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Mexicano supera accidente y va a los Juegos Paralímpicos de Vancouver

Arly Aristides competirá en la prueba de monoski alpino adaptado; a los 13 años tuvo un accidente y perdió el control de las piernas.
mar 16 febrero 2010 06:18 AM
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esqui Sin Pie de Foto

Su gusto por la convivencia con la naturaleza, la velocidad, la adrenalina y mucha destreza, son los elementos que llevaron a Arly Aristides Velásquez a buscar deportes extraordinarios.

Desde los 21 años vive solo y entrena en Winter Park, Colorado. Su objetivo: entrar dentro de los primeros 15 lugares en los Juegos Paralímpicos de Invierno que se realizarán en marzo en Vancouver, Canadá.

Cuenta su experiencia de viva voz.

Cuesta arriba

"A la edad de 11 años inicié mi entrenamiento profesional en downhill (descenso de bicicleta de montaña). Desafortunadamente, al mes de cumplir los 13 años, sufrí un accidente en este deporte. Me lesioné la columna vertebral y la médula espinal, tras haber conseguido varios campeonatos juveniles. Tuve que dedicar casi tres años a la rehabilitación y decidí probar en los deportes adaptados como el basquetbol, el lanzamiento de bala, disco y jabalina. También experimenté pista de 100, 200 y 400 metros y handcycle de 12 y 40 km. Tenía que superar el hecho de que no podría volver a subirme a una bicicleta".

No fue suficiente

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"En enero del 2009 intenté el monoski alpino: una prueba de los Juegos Olímpicos de Invierno. Me llenó por completo y finalmente pude regresar a la naturaleza -mi entorno favorito-.  Recuperé la libertad de desplazarme por las montañas haciendo uso de un sitski. Este deporte es el más desarrollado para personas con algún tipo de discapacidad. Requieres de grandes destrezas y habilidades especiales. Es un gran desafío y eso lo hace muy interesante. También me encanta el SuperG, por su gran velocidad, y el slalom que requiere de mucha técnica. Ejecutándolo encuentro mi paz”.

Lo que dejó el accidente

“Cambió demasiado mi forma de ser. Aprendí a valorar las cosas, a disfrutar cada momento, a conocer mejor a las personas y a hacerme muy fuerte. Perdí el control total de las piernas, pero gané armonía con mi alma”.

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