Luis Alberto Rivera, un 'canguro' salta como promesa mexicana en Olímpicos
El ingeniero industrial mexicano Luis Alberto Rivera es el único atleta a nivel mundial que sabe dónde convergen la ingeniería y el salto de longitud, especialidad en la que busca destacar y dejar huella como uno de los grandes saltadores de la historia.
De hecho, Rivera, de 26 años, ya inscribió su nombre en la trigésima casilla de la lista de los mejores saltadores de todos los tiempos con los 8.46 metros que consiguió el viernes pasado en la Universiada Mundial Kazán 2013, que le pusieron al frente del ránking mundial del año. Pero, como todo atleta, buscar mejorar su marca.
En un día normal, Rivera cumple un entrenamiento matutino de cuatro o cinco horas y esa misma cantidad de tiempo la invierte por la noche en su doctorado en Ciencias de la Ingeniería, con especialidad en Ingeniería Industrial, que cursa en el Tecnológico de Monterrey.
Su lugar de "trabajo" en las mañanas es la fosa de saltos del estadio Tecnológico, donde juegan Los Rayados de Monterrey, de la primera división del futbol mexicano.
Rivera, entrenado por Francisco Olivares, afirma que el deporte y los estudios sí se pueden compaginar, que solo hay que ser disciplinado y organizado, como él, para no descuidar ninguna de las dos disciplinas.
Su labor en las aulas también ha sido destacada ya que se graduó como ingeniero industrial de la Universidad de Arizona, en Estados Unidos y posteriormente concluyó la maestría en Ingeniería Energética en el Tecnológico de Monterrey.
Rivera, nacido en Sonora, estado del noroeste de México que se caracteriza por producir beisbolistas, ha roto dos veces el récord mexicano de salto de longitud, primero con 8.30 metros con los que ganó el oro en el Janusz Kusocinski Memorial en Polonia y ahora con 8.46.
La marca anterior fue impuesta en 1994 por su compatriota Rogelio Sáenz, con 8.23 metros.
"Gracias a todos por su apoyo. ¡Lo logramos! México en lo más alto del podium. Inspiremos a una generación", apuntó Rivera en Twitter tras su salto en Kazán, con el que desplazó al cubano Iván Pedroso, quien tenía la marca de la Universiada con 8.40 metros que impuso en Sicilia, Italia, en 1997.
Rivera, que mide 1.83 metros y pesa 80 kilogramos, concretó el mejor salto de las últimas dos temporadas, en el que prácticamente voló y se inscribió como el primer atleta mexicano que es líder del ránking mundial en esta disciplina.
La marca anterior en esta campaña era de 8.39 del ruso Alexander Menkov, a quien relegó en Kazán al segundo sitio.
Al mexicano, a quienes algunos ya apodan El Canguro, tiene un impulso de 19 zancadas y 13 años de trabajo, que lo colocan en la élite de los saltadores, todavía lejos de los 8.95 que alcanzó el estadounidense Mike Powell el 30 de agosto de 1991 y de los 8.90 del legendario Bob Beamon, quien logró esa marca el 18 de octubre de 1968 en los Juegos Olímpicos de México.
Unas horas después de su más reciente logro, Rivera lo calificó de "el mejor salto" de su vida hasta el momento. Dijo que su meta este año es el Mundial de Moscú, sin quitarle la mira a los Olímpicos de Río de Janeiro 2016, donde espera "ser un contendiente fuerte a medalla y no un competidor más".
El salto de Rivera fue mejor que el de los dos últimos medallistas de oro en Juegos Olímpicos, el panameño Irving Saladino, quien registró 8.34 metros en Pekín 2008, y el británico Greg Rutherford, que alcanzó los 8.31 metros en Londres 2012.
En la capital británica, Rivera fue el primer saltador de longitud en los últimos 44 años que representó a México en unos Juegos Olímpicos.
Ahora, ya como un saltador a seguir, Rivera tendrá su prueba de fuego en el Mundial de Moscú, del 10 al 18 de agosto, que será el primero en su carrera y al que llegará, probablemente, como el mejor saltador de la temporada.
Con la etiqueta de favorito, Rivera buscará su lugar en el atletismo mexicano, que ofrece competidores a cuentagotas y cuya última figura fue la corredora Ana Gabriela Guevara.
