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Los futbolistas y los autos, una relación que vive 'a exceso de velocidad'

Las violaciones de tránsito y los accidentes se han vuelto comunes entre los grandes deportistas, debido a su estilo "ostentoso" de vida
vie 05 julio 2013 12:54 PM

Pareciera que algunos futbolistas son tan famosos por su ritmo en la cancha como por violar las reglas cuando se trata de satisfacer el ansia de velocidad.

El nuevo técnico del Manchester City, Manuel Pellegrini, tal vez sea conocido como El Ingeniero, pero querrá poner freno a sus jugadores al conducir.

Carlos Tévez, quien completó su transferencia del City al Juventusla semana pasada, fue solo uno de los jugadores que sintieron el peso de la ley tras ser hallado culpable de infringir las leyes de tránsito.

En abril de este año, el argentino recibió una multa de unos 1,500 dólares y debió cumplir 250 horas de trabajo comunitario cuando lo declararon culpable de conducir sin permiso y sin seguro.

Al excompañero de equipo de Tévez, Samir Nasri, también se le prohibió conducir durante seis meses y debió pagar una multa de 3,180 dólares luego de que las cámaras de tránsito lo captaran rebasando el límite de velocidad en tres ocasiones en 2011.

Micah Richards fue el tercer defensa del Manchester City al que le prohibieron conducir cuando le suspendieron su licencia durante seis meses tras no responder a dos requerimientos por exceso de velocidad.

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No es solo la flotilla del Manchester City la que ha tenido problemas por el ansia de velocidad.

Benzema

En febrero, se detectó el auto del delantero del Real Madrid, Karim Benzema, corriendo a 216 kilómetros por hora —más del doble del límite legal— en una autopista madrileña.

Se prohibió al francés, que conducía un Audi —patrocinador oficial del Real—, conducir durante ocho meses y lo multaron con casi 23,000 dólares.

Esto ocurrió luego de un incidente en 2011: Benzema recibió una multa por exceso de velocidad en el centro de Ibiza.

En abril, se le prohibió a Kemy Agustien, del Swansea City, conducir durante doce meses tras acumular 39 puntos de castigo, 27 más del límite usual de 12 con el que se prohíbe conducir a un jugador.

Los patrocinadores automotrices son un aspecto esencial del negocio del futbol y, en vista de que los jugadores ocupan un lugar en la mente y el corazón —y más importante, en las billeteras— de los clientes que financian el deporte, no parece que esa relación vaya a terminar pronto.

“El futbol es por mucho el deporte que llega a la mayor cantidad de personas en todo el mundo”, dijo a CNN una vocera de Audi, empresa que tiene contratos de patrocinio con el Barcelona, el Real Madrid, el AC Milán y el Manchester United.

“Nuestra experiencia basada en nuestros compromisos con los principales clubes europeos nos indica que hay un gran potencial de negocios para Audi en este ambiente deportivo, tanto entre empresas como con los consumidores, los aficionados. Tenemos actividades conjuntas con los equipos no solo en Europa, sino también en Asia”.

Gran negocio

No cuesta entender por qué Audi ha forjado una relación tan íntima con varios de los principales equipos de Europa.

“El mejor ejemplo de esta ‘internacionalización’ es la Copa Audi, que ha tenido un éxito rotundo tanto en cantidad como en calidad”, agregó la vocera de Audi.

“La competencia de 2011 se celebró en Múnich y se transmitió en 180 países; se lograron más de mil millones de exposiciones durante la cobertura antes y después del evento”.

Aunque las ganancias comerciales son evidentes, la empresa también señaló que se requeriría de “medidas constructivas necesarias” si los jugadores rompen las reglas de tránsito.

“Audi tiene contratos de patrocinio con varias asociaciones y equipos”, agregó la vocera. “Muchos de estos contratos también contienen cláusulas relativas a la entrega de vehículos Audi”.

“Desde luego partimos de que todos los conductores de esos vehículos Audi respetarán las regulaciones de tránsito existentes. Si resulta no ser así, es responsabilidad de la asociación o de la administración del equipo el tomar las medidas correctivas necesarias”.

¿Un halo de invencibilidad?

Sin embargo, no siempre es fácil cumplir con las regulaciones de tránsito existentes cuando te rodea “un halo de intocabilidad”.

“Los jugadores han absorbido casi por ósmosis el concepto y han empezado a creer que están libres de reproche”, dijo a CNN Ellis Cashmore, profesor de Cultura, Medios y Deportes en la Universidad de Staffordshire en el centro de Inglaterra.

“Todos los días los rodean las pruebas de su estatus inmaculado, ya sea en los medios, en los restaurantes y bares o simplemente cuando se presentan a los entrenamientos, en donde usualmente hay un séquito de fans y de periodistas obsequiosos.

