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La Basílica honra al ex abad Schulenburg

El cardenal Norberto Rivera ofició una misa de cuerpo presente en su memoria dentro del templo; Guillermo Schulenburg se desempeñó durante 33 años en el cargo y murió el domingo a los 93 años.
lun 20 julio 2009 02:23 PM

El cardenal Norberto Rivera Carrera ofició una misa de cuerpo presente en memoria del ex abad de la Basílica de Guadalupe, Guillermo Schulenburg, quien falleció la víspera a la edad de 93 años. A las 8:00 horas ingresó por la puerta central del templo mariano la procesión encabezada por Rivera Carrera y el rector de la Basílica de Guadalupe, Diego Monroy; minutos después arribó el féretro gris, con el cuerpo de quien fue el último abad del santuario.

Familiares y amigos, entre ellos el ex gobernador de Veracruz, Miguel Alemán, y su esposa, Christiane Magnani, ocuparon las primeras bancas del recinto que durante 33 años estuvo a cargo de Schulenburg Prado.

Durante la ceremonia, quien fuera colaborador del abad durante su rectoría en el Seminario Conciliar de México, Enrique Glennie hizo una breve reseña de la biografía y elogió la labor de Schulenburg dentro de la Iglesia, a la cual aseguró sirvió desde corta edad.

"Admiramos su espíritu organizador y su capacidad para relacionarse, su gran inteligencia y la eficacia con que logró todo lo que se propuso", dijo el también vicario general de Agentes de Pastoral de la Arquidiócesis de México.

El religioso recordó que en su vida Schulenburg "no dejó de enfrentar dificultades y polémicas, como sucede siempre que se emprenden grandes obras", aunque "el Señor siempre sabe hacer prevalecer la verdad y grandeza de su obra".

Glennie Graue recordó que luego de estudiar en dicho Seminario, Schulenburg fue enviado a Roma en tiempos difíciles, pues se desarrollaba la Segunda Guerra Mundial y al regresar a México fue maestro, vicerrector y rector de su alma máter.

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Refirió que Schulenburg fue nombrado por el Papa Juan XXIII como abad de la Basílica de Guadalupe, recinto que calificó como un testimonio perenne de su obra en honor a la Virgen de Guadalupe.

Luego, mientras bendecía el féretro con el cuerpo de Schulenburg, el cardenal Norberto Rivera Carrera recordó que el prelado siempre dedicó su vida en la Iglesia y pidió por su descanso eterno.

Al término de la misa, los restos del ex abad de la Basílica fueron trasladados a una agencia funeraria donde serán cremados para posteriormente ser depositados en la Cripta Capitular del recinto mariano.

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