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Sudamérica, favorito explotación uranio

Mientras el calentamiento global incrementa el interés por la energía nuclear,; el uranio se vuelve cada vez más popular.
sáb 19 mayo 2007 09:09 AM

Mientras el calentamiento global incrementa el interés por la energía nuclear, la creciente demanda por uranio está llevando a las empresas mineras a salir a la búsqueda de reservas en Sudamérica.

Tras muchas décadas de escaso interés por la minería de uranio, los precios han saltado en los últimos años a más de 100 dólares por libra, lo que desató la fiebre por el denso metal usado en la mayoría de las usinas nucleares.

"Dos años y medio atrás había quizás cuatro compañías que decían estar explotando uranio. En la siguiente exposición de comercio, había 40, y ahora todos están con el uranio", dijo Glenn Shand, de Wealth Minerals Ltd., que está explorando en Argentina y Perú.

Decenas de mineros pequeños están abriendo negocios en países como Perú, Argentina, Bolivia y Colombia, y los analistas creen que la producción es posible en los próximos años.

"Hay una posibilidad de que un nuevo depósito pueda crearse en Sudamérica, pero, por supuesto, está la cuestión del tiempo que lleve y de cuánta resistencia ecológica haya", dijo Nick Carter, del la consultora UxC.

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Sin embargo, agregó que muchas empresas mineras podrían estar comprando propiedades con reservas de uranio con el propósito de elevar el valor de sus acciones tras el salto del precio del uranio en las últimas semanas, cuando llegaron a su nivel más alto desde la década de 1970.

"Hay probablemente sólo un puñado de jóvenes exploradores que realmente lleguen a hacer algo", dijo.

Argentina frenó la exploración por uranio en la década de 1990 y Brasil es el único productor de la región.

La estatal brasileña Industrias Nucleares asegura que el país tiene una de las mayores reservas estimadas del metal, pero su explotación es un monopolio estatal y nada es exportado.

Reservas

Los más grandes y estables productores de uranio son Canadá y Australia, pero se espera que la producción de África crezca en hasta tres veces hasta el 2011 mientras se expanden algunas minas existentes y comienzan a operar nuevos proyectos.

En las últimas dos décadas, la producción de uranio logró seguir la demanda, y las necesidades globales fueron satisfechas con inventarios de gobiernos atesorados tras el fin de la Guerra Fría.

Pero las reservas se están encogiendo, justo cuando crece la demanda, en parte porque las plantas nucleares son nuevamente populares por ser una alternativa a los combustibles fósiles que generan gases con efecto invernadero.

Eso ha transformado a América del Sur en una oportunidad atractiva.

Junto a China e India, Argentina es uno de los países que actualmente están construyendo centrales nucleares. Brasil analiza expandir su programa atómico y Chile, un país con escasez de recursos energéticos, también lo está haciendo.

La mayoría de los mineros de baja escala que están comprando propiedades a bajo precio en Argentina se enfocan en las áreas que ya han sido extensamente mapeadas e identificada por la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).

En Perú, casi toda la exploración se concentra en la zona andina, cerca del lago Titicaca, muy estudiada por el instituto dedicado a la energía nuclear.

La región Macusani ha atraído la atención de la principal compañía dedicada a la minería del uranio a nivel mundial, Cameco Corp., que se unió a la firma canadiense Vena Resources para explorarla.

"Si el monstruo de la minería de uranio está interesado en Perú es porque ve un buen potencial", dijo a Reuters el presidente ejecutivo de Vena Resources, Juan Vegarra.

Las reservas estimadas de Macusani alcanzan los 66 millones de libras de uranio, con un costo de producción bajo cercano a los 10 u 11 dólares por libra, dijo Francisco Vidarte, presidente de la Asociación de Profesionales Nucleares del Perú.

Nuevos recursos

La CNEA de Argentina realizó trabajos significativos de minería de uranio en el yacimiento de Sierra Pintada en la occidental provincia de Mendoza e hizo perforaciones en las reservas del Cerro Solo en la estepa patagónica de Chubut.

La producción se detuvo en los años 90 debido a una caída de los precios y el país pasó a depender de las importaciones. Pero el Gobierno busca el autoabastecimiento y los expertos dicen que esa decisión podría alentar la exploración tanto privada como pública.

"Vale la pena producir, no sólo por el precio, sino porque a veces hay dificultades para importarlo", dijo Leo Lardone, titular de la sede de la CNEA de Mendoza.

"Argentina no es un país uranífero, pero es un país que tiene uranio. Y (las compañías) pueden descubrir muchos otros territorios para explorar, como Bolivia, Perú, o incluso Chile", añadió.

Poner una mina a producir demora alrededor de una década, lo que significa que habrá que esperar años para que se concrete la llegada de provisiones alternativas.

Para Vegarra la demanda del metal debería seguir firme.

"Mientras que el precio del petróleo siga subiendo o se mantenga en estos niveles, las fuentes de energía alternativas como el viento, el sol y el uranio serán las más económicos", señaló.

 

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