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La ropa usada, la nueva moda en EU

Las tiendas de segunda mano como el Ejército de Salvación aumentaron sus ventas en 2008; estas firmas estadounidenses están atrayendo ahora a la clase media a raíz de la crisis financi
mié 22 octubre 2008 12:05 PM
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Las tiendas de esta firma ofrecen ropa y otros artículos usa

El concepto de que las tiendas de segunda mano son el refugio de los trabajadores pobres, los desempleados y los amantes de las modas pasadas ha pasado a la historia. En estos tiempos de penurias económicas, el poderoso aliciente de las compras baratas está atrayendo a una nueva clase de clientes.

El Ejército de Salvación y Goodwill Industries International, las dos mayores organizaciones de reventas caritativas en Estados Unidos, reportan incrementos de 6% al 15% en las ventas en el último año.

Las ganancias son aún más pronunciadas en el sector privado. En un sondeo realizado por un grupo de la industria en más de 200 tiendas de segunda mano, casi dos terceras partes de esos negocios reportaron ventas mayores en el 2008 que en el año previo. El incremento promedio fue de 35%.

Los consumidores "no pueden cambiar el precio de la gasolina. No pueden cambiar el precio de los alimentos. No pueden hacer que el mercado de valores suba de nuevo", dijo Adele Meyer, directora ejecutiva de la Asociación Nacional de Tiendas de reventa y de Segunda Mano. "Pero pueden controlar el precio de las ropas y los muebles usando su buen juicio a la hora de comprar".

La tienda del Ejército de Salvación en Dublin, Georgia, ubicada a medio camino entre Atlanta y Savannah, ha visto aumentar sus ventas un 50% este año, dijo el administrador de la tienda, Gary Spivey. El cambio en su clientela es obvio.

"Estamos viendo más clientes de clase media y clase alta que nunca antes", dijo. "Sin siquiera preguntar, uno sólo tiene que ver sus autos en el estacionamiento".

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Savers Inc., una cadena de tiendas de segunda mano basada en Bellevue, Washington, ha tenido un crecimiento de 10%, dijo el director ejecutivo Ken Alterman. La compañía tiene ahora 220 tiendas Savers y Value Village en Estados Unidos, Canadá y Australia, y espera abrir 25 nuevas tiendas en cada uno de los próximos años.

De acuerdo con Alterman, el 75% de los clientes de las tiendas son graduados universitarios, con ingresos promedio de entre 50,000 y 65,000 dólares. Treinta por ciento de los clientes tienen ingresos de más de 100,000 dólares.

Algunas de las tiendas más exitosas de la cadena están en Redmond, Washington, sede de Microsoft; en la lujosa ribera en Victoria, Columbia Británica, en Canadá, y en la isla de Oahu, en Hawai.

"Nosotros estamos en estos hermosos barrios y las tiendas florecen allí", dice Alterman. "La verdad es que nos va muy bien en esta economía".

El profundo torbellino económico y los problemas financieros personales no son los únicos factores que impulsan el incremento del interés en las tiendas de segunda mano, dicen expertos. Unos crecientes valores "ecologistas" entre los consumidores estadounidenses han ayudado también al sector.

"La gente se ha vuelto más espabilada", dice Angie Heidenreich, dueña de LuLu's Consignment Boutique en Fletcher, Carolina del Norte. "Con artículos de segunda mano uno gana dinero, ahorra dinero y recicla. Es una decisión fácil".

Heidenreich abrió su tienda — que esencialmente sirve de intermediaria entre clientes que desean comprar y vender ropa — en noviembre del 2006. Aumentos de casi 100% en las ventas le obligaron a triplicar el tamaño de la tienda para satisfacer la demanda.

"Estamos recibiendo más clientes que antes probablemente no habrían puesto un pie adentro de la tienda", dice. "Es más aceptable ahora que lo que solía ser en el pasado. la imagen de la tienda de segunda mano era de un lugar sucio, deprimente. Ahora algunas son boutiques".

En el poblado universitario de Columbia, en Misurí, tanto Goodwill como el Ejército de Salvación reportan aumentos recientes de 25% en las ventas.

April Hayes, una secretaria legal de 28 años, ha comprado en la tienda de Goodwill aquí durante seis meses, a insistencia de su madre y su hermana. Durante la hora de almuerzo hace unos días, ella recorrió la tienda en busca de un traje de negocios.

"Me he vuelto una adicta", dice. "Usted puede pagar 2 o 3 dólares por la misma cosa que en un centro comercial le costaría 400 dólares".

El alza en las ventas en esas tiendas tiene su lado negativo. El Ejército de Salvación reporta una peligrosa baja en las donaciones. Por las mismas razones en que los consumidores tienden más ahora a comprar artículos de segunda mano, es menos probable que se deshagan de sus ropas y muebles usados.

"Nosotros dependemos grandemente de la cultura de consumo", dijo Melissa Temme. "La gente se está dando cuenta de que el sofá les puede durar un poco más. El traje, aunque quizás no sea perfecto para la moda de este año, está bien".

El dinero ganado en sus tiendas de segunda mano ayuda al Ejército de Salvación a financiar su programa de rehabilitación de adultos. Por ello, aunque los administradores están felices con los crecientes ingresos, temen la escasez de inventario.

"En algún momento vamos a tener un problema", dijo Temme. "Si las donaciones continúan bajas, no vamos a tener qué vender".

Como resultado, el Ejército de Salvación va a lanzar una campaña nacional en enero, la primera en sus 128 años de historia en el país.

Además de los nuevos clientes, las tiendas siguen atrayendo a una dedicada muchedumbre de cazadores de baratijas. Ahora que los compradores más tradicionales se han visto expuestos al mercado de segunda mano, nadie espera que el renovado interés amaine en el futuro cercano.

"A la gente siempre le ha gustado una baratija", dijo Meyer. "Y ahora son más necesarias".

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