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España recordó el patriotismo olvidado con su triunfo en el Mundial

En tiempos de crisis, desempleo y falta de identidad, el triunfo de la selección española llegó como una esperanza de lo que el país aspira
mié 14 julio 2010 10:02 AM

Será una imagen que la conciencia nacional de España jamás olvidará: los ojos cubiertos de lágrimas del capitán Iker Casillas después de que La Roja atravesara décadas de fracasos en la Copa Mundial, al ganar su primer título el domingo por la noche.

La economía española está en crisis, con las tasas de desempleo más altas de Europa: el país necesitaba una buena noticia. Las banderas españolas ondeaban por los balcones de todo el país, mientras millones de personas tomaron las calles, llenos de alegría, en escenas anárquicas.

En Sudáfrica, los jugadores como Carles Puyol y Andrés Iniesta besaron las estrellas de sus playeras de campeones.

Incluso antes de la final, el patriotismo irradió en todo el equipo. “Dedicamos esta victoria a España”, dijo Xavi, jugador del Barcelona, antes del triunfo de la semifinal contra Alemania.

El lunes, el diario El País declaró que “desde la guerra civil española no había habido tantas banderas en la calle”. La omnipresencia de la bandera española fue apodada ‘el efecto rojo’ en honor al equipo nacional.

Este nacionalismo y sentimiento portador de banderas era de esperarse después de un triunfo de este tipo, pero en España, un país donde las identidades regionales de los catalanes, vascos y gallegos siempre estuvieron divididas, se unió en un orgullo nacional controversial y paradójicamente divisivo.

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La bandera ha sido vista por muchos, sobre todo por los catalanes y los vascos, como un tótem de la era franquista. Incluso el himno nacional ha sido editado para no reabrir las viejas heridas que dejaron la guerra civil de 1936 a 1939 y la consecuente dictadura del general Franco.

De hecho, el fracaso futbolero español había ocasionado más tensiones entre las lealtades regionales y nacionales, sugiriendo que no todos avanzaban en la misma dirección.

Incluso hay un equipo nacional catalán, dirigido por el icónico holandés y ex estrella del Barcelona, Johan Cruyff. El pasado diciembre vencieron a Argentina 4-2 en un partido amistoso que presentó a Xavi, Puyol, Gerard Pique y Joan Capdevila, todos protagonistas del triunfo del domingo por la noche.

Siete meses después, el equipo español encabezado por Casillas, el capitán castillo del Real Madrid, y seguido por la brillantez del mediocampista del Barcelona, capturó el premio mayor del juego.

"Cuando Iniesta anotó el gol del triunfo, escuchamos la reacción de toda la ciudad”, explicó Carolina Abellán, reportera del canal español Cuatro, quien estuvo en Madrid durante la final. “La alegría fue enorme y mucha gente estaba llorando”.

Varios periódicos españoles han dicho que la victoria podría ser un nuevo amanecer para el país, donde la sensación de identidad nacional podría superar las preocupaciones regionales. ABC dijo que “el equipo español es una metáfora de lo que España aspira a ser”.

Incluso Marca, el periódico que tanto favorece al Real Madrid, admiró al viejo enemigo, diciendo que “Iniesta, el jugador del Barcelona, nos llevó al cielo. Sufrimos, pero valió la pena”.

El transformador poder del futbol, ya sea al promover la unidad o al acrecentar el orgullo nacional, puede ser exagerado.

Pero el deporte, sobre todo en las finales de la Copa Mundial, ha tenido un gran significado político. El mejor ejemplo fue la final de la Copa Mundial 1954, con el llamado Milagro de Berne, donde Alemania occidental, un equipo de jugadores inexpertos, venció a Hungría, entonces el mejor equipo del mundo.

Llegó en un momento clave para Alemania, cuando el país aún estaba angustiado por su complicidad en las atrocidades nazis de la Segunda Guerra Mundial. El historiador alemán Joachim Fest, dijo que ahí fue donde nació la Alemania moderna.

“Fue una liberación para los alemanes. El 4 de julio de 1954 fue, en muchos aspectos, el día de la fundación de la República Alemana”.

Sin duda es un nuevo amanecer para España, pero no todos están a bordo. La complejidad de la identidad del país se acentuó un día antes de la final de la Copa Mundial, cuando un millón de catalanes marcharon a Barcelona para protestar contra el gobierno y sus esfuerzos por limitar la autonomía de la región. En contraste, 75 mil personas tomaron las calles de Barcelona para ver la final.

"En España tenemos un problema de identidad nacional”, dijo Abellan a CNN. “En algunos lugares de España, el País Vasco y Cataluña, es muy difícil ver una bandera nacional sin que haya problemas”.

"Pero en esta Copa Mundial, hubo más banderas españolas que nunca en lugares como Bilbao o Barcelona. Muchos de los jugadores del equipo nacional son vascos, como Xavi Alonso, o catalanes, como Carles Puyol y Gerard Pique, y fueron los primeros en levantarse y hablar de España”.

Sólo el tiempo podrá decir si los fantasmas del pasado de España quedarán apaciguados. Pero el gol en tiempos extra de Andrés Iniesta podría tener un impacto inmediato más necesario.

Un estudio holandés realizado antes del torneo en Alemania descubrió que los países que ganan la Copa Mundial han gozado de crecimiento económico posterior a todos los torneos, excepto dos, gracias a una mezcla de aumento de confianza y prestigio.

Según el estudio de 2006 de Ruben van Leeuwen y Charles Kalshoven, llamado Soccernomics, este rebote puede sumar un 0.7% al Producto Interno Bruto (PIB).

Con la economía española al borde de un fracaso similar al de Grecia, y con el desempleo entre las personas de 16 a 24 años de edad en 42.9 por ciento, la victoria de la Copa Mundial llegó en el momento perfecto.

Pero las lágrimas y la alegría que viajó de Johannesburgo a Madrid, y de Madrid a Barcelona, podría mostrar que el legado de La Roja significará mucho, mucho más.

"Sólo el tiempo podrá decirlo”, advirtió Abellán. “Pero, por ahora, hemos visto a miles de personas celebrar la victoria de España en lugares como Bilbao y Barcelona, y esto nunca habría ocurrido antes”.

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