Masajes antiestrés para policías
Combatir la delincuencia en las calles puede ser estresante y por eso un municipio en Monterrey, Nuevo León donde la violencia de las bandas del narcotráfico es cosa cotidiana, ha comenzado a ofrecer masajes relajantes a sus policías.
Al final de sus jornadas de trabajo, los más de 450 agentes del municipio de San Nicolás de los Garza -vecino a la ciudad de Monterrey- podrán tomarse un respiro y ponerse en manos de una decena de masajistas.
"Los muchachos de seguridad lo están tomando muy bien (...), estamos interesados en que estén bien y que tengan buena salud", dijo a Reuters el jefe del Centro Integral de Apoyo al Policía, Alejandro Sandoval.
El programa de masajes estará a prueba y, dependiendo de los resultados, se buscaría hacerlo permanente.
"Tenemos que ver cómo se sintieron, qué les pareció, para tratar de ver si ya lo podemos implementar de aquí en adelante", dijo Sandoval, quien explicó que al momento aproximadamente 120 elementos han disfrutado de un masaje.
Monterrey, una de las ciudades más ricas de México ha sido sacudida por una ola de ejecuciones vinculadas con el narcotráfico que aterrorizan a sus residentes y opacan su imagen de paraíso empresarial.
En lo que va del año, al menos 14 policías y ex policías han sido ejecutados en esta ciudad del norte de México.
En el episodio violento más reciente, dos ex policías fueron acribillados con ametralladoras a plena luz del día en el centro de la ciudad.
"La violencia y el crimen organizado está en niveles críticos en Nuevo León", dijo el fiscal estatal, Luis Carlos Treviño.
Incluidos cinco jefes policiales, 55 personas fueron asesinadas por los cárteles de la droga en el 2006 en el área de Monterrey, en medio de la lucha que libran sus capos por las rutas de tráfico hacia Estados Unidos y del contraataque a las campañas del gobierno contra el crimen organizado.
Enclavado entre pintorescas montañas y hogar de unos cuatro millones de personas, Monterrey es una de las principales ciudades de negocios de Latinoamérica, y desde hace tiempo se percibe a sí misma como distanciada del resto de México, donde la corrupción y pobreza son la norma.
Alrededor de 2,000 personas fueron asesinadas en el país el año pasado, dentro de la cruenta lucha entre cárteles rivales.
