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Déficit presupuestario pega a Filadelfia

La baja de 175 mdd en su gasto obligó a la alcaldía a consultar con la población su plan financiero; la mayoría de los habitantes sondeados se dijo dispuesta a pagar más impuestos por sus servicios.
sáb 07 marzo 2009 06:00 AM
Los recortes incluirían cerrar 10 bibliotecas, despedir a 929 policías y disminuir la plantilla de reparación de calles. (Foto: Archivo)
Filadelfia (Foto: Archivo)

Cuando una gran ciudad enfrenta un déficit presupuestario de 175 millones de dólares, ¿debe cerrar sus piscinas públicas, reducir el tamaño de su cuerpo de policía, gastar menos dinero reparando calles o subir los impuestos?

Ciudades de todo Estados Unidos se enfrentan a este dilema a medida que la recesión golpea sus presupuestos. En Filadelfia, las autoridades están pidiendo a la ciudadanía ayuda para decidir qué hacer.

Con dolorosos recortes de gastos, aumento de impuestos o las dos opciones en el horizonte, la ciudad ha desarrollado una serie de reuniones públicas para dar la posibilidad a la población de expresar su punto de vista sobre el plan financiero antes de que sea diseñado.

Una mayoría de las cerca de 1,800 personas que asistieron a las cuatro reuniones organizadas por la alcaldía de Filadelfia están dispuestas a pagar más impuestos para preservar los servicios públicos esenciales.

"Dada la oportunidad de confrontar las dos opciones, la mayoría de los ciudadanos optó por ponerse impuestos y dar una exención impositiva a las personas de menos recursos al mismo tiempo", dijo un informe del Proyecto de Compromiso Cívico de la Universidad de Pennsylvania, ente organizador de las reuniones.

Entre los blancos de los aumentos se encuentran los impuestos sobre los salarios, las ventas y las transferencias sobre los bienes raíces. A cambio, los ciudadanos mantendrán los niveles actuales de lo que algunos denominan servicios no negociables como la policía, los parques públicos, bibliotecas y el departamento de salud pública de la ciudad.

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Doble infierno

Hazel Whittington, una mujer de 71 años que asistió a algunos de los encuentros, dijo temer que el cierre de las piscinas públicas deje a los jóvenes de su barrio sin nada qué hacer.

"Es un infierno cuando la piscina está abierta; pero sería un doble infierno si la cierran", afirmó.

En el pasado, la reacción pública ha tenido lugar sólo después de que el presupuesto ha sido establecido.

Este año, antes de la publicación del presupuesto fiscal para 2010 el próximo 19 de marzo, ha habido asambleas abiertas, visitas informales del alcalde Michael Nutter a barrios, tres reuniones en casas particulares y encuentros públicos donde las personas discuten opciones específicas.

Los participantes son divididos en grupos de 25 y enfrentados a lo que los funcionarios de la ciudad dicen es un ejemplo representativo de las opciones de presupuesto, que incluyen cerrar 10 bibliotecas, despedir a 929 oficiales de policía o recortar la plantilla de reparación de calles de 30 a 18 personas.

Alternativamente, los participantes pueden votar para elevar los impuestos de estacionamiento en la ciudad, el impuesto de transferencia de bienes raíces o frenar el mantenimiento del estadio del equipo de fútbol americano Philadelphia Eagles hasta que éste pague 8 millones de dólares de renta que adeuda a la comuna.

Filadelfia, obligada legalmente a equilibrar su presupuesto de casi 4,000 millones de dólares, enfrenta un déficit de 175 millones de dólares para el próximo año y de 1,000 millones durante los próximos cinco años.

Los funcionarios de la ciudad dijeron que el dinero federal del plan de estímulo del presidente Barack Obama ayudará con los proyectos centrales, pero no con el presupuesto operativo de la ciudad.

¿Acariciando al cordero?

La velocidad y la severidad del descenso en el ingreso por impuestos de la ciudad, junto con el aumento de gastos en pensiones y otros beneficios, forzó a la administración local a buscar nuevas formas de equilibrar sus finanzas.

Los mismos factores están golpeando los presupuestos de las ciudades a lo largo de todo Estados Unidos, dijo el alcalde de Miami y actual presidente de la Confederación de Alcaldes de Estados Unidos, Manny Díaz.

"He escuchado de alcaldes en todo el país que están obligados a reducir la frecuencia de la recolección de basura, cerrar bibliotecas o despedir oficiales de policía en comunidades que los necesitan ahora más que nunca", afirmó.

En Chicago, las autoridades de la ciudad han estado informando constantemente a la población del crecimiento de estos huecos en el presupuesto para que esté preparada para más malas noticias.

En Filadelfia, la administración local dice que usará los resultados de las reuniones públicas para tomar decisiones.

Pero hay quienes tienen algunos recelos. Ed Kirlin, de 53 años y dueño de una empresa de relaciones públicas, tildó a las reuniones de "arregladas" y dijo que no eran más que un ejercicio de relaciones públicas. "Están acariciando al cordero antes de degollarlo", dijo.

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