pequeño esfuerzo para promover el bien común”, dijo Villanueva. Unos 30 empleados han mostrado interés, pero el proyecto sigue en papel.

“El plan es que haya rondas entre los empleados, ya tenemos el diseño pero ahora estamos aplicando otros programas de responsabilidad social como la liberación de tortugas, entonces vamos a esperar”, respondió la aseguradora.

En Guadalajara, el gobierno quiere aplicar un programa similar entre las dependencias. Que todos los empleados busquen hacer rondas y así garantizarles a todos un lugar de estacionamiento, dice Ana Romero, de Presencia Ciudadana, una ONG que explora alternativas de transporte en la capital para disminuir el uso del automóvil.

Sobre cuatro ruedas

El carpool es la más reciente adición a otras soluciones. Abril Cancilleres deja todas las mañanas su auto estacionado en el Parque Bamba, en San Jerónimo, y aborda el autobús que, en 45 minutos, transporta a unos 30 empleados de Banobras a las oficinas en Santa Fe. El banco ofrece al personal ocho rutas distintas, que los recogen a una misma hora por la mañana, y que ofrecen dos horarios por la tarde para el regreso.

Al menos 500 empleados de la paraestatal se transportan así. Lo mismo hacen empleados de Santander y Banorte que tienen programas similares. Banorte montó en 2005 un servicio gratuito de transporte entre la estación del metro Hidalgo al edificio corporativo en Santa Fe, con una parada intermedia en la estación del metro Auditorio.

También en pedales

El corporativo de Scotiabank, en la capital del país, tiene en desarrollo un plan para alentar a los empleados a que usen la bicicleta para trasladarse del metro a las oficinas centrales, en el cruce de Reforma y Periférico.

A finales del año pasado, el estacionamiento del edificio se llenó con bicicletas nuevas, que la compañía consiguió vender a plazos a sus 3,000 empleados. En un par de meses se vendieron 609. Scotiabank difundió información sobre los paseos ciclistas que ahora se organizan en la capital todos los domingos y lanzaron una campaña de educación vial para conductores de autos y bicicletas.

Scotiabank pretende montar un estacionamiento de bicicletas en la salida del metro Auditorio, y en el corporativo, para facilitar las idas y venidas por la ciclopista que ya existe (el trayecto toma acaso 10 minutos en pedales).

Una opción que proponen diversos organismos es el ‘autocontrol’. Es el nombre de la campaña que ahora promueven la organización Presencia Ciudadana y la UIA, que quiere promover el carpool, por ahora, en universidades y escuelas.

La Ibero busca mecanismos para impedir que ocurra a otros lo que a ella le pasó. Y es que las trampas de algunos estudiantes hicieron que el programa se suspendiera tras dos semestres. Algunos conductores solitarios subían estudiantes a su auto poco antes de llegar al campus, para ganarse el descuento en el estacionamiento, reservado a los carpoolers

Habrá que vender también la inercia para que una idea como ésta tenga éxito en México, dice Baranda, del ITIT. “A pesar de todas las alternativas de transporte, todavía es más fácil agarrar tu coche e irte solo, pero se necesita hacer un esfuerzo entre gobierno, empresas y ONG para poder echarlo a andar bien, hay muchas alternativas para reducir el uso del carro”, comenta.

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