Publicidad

Síguenos en nuestras redes sociales:

Publicidad

Repararán tumba maldita de Shakespeare

La cripta será remodelada, pese a que maldice a quien mueva sus huesos; sin embargo, los trabajadores recibieron la orden de no tocar el esqueleto.
jue 29 mayo 2008 12:10 AM
Sin Pie de Foto
''Bendito sea el hombre que cuide estas piedras. Y maldito q

Reparen la tumba, pero no toquen los huesos. Esa es la orden de trabajo para arquitectos que contemplan acometer la reparación de la deteriorada tumba de William Shakespeare dentro de la iglesia anglicana de la Santa Trinidad en su ciudad de Stratford-upon-Avon.

Muchos piensan que el poeta inmortal escribió la amenaza que aparece inscrita en su tumba:

“Bendito sea el hombre que cuide estas piedras. Y maldito quien mueva mis huesos''.

Eso parece fácil, pero las piedras sobre al tumba han comenzado a quebrarse. Clérigos han pisado esas piedras durante casi cuatro siglos, y eso inevitablemente deja sus marcas.

La gente que ama esa iglesia y su lugar en la cultura británica desea reparar la tumba, siempre que pueda hacerse sin exhumar los restos de Shakespeare y enfrentar la misteriosa maldición.

''Nosotros estamos evitando la maldición'', dijo Josephine Walker, portavoz del grupo Amigos de Shakespeare en la iglesia. ''Nosotros no vamos a levantar las piedras, no vamos a excavar y la maldición es por los huesos enterrados, así que es irrelevante en este trabajo''.

Publicidad

''Es nuestro deseo que podamos preservar la tumba sin que nadie sepa que estuvimos allí'', dijo el arquitecto Ian Stainburn, que trabaja en el proyecto. ''Queremos conservarla tal y como está y demorar el proceso natural de decaimiento. Es un verdadero reto''.

Las tareas de restauración son delicadas, porque la iglesia, 160 kilómetros al norte de Londres, no solo es un templo en funciones en el que Shakespeare fue bautizado en 1564, sino también un tesoro histórico que recibe a visitantes de todo el mundo.

''Nosotros recibimos 100,000 turistas al año, pero ellos no caminan sobre las piedras'', dijo Walker. ''Pero el clero tiene que hacerlo cuando oficia comunión, y las piedras se están resquebrajando.

Queremos limpiar las superficies muy cuidadosamente y gradualmente añadir un poco de lechada transparente para facilitar la adhesión. Entonces vamos a mover la baranda del altar, para que cuando los clérigos oficien comunión no tengan que pisar las piedras''.

No te pierdas de nada
Te enviamos un correo a la semana con el resumen de lo más importante.

¡Falta un paso! Ve a tu email y confirma tu suscripción (recuerda revisar también en spam)

Ha ocurrido un error, por favor inténtalo más tarde

Publicidad
Publicidad