Calculan crisis bancaria hasta 2013
Un día después de haber dicho que los grandes bancos estadounidenses necesitaban recaudar sólo un cuarto del capital demandado por el Gobierno, Standar & Poor's indicó que la crisis bancaria de la nación ha "entrado simplemente en una nueva fase" y que podría no terminar antes del 2013.
La agencia calificadora de crédito dijo que la industria está siendo impulsada por cientos de miles de millones de dólares en ayuda del Gobierno, especialmente para prestamistas que son considerados demasiado importantes para el sistema financiero como para quebrar.
Aunque los esfuerzos por estimular el crédito, retirar los malos activos de las hojas de balance de los bancos y reactivar al mercado para que empaque y venda títulos podría ayudar al sector, S&P dijo que los bancos tendrán un momento difícil sobreviviendo la ausencia de un mayor respaldo de capital que el que requieren los reguladores.
"No hay nada para decir que esta crisis bancaria no pueda seguir por otros tres o cuatro años", dijo la directora gerente de S&P, Tanya Azarchs.
S&P no respondió de inmediato una solicitud de comentario.
El martes, S&P dijo que los principales bancos de Estados Unidos necesitaban recaudar cerca de 18,000 millones de dólares de capital para protegerse de la turbulencia económica, aunque este monto podría aumentar si las condiciones empeoran.
La cantidad está muy por debajo de los 74,600 millones de dólares que el Gobierno ordenó la semana pasada a 10 de los principales bancos en Estados Unidos, encabezados por Bank of America Corp y Wells Fargo & Co, para tapar potenciales déficit de capital.
Estos 10 bancos estaban entre los 19 que fueron sujetos a las "pruebas de tensión" del Gobierno para medir su capacidad de resistir a una recesión particularmente severa en el 2009 y el 2010.
Los otros nueve, entre ellos JPMorgan Chase & Co y Goldman Sachs Group Inc, obtuvieron buenos certificados de salud cuando se dieron a conocer los resultados de las pruebas el 7 de mayo.
S&P dijo el 4 de mayo que podría bajar su calificación para 23 bancos estadounidenses y entidades de ahorro, incluyendo a 10 que se sometieron a pruebas de tensión, mencionando la preocupación acerca de la capitalización de la industria.
Indicó que las 23 empresas tenían al menos un 50% de posibilidades de tener un recorte en sus calificaciones dentro de 90 días.
