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Autos quitan espacio y vida en DF

La contaminación reduce 67 días al año la expectativa de los capitalinos, según datos de la UNA los automóviles son la principal fuente de contaminación y circulan a diario en el DF 3.5 millo
sáb 29 marzo 2008 06:00 AM
El gobierno del Distrito Federal registró un aumento de 12.5

Para los habitantes de la congestionada Ciudad de México llegar al trabajo puede ser una pesadilla por los embotellamientos, pero la peor parte es que la densa contaminación les roba día a día un poco de vida.

Aunque los registros muestran que la calidad del aire ha mejorado en la última década en el Valle de México, donde se ubica la ciudad y zona suburbana de casi 20 millones de habitantes, respirar aire puro es casi una utopía.

La mayor parte del año, el gas ozono y las micropartículas de humo, tierra y polvo tóxicos se ubican en niveles mayores a los recomendados para la vida normal en la megalópolis rodeada de cerros y ubicada a 2,200 metros sobre el nivel del mar.

Lo grave es que la polución reduce 67 días al año la expectativa de vida de los habitantes del valle, que abarca también parte del industrial y vecino Estado de México, según un reciente estudio del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Desde los rascacielos capitalinos se suele ver la capa gris plomiza que sella el cielo y es normal que en ocasiones la garganta y la nariz se resequen y los ojos se irriten. A veces personas salen a las calles con mascarillas sobre sus bocas.

La contaminación aumenta el riesgo de contraer cáncer por el formaldehído en la atmósfera, derivado de las emisiones de vehículos y producido por la fotoquímica, según el estudio.

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Aunque la industria hace su aporte, el principal culpable es el automóvil, rey de las calles en una ciudad donde el tren subterráneo se satura con 6 millones de usuarios al día, los autobuses circulan en mal estado y la gente teme a los asaltos.

"En el metro te empujan, te tocan, en los peseros (autobuses) y taxis hay asaltos. No, gracias, por ahora seguiré manejando", dijo Claudia Flores, una joven secretaria que avanzaba en su coche a paso de hombre por la avenida Reforma.

En el valle de México, que en el apogeo del imperio azteca era un oasis verde con enormes lagos, circulan día a día unos 3.5 millones de autos particulares. Y entre 200,000 y 250,000 se suman cada año, de acuerdo con datos de la Secretaría de Transporte del Distrito Federal.

Estas cifras no incluyen un estimado de dos millones de autos con placas del Estado de México, autobuses ni camiones.

Urge transporte público de calidad

Los funcionarios capitalinos aseguran que la ciudad ha progresado desde la década de 1990, cuando eran normales los días de emergencias ambientales por los excesivos niveles de ozono y otros contaminantes cancerígenos como el plomo.

En esos años, la ciudad expulsó industrias, la composición de la gasolina se redujo en plomo y comenzó a notarse el efecto de un programa llamado "Hoy no circula" implementado desde 1989 y todavía vigente que apuntaba a renovar el parque automotor.

Pero expertos ambientales dicen que lo que la ciudad ha hecho hasta ahora no es suficiente para resolver el problema.

"Ya debemos ver los hábitos que tenemos y analizar la situación. Si no ¿qué va a pasar? Que los niveles de contaminación ya no van a bajar, se van a estancar o se va a revertir la tendencia que tenemos", admitió Víctor Páramo, director de Gestión de la Calidad del Aire de la ciudad.

Si bien el plan para restringir la circulación obliga a dejar un día hábil por semana en la cochera a modelos anteriores al 2000, las facilidades que dan las automotrices para comprar autos nuevos hizo aumentar el parque automotriz. Y lo autos viejos, aunque con restricciones, siguen circulando.

"Inicialmente el 'Hoy no circula' funcionó bien, pero luego la gente comenzó a comprar un segundo auto para poder manejar todos los días", dijo Luisa T. Molina, una científica filipina que ha trabajado junto con el premio Nobel de Química Mario Molina en estudios sobre la contaminación en megaciudades.

Los especialistas aseguran que la única alternativa es desarrollar un buen sistema de transporte público.

Mientras el Gobierno de la ciudad construye una nueva línea de tren subterráneo y otra de metrobús -un autobús que circula por un carril fijo por una de las avenidas principales de la ciudad- extenderá el programa "Hoy no circula" a los sábados.

"Ya no cabemos en esta ciudad, es una pesadilla. Si no fuera porque tengo este trabajo, caminaría a todas partes", dijo Carlos Ramírez, un taxista con 10 años en las calles.

De acuerdo con un estudio publicado en la revista estadounidense American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine, la contaminación provoca más daño en los niños que el humo del cigarrillo y puede causarles enfermedades pulmonares crónicas cuando llegan a adultos.

"Yo sé que estoy respirando veneno, pero no puedo hacer nada", dijo Guadalupe, una mujer de 38 años que vende dulces en el congestionado cruce de Calzada Vallejo y Montevideo, en el norte de la ciudad.

 

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