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Volcker, entre la economía y... el amor

El ex presidente de la Fed y asesor de Obama, de 82 años, se casó con su secretaria Anke Dening; después de la ceremonia, celebrada el jueves, la pareja viajó de luna de miel a las Islas Vírgenes.
mar 16 febrero 2010 07:30 PM
El ex presidente de la Fed habló ante los legisladores estadounidenses sobre las propuestas financieras del presidente Obama. (Foto: AP)
El ex presidente de la Fed habló ante los legisladores estad (Foto: AP)

El ex presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Paul Volcker, de 82 años, se tomó un tiempo libre la semana pasada en sus esfuerzos por impulsar una reforma regulatoria en el sector bancario, para casarse con quien ha sido su secretaria durante muchos años, Anke Dening, informó este martes su oficina. La pareja se casó el jueves por la mañana en una ceremonia privada en Nueva York, que fue presidida por un juez que es, además, amigo cercano de Volcker.

Volcker y Dening partieron luego en una breve luna de miel a las Islas Vírgenes, de donde regresaron el lunes.

Dening ha trabajado para Volcker por más de 20 años.

Volcker, quien enviudó en 1998, es presidente de la Junta Asesora para la Recuperación Económica del presidente Barack Obama.

El mes pasado, Obama propuso la " Regla de Volcker ", que impediría que los bancos hagan apuestas en los mercados financieros con su propio dinero.

La norma busca evitar que los bancos asuman riesgos que los lleven al colapso.

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Volcker, de 82 años, fue uno de los principales asesores de Obama durante la campaña presidencial del 2008 y actualmente preside un panel de asesores económicos externos de la Casa Blanca.

Desde el comienzo del Gobierno de Obama, ha sido visto en pocas oportunidades en Washington y no ha ocultado las diferencias de opinión con la Casa Blanca sobre cómo lidiar con el problema de las firmas financieras "demasiado grandes para caer".

El temor de Volcker, compartido por otros economistas, es que los bancos estadounidenses recientemente consolidados puedan embarcarse en un comportamiento displicente con la creencia de que el Gobierno nunca permitiría su caída por su enorme tamaño.

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