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El reto de la seguridad humana

Las enfermedades son el nuevo problema de seguridad de los gobiernos, en un mundo global; frenar el contagio y evitar la propagación son un esfuerzo grupal, nadie puede actuar solo.
lun 27 abril 2009 06:00 AM
Los mexicanos conocen las medidas de prevención contra la influenza. (Foto: Notimex)
influenza_urgencias

La seguridad es un concepto vinculado a las funciones del Estado, quien debe salvaguardar el orden y proteger a su población, siendo amenazado a nivel nacional por el crimen y a nivel internacional por las guerras.

Sin embargo, en la era de la globalización, esto resulta insuficiente, la supervivencia -que es el fin último del  Estado- se ve comprometida por amenazas no tradicionales producto de la misma integración global. Por lo que, cada vez con mayor frecuencia, resulta imperativo replantear la idea misma de seguridad, ampliándola, para abarcar los peligros, tanto humanos como biológicos,  originados en los procesos de la globalización hasta llegar al concepto de seguridad humana.

Según el informe sobre el Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en 1994, hay siete valores específicos e intrínsecos de la seguridad humana: económica, de alimentos, de salud, medio ambiental, personal, de comunidad y política.

La seguridad humana no niega o ignora la seguridad estatal, pero la replantea como un instrumento para alcanzar la seguridad individual, lo cual convierte al Estado en un medio. Al ser un concepto más amplio, la seguridad humana se ve comprometida por amenazas tanto directas como indirectas y sólo se puede salvaguardar a través de la interrelación del Estado, organizaciones internacionales, organizaciones no gubernamentales y otros grupos de la sociedad civil. 

 Para el atender el fenómeno epidemiológico, esta redefinición de la seguridad ayuda a complementar la idea de interdependencia al agregar un factor que resulta indispensable: la responsabilidad individual en la propagación de los agentes infecciosos, el ser humano como principio y fin del fenómeno epidemiológico. Por lo tanto, no es únicamente que las enfermedades estén mutando o sean nuevas para el ser humano, sino que las condiciones mismas en las que éstas se están dando son novedosas e inesperadas. Pero, de ninguna manera, el concepto de seguridad humana es suficiente para poder analizar y discutir por qué las enfermedades emergentes y reemergentes son un riesgo creciente.

Una cosa está clara, los esfuerzos individuales, ya sea de personas, gobiernos o instituciones, resultan insuficientes ante los fenómenos epidémicos y pandémicos modernos. Reconocer la importancia no sólo de los gobiernos sino también de los organismos internacionales y de los propios individuos constituye un adelanto de la mayor trascendencia ya que para prevenir un contagio se debe iniciar a nivel personal.

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En el presente brote epidémico de influenza en México se ve reflejada la interacción para mantener la seguridad humana. El esfuerzo por contener la propagación en un medio propicio para el contagio, tal como la Ciudad de México, resulta un ejercicio digno de estudio. Por una parte, la acción del sistema de salud estatal que, apoyada en la Organización Mundial de la Salud, sigue los protocolos específicos para evitar el aumento en los casos como el cierre de hospitales, escuelas, evitar eventos masivos, etcétera. Por otra parte, la participación individual para respetar las recomendaciones emitidas por las autoridades y la atención de potenciales casos.

El apoyo de la comunidad internacional, en particular de los países vecinos, para vigilar y acotar la propagación. Finalmente, el importante papel que desempeñan los medios como engranaje para transmitir información en cada uno de los niveles.

Los potenciales escenarios del futuro cercano son varios, pero una cosa es cierta: las condiciones sociales son las más grandes determinantes de la susceptibilidad a la enfermedad y éstas son creadas políticamente. De ahí que si bien la influenza no se cura con política, ciertamente es en las políticas públicas, y en su permeabilidad a la sociedad civil, donde se encierra la posibilidad de contenerla y hacerla entrar en remisión para salvaguardar la seguridad humana no sólo de los mexicanos sino de la población global.

*La autora es egresada del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y presentó su tesis sobre nuevas amenazas a la seguridad internacional.

 

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