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Secuestrar empresarios, moda en Francia

Trabajadores toman como rehenes a directivos de empresas a manera de protesta en el país; esta práctica ha afectado a altos ejecutivos de Sony, 3M y Caterpillar en Francia.
lun 13 abril 2009 09:52 AM
Sarkozy dijo que Francia ha actuado por su cuenta debido a que la UE no está interviniendo para frenar la crisis. (Foto: Archivo)
Nicolas Sarkozy (Foto: Archivo)

Una nueva manera de protesta social se extiende en Francia, luego de que los trabajadores han empezado a tomar como rehenes a los dirigentes de empresas en crisis, destacó el lunes el diario español El País.

Ya el martes pasado el presidente francés, Nicolás Sarkozy, decidió entrar en la polémica y se preguntó en voz alta en una alocución pública: "¿Pero qué es esto de ir por ahí secuestrando gente? No dejaré que pasen cosas así".

El hecho es que la nueva forma de protestar de determinados trabajadores cuando les cerca el desempleo o el despido es secuestrar a los dirigentes de la empresa como medida de presión, como medio para alcanzar más repercusión o, simplemente, como mero ejercicio del derecho "al pataleo".

El País recordó que en marzo, un grupo de trabajadores retuvo contra su voluntad al presidente de la fábrica de Pontonx-sur-Adour (Landes) de Sony Francia toda una noche.

Protestaban contra lo que consideraban una indemnización insuficiente del plan de despidos que se iba a producir en la fábrica.

"No tenemos mucho que perder: ya hemos perdido el trabajo", se justificó uno de los trabajadores, indicó el rotativo español.

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Luego, la moda se ha extendido rápidamente en un país que cuenta con más de un 8% galopante de desempleo y donde el goteo de fábricas que cierran o que ajustan su plantilla es constante.

Hace unas dos semanas, ante un despido de 110 empleados, los trabajadores del grupo estadounidense 3M en Pithievers (Loiret) retuvieron al director.

A otro ejecutivo de otra empresa los empleados le obligaron a desfilar junto a ellos en una manifestación.

El País recalcó que el caso más sonado se produjo cuando un sector de la plantilla de Caterpillar en Grenoble secuestró durante un día en sus despachos a cuatro directivos para obligarles a desbloquear las negociaciones por el despido de 733 trabajadores.

El mismo Sarkozy intervino para anunciar que velaría para solucionar el asunto. Esto pareció calmar a los obreros, que liberaron a los directivos. "Nosotros somos humanos", dijo uno de ellos.

Según se han extendido los casos de empresarios-rehenes y la polémica ha saltado a la calle, los políticos se han pronunciado sobre el asunto.

El domingo pasado, la ex-candidata socialista a presidir la República, Ségoléne Royal, manifestó que "no es agradable que te secuestren, y es ilegal privar a alguien de su libertad de movimientos, pero los trabajadores deben romper por algún lado esta injusticia".

A su vez, Martine Aubry, secretaria general del Partido Socialista francés (PS), añadió que "ninguna violencia que atente contra la libertad de las personas está justificada, pero la violencia social se está ejerciendo con tal brutalidad que puede llegar a explicar casos como los que vemos".

El País indicó que hay sociólogos que creen que "el pueblo se está divorciando de las élites", como afirmaba Denis Muzet, al comentar estos secuestros en "Les Echos".

Las distintas asociaciones patronales han señalado con mucha preocupación la escalada del fenómeno, y recuerdan que "afecte a quien afecte la crisis, nunca se puede vulnerar la ley".

"Con todo, hasta ahora, ningún empresario o ejecutivo ha denunciado la agresión, por lo que nadie ha sido detenido", concluyó El País.

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