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Ex obispo gana elección en Paraguay

El ex prelado católico Fernando Lugo pone fin a seis décadas del régimen del Partido Colorado; Lugo llevaba una ventaja del 40.7% de los votos frente al 30.9% de su rival Blanca Ovelar.
dom 20 abril 2008 09:16 PM

El ex obispo católico Fernando Lugo, postulante de una coalición opositora, logró un triunfo histórico el domingo en las elecciones presidenciales, reconocido por su rival oficialista Blanca Ovelar, que pone fin a seis décadas de régimen unipartidista del Partido Colorado, desatando una fiesta popular en las calles capitalinas.

El Tribunal Superior Electoral informó que Lugo, de la Alianza Patriótica para el Cambio (APC), ganaba con el 40.7% de los votos contra 30.9% de Ovelar, escrutado el 50% de las mesas, de un total de 14,000.

El ex general Lino César Oviedo, del partido Unión Nacional de Ciudadanos Eticos (Unace), aparecía tercero con 21.73%.

La elección es en una sola vuelta, que consagra al candidato con más votos.

''Estamos aquí para entender que así como están avanzando las proyecciones, el resultado es irreversible y reconocemos el triunfo de Fernando Lugo'', declaró velar, la primera mujer en postularse a la presidencia del país, en la sede central de su partido en el centro de Asunción.

Con su histórico triunfo, Lugo termina con la hegemonía de 61 años de los ''colorados'' en el poder, que además fueron el sostén político de la dictadura de tres décadas de Alfredo Stroessner. Esta fuerza ganó todas las elecciones tras su caída en 1989.

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''Todos los paraguayos hoy tenemos que felicitarnos; dimos un paso de madurez para la construcción y consolidación de la democracia'', dijo más temprano el ex obispo, de 56 años, en un hotel céntrico.

Lugo, que en 2006 renunció a su cargo de obispo para lanzarse a la política, explicó que en su campaña ''la palabra casi mágica que escuchábamos en cada reunión era 'cambio' y que 'el país no pude aguantar más'''.

El candidato, que lidera una heterogénea coalición integrada por el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), el principal de la oposición, ex colorados y 20 organizaciones sociales y de campesinos, capitalizó el descontento de muchos compatriotas que buscaban un cambio en esta nación mediterránea azotada por la pobreza y la corrupción y le torció el brazo al poderoso aparato político del partido gobernante.

Señaló que su intención es ''que Paraguay no sea recordado por su corrupción y su pobreza, sino por su honestidad, eficiencia y para que nunca más la clase política se base en el clientelismo (cambio de cargos públicos por apoyo al gobierno) y el prebendismo que tanto daño ha hecho al país''.

En las calles de Asunción se vivía una fiesta. Familias enteras y largas filas de automóviles circulaban por los alrededores de la Plaza de los Héroes al grito de ''se siente, se siente, Lugo presidente''.

''Esto es increíble. Con todo el poder y la plata igual perdieron. Esta vez no pudieron comprar la conciencia de la gente'', dijo a AP Ninfa Aguero, de 48 años, empleada de limpieza que apenas gana 180 dólares al mes.

''A Lugo lo apoyan los que no tenemos oportunidad y quieren tenerla. Confío en él, ojalá no nos defraude'', destacó, mientras hacía flamear una bandera paraguaya con los colores rojo, azul y blanco.

El vencedor, que asumirá el 15 de agosto, heredará un país donde el 42% de su población vive en la pobreza y la tasa de desempleo llega al 13%, mientras que cinco de cada 10 paraguayos no leen ni escriben, cifras que ubican a Paraguay como la nación más pobre de Sudamérica detrás de Bolivia.

Una prueba de la necesidad de un cambio fue la alta participación de votantes: casi un 70% del padrón de 2.8 millones de paraguayos votó, una marca que supera el 65% de las últimas elecciones de 2003.

Ovelar, de 50 años, intentó presentarse como el rostro de la renovación dentro de las viejas estructuras del partido Colorado, pero la estrategia no dio resultado y también pagó el costo de la alta impopularidad con la que se despide del poder el presidente Nicanor Duarte.

''Para mí, Blanca era Duarte. Por suerte perdieron estos sinvergüenzas y caraduras'', sostuvo indignada Andrea Ramírez, estudiante de 19 años que votó por primera vez.

''Borombombom, el que no salta es Nicanor'' y ''Se va Nicanor, se va Nicanor'', gritaba la multitud que se reunió en ese punto histórico de la ciudad tras conocerse la declaración de Ovelar.

Visiblemente fatigada y con el rostro apesadumbrado, la ex ministra de Educación recordó que ''hemos dicho que íbamos a respetar los resultados de la elecciones porque somos demócratas y que jamás nadie iba a contar con nosotros para hacer algún mínimo acto que escamotee la soberanía popular expresada en las urnas''.

Más allá de los temores de fraude y a posibles disturbios que marcaron los días previos a la elección, todo se desarrolló con normalidad, salvo algunos incidentes aislados, según confirmaron las autoridades locales y las organizaciones de observadores que siguieron los comicios, entre ellas la Organización de los Estados Americanos (OEA).

El escrutinio definitivo se conocerá el 23 de mayo.

Además del presidente por los próximos cinco años, también se votó a senadores, diputados, parlamentarios para el Mercosur, gobernadores departamentales y concejales regionales.

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