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Aborto enfrenta a ley y conciencia en AL

Esta práctica está permitida sólo en circunstancias terapéuticas en algunos países de Latinoamé las reglamentaciones son tan débiles en la región que dejan vacíos para hacer efectivo el abort
sáb 05 abril 2008 06:00 AM
Tan sólo en Perú se estima que se practican unos 410,000 abo

El reciente hallazgo del cadáver de una mujer desnuda dentro de una caja en la capital de Colombia parecía ser un asesinato más, al estilo de la mafia, pero la ausencia de señales visibles de violencia despertó la curiosidad de las autoridades.

El dictamen forense señaló que su útero estaba destrozado y había muerto desangrada por un aborto clandestino.

Un mes antes a Yolima Bernal le indujeron el parto en un hospital, luego de que otra institución médica propiedad de la comunidad Jesuíta se negó a practicarle un aborto, aun cuando el feto estaba malformado con hidrocefalia y crecimiento asimétrico, lo que incluso amenazaba su salud.

Estos casos son los más recientes ejemplos de las barreras que persisten para el aborto en la mayoría de países de América Latina, que, pese a ser permitido por la ley en circunstancias terapéuticas, la mala interpretación y reglamentación de las normas impide a las mujeres ejercer ese derecho.

Aunque por su alto contexto clandestino es difícil tener cifras concretas, en Perú el Ministerio de Salud estima que se practican unos 410,000 abortos al año. En Colombia, el último informe serio, realizado hace una década, reportó 350,000 casos y en Argentina, en el 2005, se tuvieron 80,000 egresos hospitalarios por el mismo tema.

Sin fronteras

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En Chile, donde está completamente prohibido por la ley, algunos especialistas estiman que se realizan cerca de 150,000 abortos al año.

La medicina entiende por aborto toda expulsión del feto, natural o provocada.

Por su parte, la Iglesia Católica interpreta como aborto la muerte provocada del feto, realizada por cualquier método y en cualquier momento del embarazo, desde el instante mismo de la concepción, lo que considera como pecado.

Además de Chile, el aborto también es ilegal y penalizado en cualquier caso en El Salvador.

En los otros países de la región existen diferentes excepciones en las que el aborto terapéutico es legal, en casos de violación, cuando la vida de la madre está en peligro o si existen malformaciones del feto.

Un caso curioso es Argentina, donde además de estar permitido cuando corre riesgo la salud o la vida de la madre, también es legal cuando el embarazo es producto sólo de la violación a "una mujer idiota o demente".

Los únicos países en América Latina en donde existe una liberalización total del aborto son Cuba y las Guyanas.

Grandes retos

Para Mónica Roa, de la organización no gubernamental Women's Link Worldwide, lo que se ve en América Latina es que a pesar de que la mayoría de los países tienen alguna excepción, las reglamentaciones son tan débiles que dejan vacíos para hacer efectivo el aborto.

Una de las naciones más avanzados en la reglamentación del aborto terapéutico en la región es Colombia, en donde fue despenalizado desde mediados del 2006 en algunos casos.

"Nuestro reto en Colombia es que todo ese marco jurídico que se logró tenga un impacto y se dé el cambio cultural que hace falta, porque obviamente los médicos siguen con resistencia, las mujeres no entienden aún bien los derechos que tienen", explicó Roa, quien fue excomulgada por la Iglesia por lograr la despenalización de la práctica.

En esta región, con el más alto número de católicos en el mundo, persisten las concepciones de tipo religioso y cultural, que constituyen barreras para garantizar el ejercicio del aborto.

La Iglesia, además de considerarlo un pecado mortal, argumenta que legalizarlo no ayuda a su desaparición, sino a que aumente su número, debido a que la opinión pública vería como bueno lo que se despenaliza.

Los organismos defensores de los derechos de la mujeres están conscientes de, que más allá de buscar una liberalización total del aborto, los países se deben concentrar en hacer cumplir las actuales excepciones.

"Lo que tiene que hacer el sistema de salud es dar mucha más información a las mujeres para que conozcan sus derechos y exigirle a las entidades, porque es un servicio público así sea prestado por entidades privadas y está normatizado", opinó Beatríz Quintero, de la Mesa por la Vida y la Salud de las Mujeres, de 55 años y quien abortó clandestinamente hace 30.

"Obviamente el problema continúa y lo que me parece grave es que entre más obstáculos pongan las clínicas y los hospitales para prestar un servicio seguro, pues las mujeres van a seguir escogiendo la ruta clandestina, en donde siempre van a correr el peligro de desangrarse", concluyó Roa

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