El presidente George W. Bush anunció este martes que el gobierno de Estados Unidos inyectará directamente capital a las instituciones financieras para ayudar a descongelar los mercados de crédito, crear empleo e impulsar el crecimiento de la economía.

"Esta es una medida esencial a corto plazo para asegurar la viabilidad del sistema bancario estadounidense", dijo tras reunirse con sus asesores económicos.

El monto será de 250,000 millones de dólares.

Bush dijo también que la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC) asegurará la mayor parte de la nueva deuda que sea emitida por los bancos, y expandirá las garantías para cubrir cuentas que no produzcan intereses. Insistió en que las medidas del gobierno son limitadas y temporales.

"Tomará tiempo para que nuestro esfuerzo tenga su impacto completo, pero el pueblo estadounidense puede tener confianza en nuestro futuro económico a largo plazo", afirmó.

El programa contempla que el gobierno compre acciones preferenciales de instituciones financieras que califiquen, y fija el 14 de noviembre como plazo para que los bancos apliquen a la compra.

El secretario del Tesoro, Henry Paulson, dijo que nueve bancos descritos como "instituciones saludables", han acordado aceptar que el gobierno tome participaciones para el bienestar de la economía de Estados Unidos.

Bernanke confía en rescate

El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, indicó que las nuevas medidas para apuntalar el sistema financiero ayudarán a restablecer la normalidad en los mercados.

Bernanke, en un editorial escrito para el periódico Wall Street Journal, no dio detalles sobre el plan cuyo contenido será anunciado el martes.

"Estas medidas nos permitirán restablecer un funcionamiento más normal del mercado, y alentarán a los capitales privados a dar más apoyo a la revigorización de los mercados financieros", escribió Bernanke en el artículo publicado por el Wall Street Journal.