Tlalpan, la delegación con retos tan grandes como su extensión territorial
La delegación Tlalpan representa una quinta parte del territorio total del Distrito Federal con cerca de 312 kilómetros cuadrados y se le considera como uno de los bastiones del Partido de la Revolución Democrática (PRD), ya que la gobiernan desde 1997, y será una de las demarcaciones que disputarán de una manera cerrada con Morena, de acuerdo con cálculos de los propios partidos.
La demarcación, ubicada al sur de la ciudad de México, ocupa el quinto lugar con más electores después de Iztapalapa, Cuauhtémoc, Álvaro Obregón y Gustavo A. Madero, de acuerdo con el Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF), ya que tiene cerca de 532 mil electores.
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Entre los problemas más latentes en la delegación se encuentran: la escasez de agua, la inseguridad, asentamientos irregulares y la falta de recolección de basura, de acuerdo con una encuesta realizada por el Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE).
Escasez de Agua
La demarcación gasta alrededor de 100 millones de pesos de su presupuesto para el subsidio de pipas, para cerca de 23 mil personas en promedio. Sin embargo, éstas no son suficientes, pues se tiene un rezago de seis mil pipas en promedio, de acuerdo con datos de la delegación Tlalpan.
De cada 100 casas, 30 no cuentan con el suministro de agua potable, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), lo que no solo infiere en el estilo de vida de los tlalpeños, además descuida la preservación de las zonas boscosas de la zona, consideradas como uno de los pulmones de la ciudad de México.
En febrero de 2014 se anunció la inversión de 40 millones de pesos en la rehabilitación de seis pozos en la zona que permitirían en el corto plazo redistribuir el agua a zonas más afectadas.
Otro de los problemas derivados de esta situación es el surgimiento de abastecedores irregulares de agua que venden el servicio a 1500 pesos por unidad, de acuerdo con denuncias de vecinos de las zonas altas del Ajusco.
Asentamientos irregulares
La proliferación de personas que realizan asentamientos irregulares, por la venta ilícita de tierras a lo largo de la delegación, principalmente en áreas protegidas como el Ajusco medio, en los pueblos de San Miguel y Topilejo.
En barrios como el de San Juan Tepechimilpa, hay prácticas de construcción de viviendas de manera irregular, que se ha convertido en una práctica consolidada en la región desde hace más de 20 años.
En Tlalpan, se han localizado al menos 192 asentamientos irregulares, de acuerdo con la Comisión de Desarrollo Urbano de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. En 2013, se lograron etiquetar 6 millones de pesos para analizar la jurisdicción de las construcciones ilegales.
En 2014, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en colaboración con la delegación publicó un estudio en el que alertó sobre la proliferación de asentamientos irregulares, derivados de grupos de "paracaidistas" que han tomado tierras de las reservas naturales para habitarlas y construir en ellas de manera ilegal, acciones que han provocado un desgaste en el suelo de conservación, por lo que consideraron poner barreras físicas para contenerlos.
Ajusco, un asunto de seguridad federal
Esta zona que colindan Tlalpan y el municipio de Xalatlaco, en el Estado de México, del 2013 a septiembre de 2014, en la Coordinación Territorial Tlalpan 1, que cubre la parte baja del Ajusco, se denunciaron 666 delitos de alto impacto, en la Coordinación Tlalpan dos, que abarca la zona alta, fueron 762 ilícitos de alto impacto, de acuerdo con un informe de la Procuraduría General de Justicia del DF (PGJDF).
Los delitos incluyen el homicidio doloso, secuestro, violación y los robos con violencia.
En cuanto a la zona boscosa de Los Dinamos, que corresponde a la Coordinación Territorial Magdalena Contreras 2, se denunciaron en el mismo periodo 354 delitos de alto impacto.
El secuestro de siete deportistas, la emboscada que sufrieron seis policías, el hallazgo de dos elementos de la SSPDF ejecutados y el cuerpo sin vida de un hombre secuestrado, en 2014, provocaron que el jefe de gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, pidiera ayuda a la Federación para implementar un operativo.
El 18 de diciembre de 2014, 324 elementos de la policía capitalina y fuerzas federales (Marina, PGR, PF e Instituto Nacional de Migración) formaron parte del operativo de vigilancia en el Ajusco para inhibir delitos de alto impacto que se hicieron presentes en la zona.