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UNAM dará ayuda psicológica telefónica

La institución educativa anunció que brindará este servicio a través de su alumnos; el teléfono para consultas es el 01 800 123 1010, sin costo en todo el país.
mar 05 mayo 2009 11:17 AM
El Rector de la UNAM, José Narro Robles dijo que es necesario ampliar la ayuda a la gente del país. (Foto: Notimex )
josé narro unam

La Facultad de Psicología de la UNAM ofrece asesoría telefónica para personas afectadas emocionalmente por la epidemia de influenza A H1N1 y que tengan una angustia fuera de control o problemas familiares por la larga estancia en casa.   En un comunicado, el jefe del Programa de Intervención en Crisis de esa entidad académica, quien encabeza el grupo de universitarios que brindan el servicio en coordinación con organizaciones civiles y gubernamentales, Jorge Álvarez Martínez, señaló que quien requiera ayuda puede llamar al 01 800 123 1010.  

Explicó que ese número "funciona como una central telefónica coordinada por la Secretaría de Salud, en la que participan la Facultad de Psicología de la UNAM, el Consejo Nacional contra las Adicciones, la organización Vive sin Violencia, Aeropuertos y Servicios Auxiliares, Acercatel, IMSS, ISSSTE y la Secretaría de Seguridad Pública Federal". 

Por este medio, agregó, expertos del Programa de Intervención en Crisis asisten a individuos cuya tolerancia esté rebasada por la situación que se vive con la epidemia.   "Hay personas angustiadas porque tienen un familiar grave por el virus, otras han perdido a un ser querido, o se sienten rebasadas por las restricciones sanitarias.

Además, en muchas familias se incrementan los problemas personales por estar largo tiempo en casa", relató.   Las restricciones sanitarias que sugieren la reclusión favorecen la modificación de hábitos.

A veces se está saturado por la televisión y las medidas ayudan a la convivencia, porque se podrían compartir juegos de mesa o platicar, algo útil para mejorar las relaciones interpersonales, sugirió.  

Álvarez Martínez dijo que, como sociedad, actualmente se vive una primera fase de choque o crisis que inició con la contingencia.

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La gente somatiza, empieza a sentir que es portadora del virus y percibe los síntomas, aunque no tenga fundamento fisiológico.  

En otros, la angustia se centra en enfermedades que sí tienen, pero con las que conviven en forma cotidiana y ahora toman otra dimensión, por el cambio en el referente social.   "Hay quienes conviven con dolores de cabeza de forma regular, incluso tienen el hábito de tomar analgésicos.

Pero ahora ese dolor se vuelve preocupante. De todo esto se puede hablar en las consultas telefónicas", comentó.   "Es importante mantener la serenidad y continuar respetando las medidas de higiene que han ayudado hasta ahora", concluyó.

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