"Los futbolistas solo hacen lo que tú, yo y otros consumidores hacemos todo el tiempo: comprar productos que les dan un valor. Los aficionados compran zapatos tenis, camisas o perros (sí, los perros son un bien de consumo actualmente); otras personas compran ropa de diseñador, casas en zonas codiciadas y, desde luego, autos”.

Cuando se trata de vehículos, Cashmore agregó: “Los futbolistas compran autos aún más costosos que tienden a ser más veloces, así que las multas por exceso de velocidad y por estacionarse en lugares prohibidos se vuelven prácticamente irrelevantes”.

“Todos somos parte del mismo proceso: comprar un estatus visible. La diferencia es que los futbolistas pueden pagar más y quieren que su estatus sea no solo visible, sino ostentoso”.

Tampoco se trata solo de los jugadores. Los técnicos también han estado en problemas. El técnico del Manchester United, Alex Ferguson, fue notoriamente absuelto de cualquier infracción tras correr a toda velocidad por una autopista en octubre de 1999 porque afirmó que tenía un caso grave de diarrea y tenía que llegar a un baño.

Beckham

David Beckham también se escapó tras ganar un juicio de apelación contra su prohibición de conducir durante ocho meses en diciembre de 1999.

Beckham argumentó que estaba tratando de escapar de un paparazzo cuando detectaron que su Ferrari circulaba a 122 kilómetros por hora en una zona de 80.

De acuerdo con el juez, hubo “circunstancias especiales” que provocaron que Beckham rompiera el límite de velocidad. El abogado Nick Freeman —a quien apodaron El Señor Laguna tras sacar del atolladero a sus clientes exitosamente representó tanto a Ferguson como a Beckham.

Freeman también representó al golfista, Colin Montgomerie; al cantante Van Morrison y a incontables celebridades más durante su carrera.

Sin embargo, otras estrellas del futbol no han tenido tanta suerte.

Jugadores como Rio Ferdinand y Jermain Defoe han sentido todo el peso de la ley y a ambos se les ha prohibido conducir.

La estrella del Real Madrid, Cristiano Ronaldo, sobrevivió a un choque a alta velocidad en enero de 2009, en el que destrozó su Ferrari de 303,000 dólares en un túnel en Manchester, cuando jugaba para el United.

Balotelli

También tenemos a Mario ¿Por qué siempre yo? Balotelli, quien chocó su Bentley en abril de 2012 contra otro automóvil.

Balotelli, quien ahora juega en Italia para el Milán, pagó casi 15,000 dólares en multas por estacionamiento y le incautaron su Maserati blanco en 27 ocasiones durante su temporada en el City.

Aunque los patrocinadores automotrices siguen haciendo fila para cerrar contratos de mercadotecnia con los clubes de futbol, otros integrantes de la industria automotriz siguen preocupados por el impacto que tienen los jugadores que violan la ley.

“No sirve de nada tener a alguien que puede tener autos de la gama más alta si ignora la ley”, dijo a CNN Damien Smith, editor de la revista Motor Sport.

“Me sorprendió que no apresaran a Tévez y que el juez no lo usara como ejemplo”. Sin embargo, Smith agrega que este fenómeno no es nuevo: los futbolistas y los autos han estado relacionados desde la década de 1970.

“Los futbolistas son jóvenes muy ricos que tienden a comprar resplandecientes autos nuevos y son famosos por comprar los más caros. Son autos de gran potencia y desempeño y en ocasiones conducirán demasiado rápido”.

Desafortunadamente, no parece que los futbolistas estén a punto de cambiar sus hábitos.

Según una encuesta que hizo la empresa aseguradora británica, Elephant, en febrero de 2011 los futbolistas profesionales “son los conductores que tienen mayores probabilidades de acumular puntos en su licencia de conducir por cometer infracciones como conducir a exceso de velocidad, pasarse los altos y hablar por teléfono mientras conducen”.

Tras consultar los datos de más de tres millones de automovilistas en Reino Unido, la investigación demostró que casi una tercera parte de los futbolistas tienen puntos de castigo en su licencia.

La tentación

El director gerente de Elephant.co.uk, Brian Martin, dijo en ese entonces que “los autos poderosos están íntimamente relacionados con el estilo de vida de los futbolistas, así que tal vez para algunos de ellos la tentación de correr es demasiado grande”.

Mientras los salarios en los niveles más altos siguen aumentando y los castigos como el que se impuso a Tévez no sirvan para disuadirlos, parece que este arriesgado estilo de vida seguirá existiendo durante un rato.

Sin embargo, tal vez esta reflexión dé a algunos futbolistas una razón para detenerse a pensar.

Cuando se unió al Manchester City, Courtney Meppen-Walter tenía el mundo a sus pies.

Ahora, a los 18 años, cumple una condena de 16 meses de prisión por haber provocado la muerte de dos personas en un choque.

Reconoció haber provocado las muertes por conducir de forma imprudente y se le prohibió manejar por tres años.

Tal vez los futbolistas ansíen la velocidad, pero el pensar rápido podría serles más útil la próxima vez que consideren ignorar la ley.

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