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Tasas de interés: la nueva interrogante

Cuando Alan Greenspan recortó las tasas a corto plazo, las tasas a largo plazo casi no se movie pero hoy no sucede así: los recortes de Ben Bernanke vienen con un alza en las tasas a largo pl
mar 26 febrero 2008 06:00 AM
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La Reserva Federal adquirirá papel comercial de las empresas

Este año, la Reserva Federal (Fed) ha recortado las tasas de interés de corto plazo, mientras que los rendimientos de bonos de largo plazo han aumentado. Tal es el nuevo acertijo de la economía americana que ha dejado perpleja a Wall Street.

En su último año como presidente de la Fed, Alan Greenspan hablaba de un “conundrum” (acertijo o paradoja) en los mercados. Y se refería al hecho de que las tasas de los bonos del Tesoro a 10 años y las hipotecas a 30 años se mantuvieron bajas, incluso cuando la Fed decidió incrementar la tasa referencial de los fondos federales a corto plazo de 1% a 4.5%.

Cuando su sucesor Ben Bernanke subió las tasas en junio del 2006, el rendimiento de un bono del Tesoro a 10 años se mantuvo en 5.22%, mientras que la tasa de los fondos federales llegó a 5.25%.

Es más, el rendimiento de un bono a 10 años estaba sólo 0.6 puntos porcentuales por arriba del rango que tenía dos años antes, cuando las tasas empezaron a aumentar. La tasa fija promedio para hipotecas a 30 años, por su parte, había subido menos de medio punto porcentual.

Estas bajas tasas a largo plazo contribuyeron a impulsar el sector de la construcción y el mercado crediticio con préstamos hipotecarios riesgosos, lo que finalmente derivó en el problema que actualmente aqueja a la economía estadounidense.

Así que, desde septiembre, la Fed ha empezado a reducir las tasas. El mes pasado, con dos recortes drásticos que sumaron 1.25 puntos porcentuales en poco más de una semana.

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Pero como dicta la paradoja, las tasas a largo plazo se mueven otra vez hacia la dirección opuesta: el rendimiento del bono referencial del Tesoro de EU a 10 años y las hipotecas a tasa fija han subido con respecto al mes de enero. Esto podría tener dos efectos, depende de quién opine: añadirá más problemas al mercado inmobiliario o será motivo de optimismo.

¿Una señal de crecimiento?

El rendimiento del bono a 10 años, que cayó hasta un 3.28% el día posterior al recorte de emergencia impulsado en enero por la Fed, subió hasta un 3.96% durante el miércoles pasado, para luego retroceder un poco una vez que la Fed publicara un pronóstico gris para la economía. Hoy el rendimiento se ubica en 3.8%.

Puesto en perspectiva, el rendimiento de los bonos subió más en un mes -cuando la Fed se dedicaba a recortar las tasas- que en dos años -cuando la Fed aumentó las tasas-.

Algunos piensan que las reducciones implementadas por la Fed y el estímulo económico de 170,000 millones de dólares aprobado por el Congreso, conseguirán si no prevenir la recesión, al menos acortarla.

“Creo que los más inteligentes en el mercado de bonos se están dando cuenta de que el crecimiento económico en el segundo semestre del año será sorprendentemente robusto” afirma Mark Vitner, economista en jefe de Wachovia.

Temor a la inflación

Por el contrario, en opinión de Kevin Giddis, director de ingreso fijo en Morgan Keegan, el aumento en los rendimientos a largo plazo es una señal de que los inversionistas en bonos están preocupados de que la Fed se exceda en la reducción de tasas de interés, lo cual puede contribuir a incrementar la inflación en el 2009.

Las acciones agresivas de la Fed, comparadas con otros bancos centrales, también alimentan el temor a la inflación, pues suponen una disminución del valor del dólar. Un dólar débil resta atractivo a las inversiones estadounidenses (como los bonos).

Durante los días del famoso “conundrum” en 2004 y 2005, Greenspan y otros economistas sugirieron que los bonos norteamericanos y otros activos resultaron atrayentes para inversores extranjeros, y esta amplia demanda provocó que los precios de los bonos se mantuvieran altos y los rendimientos de los bonos a largo plazo se mantuvieran bajos. (Los precios de los bonos y los rendimientos se movían en direcciones opuestas).

Si los inversores extranjeros deciden retirar su demanda por bonos del Tesoro a largo plazo y al mismo tiempo los rendimientos siguen aumentando, eso conduciría a un alza en las hipotecas a tasa fija, algo que alargaría la crisis en el mercado inmobiliario.

El debate continúa

Las bajas tasas de interés de los fondos federales han tenido como consecuencia un recorte en la tasa preferente (la tasa de interés que cobran los bancos a sus clientes de mayor solvencia) así como un recorte en las tasas de préstamo de algunos clientes (aquellos que cuentan con un crédito rotativo con garantía hipotecaria).

La creciente brecha entre las tasas a corto plazo y las tasas a largo plazo ayuda a mejorar la rentabilidad de los préstamos a largo plazo, incentivando a los bancos para que presten dinero a negocios y propietarios que hoy tienen problemas.

Sin embargo, el alza en las tasas a largo plazo es una indicación de que no hay respuestas sencillas para evitar una recesión, pese a los esfuerzos de la Fed y del Congreso. La volatilidad del mercado antes las acciones de la Fed demuestra que los inversionistas no saben hacia dónde se dirige la economía.

El mercado de los bonos seguirá volátil en los días futuros, a la espera de la reunión de la Fed el 18 de marzo, donde continuará el debate entre los que creen que la economía ya ha caído en recesión y los que piensan que las reducciones en las tasas son una reacción desmedida que intensificará la inflación.

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