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Vaticano fustiga los paraísos fiscales

La Santa Sede dijo que los mercados offshore han empeorado la crisis económica mundial; estos países promueven la fuga de capitales, la evasión de impuestos y el lavado de dinero.
vie 28 noviembre 2008 06:05 AM
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El Vaticano no aceptará estos bautismos "pirata". (Especial)

Los llamados "mercados offshore" o "paraísos fiscales" han empeorado la crisis mundial porque promueven "prácticas insensatas" como la fuga de capitales y el lavado de dinero, acusó El Vaticano.

"(Estos sistemas) han sostenido movimientos legales para evasión fiscal canalizados a través de súper o subfacturación de flujos comerciales internacionales y reciclaje de dinero de actividades ilegales", advirtió el Pontificio Consejo Justicia y Paz.

En un largo documento, 12 páginas de un análisis de la realidad económica, esa sección de la Sede Apostólica culpó a los países ricos de aprovecharse de los pobres y exigió establecer un "nuevo pacto" para refundar el sistema financiero mundial.

Reveló que los centros "offshore", que permiten transacciones de dinero artificiales, podrían rendir 860,000 millones de dólares anuales correspondientes a 225,000 millones de dólares de impuestos no cobrados al año.

El escrito emitido esta semana por la sección de la Curia Romana dedicada a temas sociales pretende ser una aportación de cara a la cumbre sobre el financiamiento al desarrollo que se llevará a cabo en Doha (Qatar).

El encuentro, convocado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) y programado del 29 noviembre al 2 de diciembre próximo, analizará la actual situación económica y revisará la implementación del llamado "Consenso de Monterrey".

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El texto vaticano pidió mirar la actual emergencia desde el "cuadro completo" de los problemas, no sólo desde los países económicamente importantes sino dentro de una visión global que incluya a las naciones menos favorecidas.

"¿Cómo se ha llegado a esta desastrosa situación tras un decenio en el cual se multiplicaron los discursos sobre la ética de los negocios y de la finanza durante el cual se ha difundido la adopción de códigos éticos?", cuestionó.

"¿Cómo no ha sido suficiente peso al verificarse de episodios que debieron hacer reflexionar?", agregó en alusión directa a los agentes financieros que ignoraron deliberadamente los signos de desgaste de la economía mundial.

Ante este panorama subrayó la necesidad de dejar en claro que la dimensión ética de la economía no es una cosa accesoria sino esencial y debe ser constantemente tenida en cuenta si se quiere perseguir dinámicas financieras correctas plazo y fecundas de progreso.

Apuntó que la crisis ha puesto en primer plano la urgencia de individuar nuevas formas de coordinación internacional en materia monetaria y comercial.

Por otro lado, advirtió contra una espiral de proteccionismo recíproco que podría surgir entre los países, y, por el contrario, llamó a reforzar las prácticas de cooperación en materia de transparencia y vigilancia sobre el sistema financiero.

Según el reporte existen dos paradojas en los flujos de dinero entre las naciones ricas y las pobres, la primera corresponde a un financiamiento de hecho dado por los países de bajo rédito a los desarrollados a causa de la fuga de capitales.

La segunda se trata de las remesas de los inmigrantes que superan ampliamente los flujos de ayuda pública al desarrollo desplazados del "primer" al "tercer mundo".

"Es como decir que los pobres del sur financian a los ricos del norte y los mismos pobres del sur deben emigrar a trabajar al norte para sostener sus familias del sur porque no reciben ayuda para desarrollar ese sur", ponderó.

Constató además que los procesos de la globalización han llevado a los gobiernos a aplicar impuestos cada vez más al empleo, dejando libre de tasación a los capitales terminando por tasar más a los trabajadores y a las pequeñas empresas.

El documentó indicó como una "emergencia" el momento actual pero dejó en claro que el actual degrado surgió de la falta de voluntad para establecer control sobre los agentes financieros.

"Algunas autoridades, a menudo de países más evolucionados, han atrasado decisiones puntuales movidos por las ventajas económicas que derivan del ser huéspedes de una fuerte industria financiera, ventajas que durante tanto como la fase de euforia financiera", deploró.

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