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México incrementa la producción de maíz

Los precios altos del grano hacen que los campesinos siembren más; ven posibilidades de crecer su mercado no sólo en México, también en exportaciones.
mar 27 febrero 2007 01:10 PM

Rogelio Zacaula arranca una mazorca de maíz de su cultivo como para encontrar el oro que, según una leyenda, está enterrado en las laderas que rodean el Pico de Orizaba, un volcán cercano.

Los precios internacionales del maíz, impulsados por la boyante industria del etanol en Estados Unidos, han alcanzado su mayor nivel en una década, por lo que agricultores como Zacaula sienten como si se hubieran ganado la lotería.

''Nunca había visto precios así'', dice Zacaula, de 66 años, quien siembra maíz desde que era un niño. ''Sufrimos por muchos años, en los que nadie quería comprar nuestras cosechas, hasta ahora''.

El precio del maíz podría subir más en los próximos años, de acuerdo con Keith Collins, jefe de economistas del Departamento de Agricultura de Estados Unidos.

Actualmente hay 111 ''biorrefinerías'' de etanol en operación dentro de EU y se construyen 78 más, de acuerdo con la Asociación de Combustibles Renovables, un grupo de industriales del ramo.

Collins pronostica que los agricultores estadounidenses necesitarán sembrar 36 millones de hectáreas de maíz para el 2010, casi 4 millones más que en la actualidad, para satisfacer la demanda de la creciente industria del etanol en el país.

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Eso significa que los mercados mundiales tendrán que recurrir a regiones productoras de maíz, como América Latina, para atender el abasto si caen las exportaciones de EU.

Los agricultores latinoamericanos se preparan para esa posibilidad llenando sus sembradíos de maíz, luego de varias décadas de penurias para competir con las importaciones del grano estadounidense, más baratas y subsidiadas por Washington. Ahora, los campesinos esperan vender más maíz en el mercado interno, y quizás exportar parte de sus cosechas.

Brasil y Argentina, los mayores exportadores de maíz en América después de Estados Unidos, esperan cosechas cerca de niveles sin precedentes en el 2007.

Entre los diez principales exportadores del cereal figura también México, donde los agricultores elevan rápidamente la producción.

Los campesinos mexicanos, que plantan actualmente maíz en 8.5 millones de hectáreas, se proponen ampliar los cultivos en 1.75 millones tan sólo este año. Quieren también que el gobierno financie la irrigación de otras 800,000 hectáreas, dijo Carlos Salazar, de la Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de México (CNPAMM).

''Tal vez el gobierno nos pondrá atención finalmente, ahora que nos hemos puesto guapos'', dijo Salazar, en referencia a las ganancias jugosas.

Los empresarios mexicanos esperan transformar la industria del maíz. Aunque los grandes productores pueden vender directamente a las corporaciones multinacionales, Salazar señala que su asociación aprovecha el auge a fin de hallar formas de ganar mercados para agricultores pequeños y medianos.

Los inversionistas privados proponen la construcción de plantas de etanol en todo el país, hay tres previstas en distintos estados, según Salazar, y los legisladores de izquierda quieren que Pemex se vea obligada a oxigenar su gasolina con ''biocombustibles'' que incluyan maíz, lo que garantizaría un mercado local para los productores.

Aproximadamente 60% de los agricultores de maíz en México son campesinos que cosechan apenas lo suficiente para su propio consumo y no están involucrados en el mercado.

Estos productores suelen sembrar en las inclinadas laderas de las montañas donde la erosión arrasa con buena parte de sus cultivos y difícilmente serán beneficiados por el auge en la demanda.

El aumento en los precios del maíz ha afectado a los consumidores, especialmente a los mexicanos pobres cuya dieta se basa en las tortillas, así como a los ganaderos que compran el grano como forraje.

El auge no pudo llegar en un momento más oportuno para los más de 3.1 millones de agricultores comerciales de maíz en México.

Gracias a las lluvias en algunas zonas, la producción comercial de maíz de México en el 2006 fue la mayor en más de una década, llegando a 22 millones de toneladas métricas, en comparación con un promedio anual de 19.5 millones, dijo Salazar.

En el estado noroccidental de Sinaloa, frente a la costa del Pacífico, los productores de escala industrial duplicaron recientemente el número de cultivos de maíz, aprovechando 250,000 hectáreas que antes eran destinadas al frijol de soya y otros productos.

Los agricultores de Sinaloa, quienes han sembrado maíz en 450,000 hectáreas, compran también más tierra para cultivos, dijo Salazar. Esperan que el fenómeno del etanol compense los temidos efectos de la apertura de las fronteras a las exportaciones estadounidenses de frijol y maíz, en el 2008, bajo los términos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

Desde 1994, el sector rural de México ha perdido unos 1.6 millones de empleos, llevando a que muchos agricultores busquen trabajo en EU.

Pero Zacaula dice que muchos de sus colegas se quedan en el país ahora.

''Ellos ven que aquí hay oportunidades'', dijo Zacaula, quien tiene siete hijos y cuya familia cultiva 45 hectáreas. El agricultor ha logrado invertir sus ganancias para construir una casa de cemento, comprarse una camioneta y hacerse de unas cuantas cabezas de ganado.

Los productores mexicanos han preferido el maíz blanco, usado para consumo humano, sobre el amarillo, empleado como forraje. Pero dado que el maíz amarillo de EU está abasteciendo a la industria del etanol, el gobierno ha ofrecido incentivos para que los productores siembren más esa variedad, a fin de suministrar a la creciente industria ganadera.

En el estado de Puebla, Zacaula pertenece a un grupo de 6,000 campesinos que han firmado un convenio con el gobierno para vender su maíz amarillo a un precio fijo.

A cambio, los agricultores han recibido garantías de compra de su cosecha, ayuda técnica, descuentos en fertilizantes y semillas, así como la posibilidad de usar tractores, segadoras y demás equipo.

Los agricultores de Puebla invirtieron, recdientemente, en una máquina de 1.6 millones de dólares para empacar el maíz y enviarlo directamente a los molinos que producen tortillas, eliminando a los intermediarios, en una medida que podría abatir los precios para el consumidor local.

El presidente Felipe Calderón firmó un acuerdo similar el 18 de enero, con varias organizaciones, en busca de limitar el precio de las tortillas a 8.50 pesos por kilogramo. El precio aumentó 14% el año pasado, lo que generó protestas.

''Hay mucho que celebrar este año'', dijo Zacaula.

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