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Polémica por el saludo de Obama y Chávez

La Casa Blanca consideró que el apretón de manos como un signo de una nueva política exterior; sin embargo, para algunos fue un signo de debilidad y de legitimidad hacia el presidente venezolano.
mar 21 abril 2009 06:00 AM
Dicen que la actitud de Obama muestra la nueva política exterior de EU. (Foto: Reuters)
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¿Qué hay en el apretón de manos? El gesto entre el presidente de Estados Unidos, Barack Obama y su par venezolano, Hugo Chávez, ha provocado debate respecto a la señal que Obama está enviando.

Para la Casa Blanca, el amistoso encuentro entre Obama y Chávez durante el fin de semana en la V Cumbre de las Américas fue un signo de una nueva política exterior del Gobierno de Estados Unidos, que busca mejorar las relaciones alrededor del mundo.

"Es poco probable que una consecuencia de que le de la mano o tengamos una conversación agradable con el señor Chávez sea poner en peligro los intereses estratégicos de Estados Unidos", expresó Obama.

Sin embargo, para algunos críticos el apretón de manos fue un signo de debilidad estadounidense.

"En todas partes de Latinoamérica los enemigos de Estados Unidos utilizarán la sonriente imagen de Chávez reuniéndose con el presidente como una prueba de que Chávez ahora es legítimo, de que es aceptable", dijo el republicano Newt Gingrich, ex presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos.

Gingrich realizó los comentarios al programa televisivo "Today" de la cadena estadounidense NBC.

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Obama y Chávez tuvieron dos encuentros públicos durante la cumbre celebrada en Trinidad y Tobago: un apretón de manos, una conversación y más tarde cuando Chávez le dio a Obama el libro "Las venas abiertas de América Latina" publicado en 1971 por Eduardo Galeano.

El ex vicepresidente Dick Cheney dijo en una entrevista con el canal Fox News que los encuentros de Obama con Chávez y con el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, no son útiles y "sientan (un) parámetro errado".

Además, acusó al mandatario estadounidense de adoptar una postura de disculpa por la anterior política estadounidense en sus viajes a Europa y Latinoamérica.

"Creo que hay que ser muy cuidadoso. El mundo exterior, tanto nuestros amigos como nuestros enemigos, será rápido en tomar ventaja de la situación si creen que están tratando con un presidente débil o uno que no se va a parar y defender agresivamente los intereses de Estados Unidos", agregó Cheney.

Brusco cambio

La actitud del líder venezolano hacia el mandatario estadounidense marca un fuerte cambio.

En la Asamblea General de Naciones Unidas en el 2006, Chávez dijo a los líderes mundiales que el presidente George W. Bush era el diablo y que su olor a sulfuro aún persistía un día después de que hubiera hablado en el mismo evento.

El Gobierno estadounidense acusó a Chávez durante el mandato de Bush de respaldar a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) contra el Gobierno del presidente Álvaro Uribe, que cuenta con el respaldo estadounidense.

Además lo acusó de ser responsable de propagar el sentimiento anti estadounidense en la región.

Por su parte, el izquierdista Chávez acusó a Estados Unidos de haber intentado derrocarlo.

Dana Perino, quien fue portavoz de la Casa Blanca durante el mandato de Bush, dijo que dudaba que el comportamiento de Chávez cambie como resultado de su encuentro con Obama.

"A los dictadores, por su naturaleza, no les gusta el cambio: y no creo que los veamos cambiar su comportamiento hacia nosotros", explicó Perino, quien agregó que tampoco cree se produzcan cambios en sus políticas internas.

Pero el Gobierno de Obama señala que la reunión ya pagó dividendos: que Caracas pueda enviar de nuevo un embajador a Estados Unidos y que Washington considera hacer lo mismo.

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