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¿Que pasó en la cumbre de Monterrey?

En el panel de negocios hubo consenso sobre qué hacer en el país, pero el cómo sigue en el aire junto con el crecimiento, la preocupación generalizada parece que empieza a ser la educación.
vie 07 diciembre 2007 01:36 PM
Alberto Padilla, de CNN Español, coordina un panel sobre Asi

En una crisis siempre sorprende el lugar donde sacude el epicentro, ya sea región o sector, los canales por los que se extiende y su evolución posterior, imprevisible. Después de que las hipotecas de saldo de Estados Unidos o subprime entraran en mora, ¿qué viene? En la Cumbre de Negocios de Monterrey, celebrada entre el 28 y 30 de noviembre, el consenso fue: quién sabe.

David Robinson, director adjunto del Departamento para el Hemisferio Occidental del FMI, tiene claro que nos espera una desaceleración de Estados Unidos de aquí a la mitad de 2008, que subirán las tasas de interés y que estamos en manos de los consumidores estadounidenses, el héroe del crecimiento en los últimos cinco años. ¿Se rajarán ahora?

A la reunión de Monterrey, Miguel Alemán, presidente organizador, logró convocar a empresarios como Daniel Servitje, Marcos Achar, Claudio X. González, Roberto González Barrera y Federico Sada; directivos como Pedro Padierna, de Sabritas, o Carlos Represas, de Nestlé, funcionarios públicos, como Georgina Kessel, secretaria de Energía; Eduardo Medina Mora, procurador de la República, y el presidente Felipe Calderón, para cerrar.

Allí se analizó, desde diversos puntos de vista, por qué la economía mexicana no crece, por qué todos están de acuerdo en lo que se debe hacer pero eso no sucede, y cómo seguimos de cerca el riesgo de la economía de EU, aunque sin duda el paquete de inversión en infraestructura ayudará.

Junto con el crecimiento, la preocupación generalizada parece que empieza a ser, por fin, la educación. Los problemas de capacitación representan hoy un alto costo para las empresas, como recordaba Louise Goeser, presidenta de Ford y segunda mujer más poderosa en los negocios de México, de acuerdo con el ranking de Expansión.

El asunto subprime puede afectar a México por la relación comercial con Estados Unidos –con una caída de las exportaciones a ese país– o por un efecto financiero. Esto último puede llegar por la crisis de liquidez (que podría –o no– restringir el crédito) o por el efecto portafolio: los fondos estadounidenses están compensando sus pérdidas con las ganancias que ya tuvieron en mercados emergentes, como el nuestro. Imaginen qué van a hacer Merrill Lynch, Citigroup o Goldman Sachs después de reportar pérdidas de más de una decena de millones de dólares en un trimestre.

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Como dice Moisés Naím, editor de la revista Foreign Policy, nada de esto nos preocupa mucho en México. Estamos acostumbrados a un crecimiento mediocre, ¿qué más da si se revisa de 3.5 a 3%? Nos cuidamos mucho de “el pecado de crecer más de 4%”, platica.

En ese tema se llegaron a muchos consensos: el primero, decía Claudio X., es que todo el mundo debería tener la obsesión de crecer, y los que saben de desarrollo dicen que sigue siendo la vía más directa para acabar con la pobreza. Lo de siempre: Estado de Derecho, revisar energía, telecomunicaciones, financiamiento de las pequeñas y medianas empresas, eliminar la tramitología que nos mata con impuestos y reglamentación, mejorar la infraestructura para cruzar la frontera.

Algunos puntos que no necesitan pasar por el Congreso: obligar a las ferrocarrileras KCS, Ferromex y Ferrosur a darse derechos de paso; reformar la Cofemer, para que sea aún más efectiva, y tomar conciencia de la necesidad de desarrollar, de una vez, los programas de cadenas productivas, donde sólo el programa de Nafin de factoraje tuvo grandes logros.

¿Y cómo va esto? La secretaria de Energía leyó una presentación con un panorama certero de hacia dónde hay que ir en el sector, pero no dio una sola pista de cómo lograrlo. Eludió la pregunta de qué hacer con Luz y Fuerza del Centro, que tiene a las empresas del DF y el Estado de México viviendo a salto de fusible y, en general, dejó pensando a la gente que para lograr las reformas en el sector todo sucede bajo tierra... o quizá ni eso.

Servitje mandó un mensaje a los empresarios nacionales: globalícense, o se quedarán atrás. Tenemos a favor la experiencia de gestión en crisis. Y como en todos los encuentros del foro, una y otra vez salió la palabra ‘competitividad’. Marcos Achar, director de Comex, dio un discurso urgente: “México no tiene tiempo”. La pobreza, la falta de empleo hacen que tengamos que ‘ponernos las pilas’.

Peeeero ¿cómo andamos en innovación? De nuevo, el fracaso del sistema de educación. ¿Dónde estaba Elba Esther Gordillo o alguien del sindicato de maestros, o Josefina Vázquez Mota, para explicarnos cómo es posible que un problema tal siga sin solución?

El caso es que la vinculación entre universidad y empresa sigue pendiente. Ojalá el nuevo rector de la UNAM se imponga ese reto, ausente del debate electoral universitario –el ex rector De la Fuente ponía esto sobre la mesa en sus últimas entrevistas, pero nadie más lo mencionó–.

El diagnóstico de los gobernadores Eduardo Bours, de Sonora, y Zeferino Torreblanca, de Guerrero, coincidió en el tema de la gobernabilidad. Los radicales mandan en las líneas partidarias y la agenda la toman quienes no tienen responsabilidad de largo plazo sino agenda electoral. Paralelamente se da una politización de la justicia y una judicialización de la política. La gobernabilidad parece complicada, y, opina Bours, todo está en función de cuán dispuesto esté el gobernante a jugarse su capital político para gobernar.

Uno de los puntos más interesantes de la Cumbre fue el desfile de presidentes centroamericanos para ‘vender’ sus países. Honduras, Salvador y Guatemala presentaron su propuesta de integración regional y su oferta a los inversionistas para el turismo, textil y vestido, inversión forestal.

El presidente Calderón cerró con un discurso (que algunos calificaron de triunfalista y otros justificaron, por tener el contexto de un foro de inversionistas a quienes convencer) en el que resumió los logros en reformas e iniciativas del último año. Los universitarios presentes hicieron un análisis de la marca México y desean para 2020 un país innovador, creativo, disciplinado, dinámico, frente al del mariachi, el tequila, el sol y el folclore que perciben hoy. Sin duda, una buena noticia. Ojalá que esté pasando algo, aunque no se vea, que garantice cambios de fondo en 2008. Como dice Marcos Achar, no hay mucho tiempo que perder.

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