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Guerra antidrogas y el efecto global

El combate al narcotráfico ha causado el efecto cucaracha, se eliminan en un área y brotan en otra; la pelea en Colombia llevó las rutas de contrabando de drogas a México, opinó Bernd Debusmann.
sáb 04 abril 2009 07:25 AM
Las drogas son un problema social mundial.  (Foto: Especial )
drogas (Foto: Especial)

¿Por qué miles de millones de dólares y miles de agentes antinarcóticos alrededor del mundo fracasaron en reducir el tráfico mundial de cocaína, heroína y marihuana?

Culpen a las políticas mal dirigidas, por mucho tiempo conducidas por Estados Unidos, y a lo que expertos han llamado el efecto globo.

Apretar el globo en un lugar hace que se expanda en otro. Destruyes cosechas de drogas en una región y el cultivo se mueve a otra. Cortas la ruta de suministro en un lugar y otra aparece.

Tomen el ejemplo de Colombia y México, actualmente un foco de atención de Estados Unidos debido a la violencia a gran escala y la amenaza de que ésta se extienda al otro lado de la frontera.

En la década de 1970 y a comienzos de la década de 1980, casi toda la cocaína consumida en Estados Unidos era cultivada en Colombia y enviada al sur del estado de la Florida por una variedad de rutas marítimas y aéreas.

Narcotraficantes colombianos, en lucha por el mercado, convirtieron a Miami en una ciudad donde tiroteos, asesinatos a sueldo y secuestros se volvieron parte de la vida diaria.

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Eso comenzó a cambiar cuando ciudadanos enfurecidos pidieron al Gobierno federal que ayudara a combatir a los "cowboys de la cocaína".

El entonces presidente Ronald Reagan estableció una fuerza especial para cortar las rutas de distribución de cocaína y poner fin a la violencia.

"Los mexicanos deben lamentar el día en que la Fuerza de Tarea del Sur de Florida fue creada", dijo Peter Reuter, un ilustrado académico de la Universidad de Maryland. "Ese fue el comienzo de los problemas que enfrenta hoy", agregó.

Apenas pocas semanas después de su formación en 1982, la fuerza de acción logró varios éxitos espectaculares.

Una serie de incautaciones de grandes cantidades de cocaína y marihuana hicieron que organizaciones de narcotráfico colombianas cambiaran sus rutas de contrabando a México, donde se asociaron a redes criminales.

Para 1988, el efecto globo se había vuelto obvio: el Ministerio de Defensa mexicano reportó que había descubierto 4.8 toneladas de cocaína en una cueva en Chihuahua cerca de la frontera con Estados Unidos.

Era entonces la mayor incautación de droga en el mundo. Su origen colombiano no estaba en duda porque México no producía cocaína propia.

Ahora, dos décadas más tarde, el Departamento de Estado estadounidense estima que cerca del 90% de la cocaína consumida en Estados Unidos llega a través de México, que también es una gran fuente de heroína, metanfetaminas y marihuana.

Estimaciones del Departamento de Estado dan cuenta del fracaso de políticas que hacían énfasis en la erradicación de cosechas, interdicción y castigo a quienes consumen drogas.

Más lejos que nunca

Como fue expuesto recientemente por una comisión latinoamericana liderada por tres ex presidentes (de Colombia, México y Brasil): "Las políticas prohibicionistas basadas en la represión de la producción y la distribución, así como la criminalización del consumo, no han producido los resultados esperados".

"Estamos más lejos que nunca del objetivo de erradicación de las drogas", agregaron.

Si fuera posible sellar la frontera, no habría razón para que las mafias de drogas libraran una guerra entre sí. Están luchando por acceso a las principales rutas hacia Estados Unidos. En una sola ciudad fronteriza, Ciudad Juárez, más de 1,000 personas han muerto en los primeros dos meses del año.

Han habido crecientes críticas a la guerra antidrogas, y no sólo de parte de abogados por la legalización que argumentan que deberían ser vendidas y reguladas de la misma forma que el alcohol y el tabaco ahora son regulados.

En una visita a México esta semana, la secretaria de Estado Hillary Clinton dijo que "nuestra insaciable demanda por drogas ilegales alimenta el tráfico de drogas".

Aunque fue una declaración de lo obvio el tráfico de drogas es conducido por las leyes de oferta y demanda- funcionarios de gobiernos anteriores no han estado ni cerca de ser tan directos.

Discutiendo el problema de las drogas cuando era candidato presidencial, Barack Obama dijo que creía en "cambiar el paradigma, cambiar el modelo para que podamos enfocarnos más en un enfoque de salud pública".

El enfoque de salud pública, conocido como "reducción de daños" en una disputa mundial sobre estrategias antidrogas, significa tratar a los drogadictos no como criminales que participan en un mercado ilegal sino como pacientes que merecen ser atendidos en el sistema de salud público.

La mayor parte de Europa está a favor de la reducción de daños en lugar de llenar las prisiones con drogadictos, el procedimiento estándar en Estados Unidos.

En un día cualquiera, alrededor de medio millón de personas caen tras las rejas en Estados Unidos por ofensas relacionadas con drogas. La escogencia que hizo Obama de un zar antidrogas, el jefe de policía de Seattle Gil Kerlikowske, marca una nueva dirección, al menos en la guerra antidrogas en casa.

Seattle ha estado en primera fila de desarrollos de reformas antidrogas, incluyendo un programa de intercambio de agujas para adictos. Y para la policía de Seattle, los arrestos por marihuana han sido la prioridad más baja del cumplimiento de la ley.

El zar antidrogas preside la Oficina de Política de Control Nacional de Drogas de la Casa Blanca, un grupo de 130 miembros que establece políticas antidrogas.

"El éxito de nuestros esfuerzos por reducir el flujo de drogas depende ampliamente de nuestra capacidad de reducir la demanda de ellas", dijo Kerlikowske tras su nominación.

Reducir la demanda de drogas ilícitas en Estados Unidos, el mercado más grande del mundo, es una meta ambiciosa. Intentos previos han fallado, incluyendo la campaña de Nancy Reagan "Just Say No". Un programa aún activo llamado DARE -Educación de Resistencia al Abuso de Drogas- que apuntaba a estudiantes de secundaria está recibiendo críticas encontradas.

Pero los optimistas señalan el éxito de campañas para desalentar a la gente a fumar haciéndolo socialmente inaceptable. Esto se demoró largo tiempo. Pero funcionó.

*El autor es columnista y editor de la agencia internacional de noticias Reuters.

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