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La debilidad económica amenaza a EU

Analistas afirman que el deterioro en las finanzas públicas y el desempleo son retos para el país; dijeron que tardaría años el regresar a los niveles de crecimiento registrados antes de la crisis.
jue 19 febrero 2009 01:50 PM

Cuando la recesión en Estados Unidos eventualmente llegue a su fin, la economía podría emerger tan dañada que podría tardar años en regresar al nivel de crecimiento que había sido la norma antes de que la crisis financiera hiciera erupción.

Un masivo déficit presupuestario y un alto desempleo que probablemente permanezcan por mucho tiempo después de que la actual crisis se acabe, serán una carga pesada.

Si los costos de endeudamiento suben, se hará más difícil para las compañías generar las altas ganancias que ayudaron a impulsar a los mercados bursátiles a máximos históricos hace sólo 16 meses.

El resultado podría ser estándares de vida menores a lo que los estadounidenses se han acostumbrado durante la década pasada, cuando las inmensas ganancias impulsaron el ánimo de los hogares y dieron paso a un gasto prácticamente desenfrenado.

"Incluso admitiendo que Estados Unidos alcance una recuperación sostenida para el 2010, el crecimiento posterior a la crisis probablemente refleje mucho más el de la década de 1970 que el de la década previa a la crisis de las hipotecas de riesgo", dijo Kenneth Rogoff, profesor de la universidad de Harvard y ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional.

El tiempo que la economía camine a paso inferior al óptimo depende en gran medida de si problemas como el alto desempleo y las débiles ganancias corporativas son meramente síntomas de la recesión o señales de temas estructurales más profundos.

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Si son cíclicos, la economía debería poder retomar su marcha después de quizás tres a cinco años difíciles mientras los bancos reconstruyen sus hojas de balance con ayuda gubernamental intensiva. Si son estructurales, tomará mucho más tiempo y será mucho más difícil que sean contrarrestados por las medidas políticas.

Un tema es el crecimiento potencial, la tasa en la que la economía puede crecer con seguridad sin provocar demasiada inflación. La cifra es objeto de mucho debate económico, pero se la calcula generalmente en algún punto entre 2.5 y 2.75%.

Con posterioridad al fin de la recesión, el crecimiento potencial puede no superar el 2%, debido en gran parte a que le costará a las compañías invertir y crecer, afirmó Torsten Slok, economista de Deutsche Bank, en Nueva York.

Rogoff tiene una visión mucho más pesimista. Opinó que la masiva acumulación de deuda pública necesitada para limpiar a los bancos y luchar contra la recesión eventualmente elevará la inflación y las tasas de interés, y era "difícil imaginar que el crecimiento estadounidense no será al menos de un 1 por ciento menor que el que podría haber sido".

Un crecimiento más lento significa menos empleos y un gasto del consumidor más débil, lo que son malas noticias para la economía nacional y los socios comerciales de Estados Unidos.

También puede restarle atractivo al país frente a la inversión extranjera, cuyas compras de deuda estadounidense han mantenido los costos de endeudamiento bajos.

Hay consenso general entre los economistas de que el déficit del presupuesto es estructural, y se ha advertido por años que el costo de financiar la Seguridad Social y los beneficios de la salud de millones de personas nacidas en la generación de pos guerra prontas a retirarse algún día restringirían el crecimiento.

Pero hay menos consenso en si el alza del desempleo es únicamente una función del ciclo económico en un momento bajo o además un signo de que la fuerza laboral no puede mantenerse a la par de los cambios en la economía.

"Siempre que hay un giro cíclico se puede decir que es parte de un proceso curativo", dijo el economista de JP Morgan, Michael Feroli. "Con un cambio estructural no hay lado positivo en esto", sostuvo.

Mientras más tiempo duren estos problemas, más intrincados se vuelven. Eso significa que empieza un alza cíclica en el desempleo que puede transformarse en un problema estructural.

Feroli cree que eso podría estar pasando ahora. El economista estudió la relación entre el desempleo y las vacantes laborales y descubrió que la tasa natural de desempleo podría estar subiendo hacia un 6% desde el actual nivel inferior a 5%.

"Esto implica que incluso después de que la economía retorne a un crecimiento, la tasa de desempleo probablemente no regrese a los niveles sostenidos de las dos décadas pasadas", dijo.

Esencialmente, hay un desajuste entre las crecientes cifras del desempleo y la cantidad de empleos disponibles. La capacitación a los trabajadores no es nunca una tarea sencilla, pero la explosión de la burbuja inmobiliaria está haciendo más difícil que nunca que la gente vaya a donde están los trabajos.

La persistencia de un desempleo alto, combinada con una masiva baja en el patrimonio de los hogares, sugiere que el gasto del consumidor no regresará a sus niveles anteriores a la crisis muy pronto.

John Silvia, economista jefe de Wachovia, dijo que la crisis crediticia dejó a los consumidores muy preocupados acerca de la seguridad laboral y sus finanzas futuras, lo que explica por qué el gasto se ha derrumbado.

Mientras menos consumidores compren, menos dinero las corporaciones estadounidenses obtienen, y lo mismo va para las compañías que venden bienes a Estados Unidos.

Silvia dijo que los trabajadores de mayor edad, que podrían haber planeado su retiro, deberán quedarse en la fuerza de trabajo por más tiempo, lo que se suma a la dificultad de encontrar trabajo para los desempleados más jóvenes.

La lentitud en el crecimiento crea un dilema para la Reserva Federal, que pretende promover el máximo empleo mientra mantiene la inflación bajo control.

Si el límite de velocidad segura de la economía es menor que antes, la reacción normal del banco central sería elevar los costos de los créditos antes para evitar la inflación.

Pero cuando el déficit federal es incómodamente grande, los hogares soportan pesadas deudas y el mercado inmobiliario todavía está parándose sobre sus pies, la mejor respuesta puede ser permitir un alza controlada de las presiones inflacionarias, dijo Rogoff.

"Probablemente la Fed va a terminar permitiendo mucha más inflación que la que nunca soñó", opinó.

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