Funeral de Thatcher costó 4.1 mde
El funeral de la exprimera ministra del Reino Unido Margaret Thatcher, que se celebró en Londres el pasado día 17 de abril, costó a los contribuyentes británicos 3.6 millones de libras (4.1 millones de euros), según la estimación que hizo Downing Street.
La ceremonia en la catedral de San Pablo, así como las cerca de 2,000 invitaciones que se imprimieron para la ocasión, costaron unas 500,000 libras (580,000 euros), según los datos que ofreció la residencia oficial del primer ministro, David Cameron.
Otra partida, de 1.1 millones de libras (1.27 millones de euros), se dedicó a "seguridad", mientras que 2 millones de libras (2.32 millones de euros) sirvieron para pagar a agentes de policía destinados en el funeral que generalmente hubieran estado realizando otras labores.
Downing Street informó asimismo de que la familia de Thatcher contribuirá con una cantidad todavía por determinar para sufragar gastos como el de la funeraria y las flores.
Los gastos que ocasionaron las exequias de la ‘Dama de Hierro', que incluyeron un cortejo fúnebre por el centro de Londres en el que participaron más de 700 militares de las tres fuerzas armadas y miembros de la guardia real, fueron motivo de polémica en el Reino Unido tras la muerte de la antigua jefa de Gobierno conservadora.
La reina Isabel II y su esposo, el duque de Edimburgo, asistieron de luto riguroso a la ceremonia en memoria de Thatcher, fallecida el pasado 8 de abril a los 87 años.
Los medios británicos habían calculado que el funeral con honores militares, un grado por debajo del funeral de Estado, tendría un coste cercano a los 10 millones de libras (11.6 millones de euros).
Downing Street, en colaboración con el Palacio de Buckingham y la familia de Thatcher, organizó para la exmandataria un funeral solemne que guardó similitudes con el que recibió en 1965 el exprimer ministro durante la II Guerra Mundial Winston Churchill.
Miles de personas salieron a la calle para aplaudir al paso del féretro de la ‘Dama de Hierro', que también recibió algunos abucheos, mientras que las campanas del Big Ben quedaron en silencio durante un tiempo como homenaje a la exprimera ministra.
