La confianza en EU sube en diciembre
La confianza del consumidor estadounidense mejoró en diciembre, ayudada por una caída en el precio de la gasolina, las ofertas de los minoristas y un desplome de las expectativas inflacionarias, aunque el pesimismo sobre el futuro moderó el entusiasmo, mostró un sondeo.
El índice Reuters/Universidad de Michigan sobre la confianza del consumidor subió a 59.1 puntos en los primeros días de diciembre, tras una lectura de 55.3 en noviembre, apoyada en una caída en las expectativas de inflación a un año a su menor nivel en cinco años.
El índice de confianza tocó su nivel más alto desde septiembre pasado y desafió las expectativas de los economistas consultados de una caída a 54.8 enteros.
Pese a la mejora, la confianza se mantiene en niveles bajos según los estándares históricos. El índice de la Universidad de Michigan se remonta a 1952 y aún se encuentra cerca del mínimo histórico de 51.7 unidades alcanzado en mayo de 1980.
"La confianza del consumidor subió levemente a comienzos de diciembre debido al colapso del precio de la gasolina, a los fuertes descuentos de los minoristas y al desplome de las expectativas de inflación", indicó el informe.
"No obstante, los consumidores se han vuelto más pesimistas sobre las perspectivas del conjunto de la economía, especialmente sobre el panorama del desempleo", agregó.
Si bien la confianza y la evaluación de los consumidores sobre sus condiciones económicas actuales mejoraron, sus expectativas para el futuro cayeron por tercer mes consecutivo, alcanzando su nivel más bajo desde junio pasado.
Las expectativas de inflación a un año cayeron a 1.7% -un mínimo desde julio del 2003- frente al 2.9% de noviembre. Se trata de la mayor caída para esta categoría desde noviembre del 2005.
En la misma línea, las expectativas de la población sobre la inflación en un horizonte a cinco años cayeron a su menor nivel en casi cuatro años, alcanzando un 2.7% este mes frente al 2.9% de noviembre.
En el corto plazo, la baja en las expectativas de inflación ayudará a los consumidores, que debieron enfrentar alzas en los precios durante la mayor parte del año, además de apoyar la intención de la Reserva Federal de bajar las tasas de interés.
Sin embargo, aumentará el temor a que la recesión genere una deflación que demore una recuperación de la economía de su peor crisis desde la Gran Depresión.
