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Brasileños que 'odian' el Mundial quieren ver a la 'verdeamarela' perder

Por extraño que parezca no todos los brasileños quieren que su selección gane el Mundial, a otros ni les importa
sáb 07 junio 2014 05:37 PM
Brasil, Mundial, copa del mundo, protestas, neymar
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Brasil es el país de la playa, de la samba y sobre todo del "futebol", pasión nacional número uno. Pero increíblemente, muchos brasileños sueñan con salir al extranjero durante la Copa, mientras otros esperan un fracaso de su selección.

El contador Marcus Toledo, un carioca de 42 años, engrosa las filas de los que detestarían ver a su selección alzar el sexto título mundial el 13 de julio, frente a un fervoroso estadio Maracaná engalanado con los colores verdeamarela.

Con la ayuda de varios amigos que sienten lo mismo que él, organizó un pequeño boicot al equipo de Luiz Felipe Scolari: cada día que juega Brasil, el grupo de amigos se reúne para apoyar al equipo contrario.

"Como soy un loco del futbol, me siento traicionado por esta Copa a la que solo ricos y privilegiados podrán asistir", lamenta.

Leer: La FIFA ofrecerá 18,000 entradas para el Mundial

¿Cuál es el pronóstico de este aficionado? "Sin remordimientos, espero que la derrota en el Mundial y el fracaso en la organización del evento sirvan como lección sobre cuáles son nuestras prioridades por aquí".

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Para el jubilado Joao Carlos de Lima, de 64 años, no hay motivos para festejar la organización del Mundial en casa.

Tras un largo suspiro, confiesa que espera que la selección brasileña no llegue a cuartos de final, "así no hay ninguna fiesta".

"La herencia de la Copa es una población insatisfecha con el gobierno y los gobernantes, y hay mucho dinero en el bolsillo de quienes participaron en las obras", se queja.

El equipo Flamengo de Rio de Janeiro es su gran pasión. Pero no apoyar a la Selección es su forma de protestar contra el gobierno de Dilma Rousseff, que el 5 de octubre se juega la reelección.

"Sabemos que la victoria de Brasil en la Copa, en pleno año electoral, es una gran ayuda para quien está en el poder", sostiene.

Rousseff, sin embargo, no cree que su destino político esté inexorablemente atado al del equipo nacional.

"No creo que la Copa decida mi elección. No va a ayudarme ni a perjudicarme. Brasil puede ser campeón y yo perder la elección, o Brasil puede perder la Copa y yo ser reelecta", dijo recientemente.

Favorita para las elecciones de octubre, las intenciones de voto para la presidenta cayeron de 37% en mayo a 34% en junio, según la última encuesta Datafolha. Su mayor rival, Aecio Neves (del partido de centro izquierda PSDB) también cayó de 20% a 19%, mientras aumentaron los indecisos y votos en blanco.

Huir de Brasil, la otra opción

Después de quedar atrapada en su oficina del centro de Río a raíz de una violenta protesta contra la Copa del Mundo en junio de 2013, cuando una revuelta social contra el gasto público en la Copa y por mejores servicios públicos tomó las calles del país, la abogada Cecília Menezes Castro decidió que durante el Mundial viajaría a Nueva York con su marido.

Mientras unos 600,000 turistas extranjeros llegarán a Brasil para la Copa, y otros tres millones de brasileños asistirán a los juegos en todo el país, Castro solo sueña con escapar.

"Yo sabía que no aguantaría estar aquí durante la Copa", dijo la abogada, enumerando los gigantescos embotellamientos y las manifestaciones como sus principales motivos para salir del país.

Tentada por la promoción de una agencia de viaje que proponía olvidar a Brasil durante el torneo, aprovechó la oportunidad.

En 2007, cuando el país fue elegido para acoger el Mundial 2014, vio sin embargo la decisión con buenos ojos.

"Pensé que iba a traer algunos beneficios para el país, pero hasta ahora solo me decepcioné con los atrasos en las obras y el uso político del evento", explica la abogada, que vive en los alrededores del estadio Maracaná.

Fueron las ganas de evitar trastornos lo que llevó a la psicoanalista Anna Beatriz Medici, de 37 años, a "huir" al menos temporalmente por la Copa.

Con un viaje estratégicamente marcado para el 10 de junio, pasará 20 días en Italia junto a su madre. "Marqué el viaje dos días antes del inicio del torneo, previendo caos en el aeropuerto", afirmó esta apasionada seguidora del club Fluminense y que frecuenta a su equipo en el estadio Maracaná.

La psicoanalista asegura que alentará a Brasil desde Italia, sin protestas y embotellamientos.

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