Argentina toma medidas contra influenza
Un sentimiento de miedo y precaución se apoderaba el miércoles de los argentinos ante el avance de la gripe H1N1, un día después de que autoridades suspendieron clases y declararon en emergencia sanitaria a grandes ciudades del país.
El uso de mascarillas se multiplicaba en las calles y los medios de transporte de la capital argentina, Buenos Aires, así como el del alcohol en gel utilizado para la higiene de manos, en una muestra del temor al virus que provocó la muerte de al menos 26 personas el país.
El miedo entre la población aumentó el ausentismo en empresas y escuelas, previo la suspensión de las clases, mientras que las familias cancelan vacaciones y festejos familiares.
Las escuelas de casi todo el país permanecerán cerradas por varias semanas para contener la expansión del virus, en el medio del invierno austral, la temporada de propagación de la gripe estacional que todos los años provoca cientos de muertes.
"Mi hijo tiene un cumpleaños el viernes y no creo que lo mande, otro cumpleaños de otro compañero ya se suspendió", dijo a Reuters Rafael, padre de un niño de 3 años.
El alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, declaró el martes la emergencia sanitaria en la capital argentina, y luego la provincia de Buenos Aires, la más grande y poblada del país, hizo lo mismo. Ambos distritos concentran casi el 50 por ciento de la población de Argentina.
Algunas autoridades fueron más lejos y en la próspera ciudad bonaerense de Pergamino, 230 kilómetros al norte de Buenos Aires, el alcalde ordenó el cierre de escuelas, clubes, gimnasios, cines y teatros, y la actividad se paralizó en casas de apuestas como bingos, y también en bares y clubes nocturnos.
La declaración de la emergencia se produjo dos días después de unas elecciones legislativas en las que más de 20 millones de personas asistieron a las escuelas para votar.
La ministra de Salud hasta el lunes, cuando renunció a su cargo, Graciela Ocaña, habría recomendado cancelar los comicios, según autoridades sanitarias.
La última información sobre la epidemia divulgada por el Gobierno federal fue el viernes, cuando se reportaron 26 fallecidos y casi 1,600 contagiados. El ministro designado, Juan Luis Manzur, asumirá el miércoles, mientras especialistas recomiendan al Gobierno declarar la emergencia nacional.
Autoridades provinciales han reportado al menos 35 muertes por la gripe, aunque aún resta la confirmación del Ministerio de Salud de la Nación.
Después de México y Estados Unidos, Argentina es el tercer país del mundo con mayor cantidad de víctimas fatales provocadas por el virus.
"Se ve a la gente más precavida, se ven barbijos, algo que antes no existía. Pero la mayor falta de gente en la calle es porque hay menos turistas", dijo Carlos Begez, un vendedor de diarios de 65 años de un puesto callejero en la peatonal Florida, unos de los centros turísticos de Buenos Aires.
Recomendaciones
Autoridades recomendaron no asistir a centros de compras o lugares de concentración masiva y evitar los viajes en metro, mientras que en las empresas pusieron a disposición de sus empleados mascarillas y alcohol en gel (elementos que comenzaban a faltar en farmacias) y los aconsejaron incluso a no compartir el mate, una infusión muy popular en Argentina.
En instituciones médicas, el personal trabaja con cubrebocas y se suspendieron actividades académicas, mientras que el Ministerio de Educación canceló viajes para cursos o capacitación de docentes desde el interior del país a la capital.
En tanto, el Poder Judicial adelantó y extendió a un mes las vacaciones de invierno y dio licencia a todas las mujeres embarazadas. Algunas universidades cerraron sus puertas.
Y hasta la Unión Industrial Argentina (UIA) trató el tema de la influenza en su reunión de junta directiva, especialmente por su posible impacto en la actividad fabril.
"Hay que reforzar la atención en fábricas", dijo José Ignacio De Mendiguren, secretario de la entidad.
