El Zócalo, vacío por contingencia
La Plaza de la Constitución luce casi fantasmal, en contraste con años previos cuando en esta fecha se efectúa la tradicional marcha para conmemorar el Día del Trabajo.
Este primero de mayo lejos quedó el enorme operativo policiaco de otros años, así como los potentes equipos de sonido, las mantas con demandas laborales, los templetes, los camiones, los vendedores ambulantes y la multitud de trabajadores.
La contingencia sanitaria se impuso este viernes en el Zócalo capitalino: nada de turistas, trabajadores y líderes de todos los gremios, discursos, gritos, cierre de calles y del Metro. En cambio hubo cubrebocas, guantes y poca, muy poca gente.
En los cuatro costados de la plancha de la Plaza de la Constitución se observaron puertas cerradas o apenas abiertas para lo estrictamente indispensable.
El Palacio Nacional, donde antaño los presidentes encabezaban desfiles desde el balcón central, está cerrado, así como los comercios del costado poniente -donde también están las oficinas de la ALDF-, excepto una o dos joyerías porque no hay clientela.
En el costado sur los dos edificios del gobierno capitalino están abiertos, pero sólo para quienes tengan alguna actividad indispensable. Un grupo de policías armados con toletes, cubrebocas y guantes de látex los custodian.
La Catedral Metropolitana está "abierta" sólo para "emergencias espirituales". El atrio lo vigilan elementos de la Policía Federal resguardados con tapabocas y guantes desechables y protegidos del sol bajo enormes sombrillas.
Sobre la plancha se aprecia una réplica del Ángel de la Independencia a la que nadie se acerca y una enorme estructura provisional levantada en la contraesquina del Monte de Piedad para eventos públicos.
En la explanada, junto a la Catedral, un puesto de la Secretaría de Salud local da servicios médicos mientras unas cinco personas ofrecen servicios de albañilería, plomería o electricidad.
A diferencia de otros años la estación Zócalo del Metro se encuentra abierta y poco concurrida. En los pasillos hay un puesto de Protección Civil donde se implementa el Programa Hidratación 2009.
Sólo una pequeña concentración de integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación recuerda a los Mártires de Chicago.
Mezclados en un grupo de unas 80 personas además de maestros hay miembros del Partido Comunista y trabajadoras sexuales, mientras otro bloque aún más pequeño de curiosos que busca las pocas sombras en el Zócalo los observa incrédulo, casi indiferente. Es un 1 de mayo extraordinario.
