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Europa ¿seguirá a Wall Street?

Muchas instituciones europeas cargan con altos índices de endeudamiento; los mismos que registraba Lehman Brothers antes de desaparecer. ¿Tendrán un mejor destino?
mié 08 octubre 2008 06:00 AM
¿Cuál será el destino para las instituciones Europeas? (AP)

El financiamiento con deuda, el temido ‘leverage’ o apalancamiento que contribuyó a la caída de varios gigantes de Wall Street, ahora comienza a amenazar la salud de grandes bancos al otro lado del Atlántico.

La crisis crediticia que afectó a siete grandes firmas financieras estadounidenses el mes pasado, arrojándolas a la quiebra o forzando su venta, hoy está extendiendo sus garras por Europa: donde cuatro importantes instituciones han sido rescatadas la semana pasada y las acciones financieras se derrumban, a medida que crecen los temores sobre más bancos en problemas.

Vale la pena observar la situación en Europa porque, de presentarse más quiebras bancarias, la confianza del inversionista se verá aún más deteriorada en un momento en que la economía global en su conjunto registra desaceleración, las acciones caen en picada y se cierran los mercados de crédito a corto plazo. Los economistas temen que debido a la grave presión que sufren los sistemas financieros del mundo, la economía esté más vulnerable a sufrir un golpe que empeore un panorama que apunta ya hacia una recesión.

“Los sucesos del mes pasado han aumentado el riesgo de que el ajuste que sufre la economía doméstica de EU sea brusco y doloroso y no prolongado y manejable. Ante un escenario de una reducción violenta del consumo en EU, ninguna economía del mundo saldrá ilesa, y una recesión global…será inevitable” escribió el economista de Merrill Lynch Alex Patelis.

Los problemas en el viejo continente muestran que los males que atacaron al sistema estadounidense (grandes préstamos para obtener financiamiento para los hoy depreciados activos inmobiliarios) ahora se presentan en el resto del mundo. Incluso las instituciones que evitaron las peores consecuencias del caos de las hipotecas subprime -como Barclays y el Deutsche Bank- reportan una relación entre activos y capital (asset/equity ratios) o coeficiente de endeudamiento muy superior al registrado por los bancos comerciales de EU.

Eso significa que firmas como la holandesa ING y la suiza UBS tienen un estrecho colchón de capital para absorber cualquier pérdida por préstamos que resulten impagos si la recesión echa raíz. El temor de que las acciones de esos bancos se desplomen o se diluyan en la próxima ola europea de rescates financieros produjo una caída en sus acciones este lunes: ING cayó 14%, UBS perdió 9% y Deustche Bank un 6%.

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“Algunos de los principales bancos europeos tienen índices de apalancamiento (sobre 30, y en algunos casos cerca de 50) que deben ser considerados, bajo las presentes condiciones del mercado, un desastre esperando ocurrir” afirmaron Daniel Gros y Stefano Micossi del Centre for European Policy Studies.

Réplica de Wall Street
En efecto, los índices de apalancamiento (esos que reflejan el nivel de deuda de la compañía por cada dólar de capital aportado por sus accionistas) de los grandes bancos europeos rivaliza con los índices que registran los bancos de inversión estadounidenses.

Los bancos de inversión de EU tocaron fondo porque solicitaron grandes préstamos en los mercados de crédito a corto plazo para poder comprar activos hipotecarios que, posteriormente, perdieron interés a medida que los precios inmobiliarios dejaron de escalar. El colapso del mercado de las hipotecas subprime provocó que los inversionistas no quisieran continuar financiando esos préstamos de baja calidad, entonces los bancos de inversión se vieron obligados a vender activos para reunir nuevo capital y a buscar un financiamiento más estable a través de bancos comerciales.

Al inicio del 2008 en Wall Street había cinco firmas de inversión independientes: Goldman Sachs, Morgan Stanley, Merrill Lynch, Lehman Brothers y Bear Stearns. Hoy, tras la quiebra, la venta o la conversión, todas han desaparecido.

Los bancos europeos tienen, por su parte, un buen nivel de depósitos, por lo que la presión para reunir capital no será tan aguda como la que sufrió Wall Street. Sin embargo, es importante resaltar que la ola de ventas que ha golpeado a los mercados de bonos y acciones desde la quiebra de Lehman ha incitado a los gobiernos europeos y estadounidense a tomar medidas poco usuales para detener la sangría de capital.

Las autoridades, temiendo retiros masivos de depósitos (como los que sufrieron IndyMac y Washington Mutual) han aumentado los límites para depósitos asegurados. Alemania e Irlanda han dicho que garantizarán la seguridad de los depósitos bancarios, mientras que la administración Bush amplió el límite de los depósitos protegidos a 250,000 dólares.

El alto nivel de apalancamiento no es lo único que comparten Europa y Wall Street. Muchos bancos europeos solían asociarse con firmas estadounidenses -como la aseguradora AIG- para reducir sus necesidades de capital regulatorio.

AIG informó, en su reporte del segundo trimestre, que dentro de su cartera de instrumentos destinados a cubrir contra riesgo de impago (credit default swap) con valor de 441,000 millones de dólares, 307,000 mdd eran contratos destinados a proveer de capital regulatorio a bancos europeos para garantizar niveles de solvencia adecuados.

Ahora que los bancos ven cómo cae el valor de sus activos y lo difícil que resulta reunir capital, está claro el alto precio que pagaron por el uso de estos instrumentos para distribuir el riesgo y así destinar el capital a otros préstamos en lugar de mantener un colchón suficiente para absorber pérdidas.

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