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Decir adiós a las canchas: tan difícil como "prepararse para morir"

El momento preciso para que un jugador se retire no solo tiene que ver con la edad, y en todo caso, deben estar mentalizados para ello
vie 26 julio 2013 01:08 PM

Gabriel Caballero, un jugador icónico del club Pachuca, tenía 38 años cuando decidió retirarse en 2009. Habían pasado apenas tres años de haber impulsado al equipo con su gol ante Colo Colo de Chile para ganar la Copa Sudamericana, el trofeo más importante en la historia de los Tuzos.

“Un día me vi obligado —a decidir— entre seguir jugando o retirarme y amarrar una carrera como técnico, y opté por lo segundo”, dice Caballero a CNNMéxico.

El futbolista argentino, naturalizado mexicano, inició su carrera en el Rosario Central de Argentina a los 16 años, pero vivió sus mayores logros en México, tras su llegada en 1996, país al que incluso representó en la copa del mundo de Japón y Corea del Sur 2002.

“¿Cuándo es bueno retirarse?, es tan difícil saberlo, pero va en relación con lo que planeas para tu futuro. En mi momento pensé que una carrera como técnico era un buen futuro y me retiré”, dice Caballero.

Exjugadores profesionales señalan que el momento para retirarse es una decisión personal basada en las sensaciones que experimentan dentro y fuera de la cancha.

“Yo me retiré cuando ya sentía que le había dado todo al futbol (…) Ya no tenía ganas de levantarme temprano,  de cuidarme, tenía ganas de salir a cenar y comerme un helado. Ya estaba cansado de la vida profesional”, dice Gustavo Matosas, actual técnico del León.

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Matosas se retiró a los 34 años, jugando para el Querétaro de México en 2001. Debutó a los 18 años en el Peñarol de Uruguay y desfiló por equipos de Brasil, España, Argentina y China.

“Lo que uno nunca tiene que dar es lástima. Cuando no vas a ser el mejor e intentar hacer lo mejor, tienes que agradecer por todo e irte”, señala.

Guillermo Vázquez, actual técnico del Cruz Azul, debutó a los 17 años en los Pumas de la UNAM, en 1984. Después de 15 años en siete equipos, se retiró a los 32 años en el Pachuca.

“Ya me costaba trabajo, los entrenamientos ya no eran lo mismo. Veía que los jóvenes me superaban muy fácil y por más que uno quiere —seguir jugando— hay que tomar decisiones. Decidí mejor prepararme como entrenador”, dice Vázquez a CNNMéxico.

La preparación hacia el retiro

Retirarse es “como la muerte” para algunos futbolistas. Decir adiós a los gritos de los aficionados, los estadios llenos, los viajes, la fama y las competencias de alto rendimiento, es un proceso al que los jugadores suelen negarse o por lo menos resistirse.

“No hay preparación para eso. Pienso que hasta que no te llega, lo asimilas. Es como cuando dicen de la muerte, y nosotros decimos que nos vamos a preparar, pero nunca te preparas. Por más que lo veas desahuciado, sabes que está ahí y el día que fallece es un shock”, dice Óscar Conejo Pérez, portero de Pachuca.

Pérez debutó a los 20 años, en 1993, con Cruz Azul. Aunque ha estado en seis equipos mexicanos en su carrera, fue con 'La Máquina' donde tuvo su época de máximo esplendor.

Sus espectaculares atajadas le valieron la convocatoria para la selección mexicana en los mundiales de 1998, 2002 y 2010.

“Creo que un jugador se debe preparar para el retiro desde que empieza. Tengo la fortuna de venir de una casa de jugadores de futbol y desde que empecé sabía que el retiro era una realidad.

“Tienes que llevar una vida ordenada porque son pocos años en los que tienes que solucionar el resto de tu vida, en cuanto a lo económico y muchas cosas más”, dice Matosas.

“Muchos no se dan cuenta, creen que pueden seguir toda la vida y no es así. Uno tiene que ser honesto y trabajador en su carrera deportiva. Y esa trayectoria puede hacer que se te presenten cosas importantes en el futuro”, dice Vázquez.

El Conejo Pérez fue el portero titular de México en Sudáfrica 2010. Sus atajadas aún ocupan algunos titulares de los medios de comunicación y es el centro de atención de los niños y adolescentes que entrenan en la escuela de futbol del Pachuca.

“Sé que ya va a llegar el momento en que tengo que hacerme a un lado. ¿Cuándo? no lo sé. Ahorita me siento con ganas de jugar, con fuerza y mantenerme al nivel de los chavos de 20 años.

“El día de mañana que vea que ya no llego y me sacan mucha diferencia, me tendré que hacer a un lado”, señala.

Jorge Eduardo Gómez contribuyó con este reporte

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