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‘Motor’ de la economía, en riesgo

Una eventual quiebra de GM, Ford y Chrysler supone un severo impacto en la economía mexicana; las tres armadoras contribuyen con más del 50% de la producción automotriz en el país.
lun 01 diciembre 2008 06:05 AM
Chrysler negocia una posible fusión con General Motors. (Arc

La industria automotriz y una parte de la economía mexicana se encuentran en grave riesgo si el Congreso de Estados Unidos no aprueba un programa de rescate para General Motors, Ford y Chrysler, “las tres grandes de Detroit”, coincidieron analistas.

En el Senado estadounidense se encuentra estancada la propuesta para apoyar con 25,000 millones de dólares a las tres automotrices debido a la complejidad y alto costo del plan que se espera se resuelva con la llegada de Barack Obama a la presidencia de Estados Unidos y un nuevo Congreso el próximo enero.

Los presidentes de las tres armadoras advirtieron en días pasados que su quiebra se daría en cuestión de semanas.

“La quiebra de estas empresas podría significar un severo impacto tanto en el desempeño del sector como en el crecimiento económico de México”, dijo Lucía Martín Rivero, analista de Ixe Casa de Bolsa.

General Motors, Ford y Chrysler participan con el 54% de la producción nacional de automóviles, el 53% de las ventas y genera unos 250,000 empleos directos e indirectos. En su conjunto la industria automotriz aporta el 3% del Producto Interno Bruto, 20% de las exportaciones y 6% de la Inversión Extranjera directa, además de generar alrededor de un millón de empleos en toda la cadena.

Las armadoras estadounidenses llevan tres años en crisis tras el cambio de hábitos del consumidor que intenta reducir gastos por los elevados costos de combustibles y la oferta de autos y camiones grandes.

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“El mercado estadounidense de vehículos es de 17 millones de unidades, ahora proyectamos que la industria baje a 13.3 millones de unidades, lo que significa 4 millones menos”, dijo en entrevista Brian Irwen, socio de prácticas de la industria automotriz de la firma de consultoría AT Kearney.

México satisface el 10% de la demanda de automóviles de Estados Unidos, es su principal mercado con más del 70% el volumen exportado.

La industria automotriz mexicana, la octava productora a nivel mundial, es superavitaria en su comercio exterior con más de 15,100 millones de dólares en 2007, por lo que su contribución al superávit comercial general es elevada.

A octubre las exportaciones de automotores a Estados Unidos cayeron 1.7%, pero el sector en general registró una caída de más de 6% debido a que México es uno de los principales proveedores de motores y autopartes originales para la industria terminal norteamericana.

“Yo estaría viendo que esas tasas estarían repitiéndose en la primera mitad del año, el pronóstico no es positivo”, dijo Alma Martínez, analista del BBVA Bancomer.

Los expertos prevén eventualmente un rescate pero las condiciones del mismo serán muy elevadas a investigación y desarrollo de vehículos más eficientes, situación que llevan ventaja las armadoras japonesas.

 Ventaja de México

Hasta el momento ninguna de las armadoras afectadas por la crisis ha revelado cambios en sus planes en México, incluso se mantienen las fuertes inversiones como la de 3,000 millones de dólares ya que se dirigen a la fabricación de autos pequeños.

“México es un jugador importante en el empleo de personas en la industria automotriz y refleja menos costos de operación”, dijo Irwen, quien asesora a las principales armadoras de automóviles en Estados Unidos.

México además produce principalmente automóviles de cuatro cilindros, los cuales son más baratos y eficientes en el consumo de combustible.

Ford planea lanzar el año 2010 un nuevo “Fiesta” en la Unión Americana, vehículo subcompacto de cuatro cilindros y con un diseño innovador.

 Impacto en EU

Una quiebra de las armadoras impactaría en alrededor del 10% del PIB estadounidense y afectaría a unos tres millones de trabajadores que participan en toda la industria.

Actualmente las ventas de vehículos están bajando a los niveles de la década de los 90.

La economía de Estados Unidos sufriría un “colapso catastrófico” si las compañías automovilísticas del país quebraran, dijo hace un par de semanas el jefe ejecutivo de General Motors Corp., Rick Wagoner, a integrantes del Congreso norteamericano, a quien solicitó de forma inmediata 4,000 millones de dólares.

Sin embargo el desembolso de recursos público no es la única medida que pueda solucionar el problema de las armadoras.

“El crédito absolutamente lograría impulsar el negocio daría la vuelta, necesitamos que la confianza del consumidor mejore”, dijo Irwen.

No solo se ha restringido el crédito por parte de los bancos, sino que los propios estadounidenses deciden no utilizarlo ante la pérdida de su patrimonio, los mayores precios y las perspectivas de una larga recesión.

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